Ha pasado ya el segundo debate presidencial ocurrido el domingo pasado en la fronteriza ciudad de Tijuana, Baja California, donde la temática del mismo versó mayormente en todo lo que envuelve el mundo de migración hacia el país del norte con todas las consecuencias que ello significa. Por supuesto la circunstancia de que los Estados Unidos está gobernado por un señor de alma retorcida y de evidente carencia cultural para entender un poco más al mundo, hacía menester que el pueblo de México escuchase lo que los aspirantes a presidente tenían que decir del tema.
Con un formato novedoso que en un principio generó expectativas para que luego al pasar los minutos se volviese un poco soso debido a la redundancia de los temas, el encuentro entre los cuatro candidatos la presidencia resultó si bien en cierto más dinámico, no generó grandes cambios en apariencia en cuanto a las preferencias. Falta que las casas encuestadoras más serias publiquen sus nuevos estudios donde se dé cuenta del impacto que tiene la declinación de la independiente Margarita Zavala y de los propios debates ya celebrados para entonces poder tener algunos datos estadísticos y poder saber si realmente existe una real posibilidad de contienda o todo está decidido en favor de López Obrador. Sólo hasta entonces.
Además, acá en La Laguna poco o casi nada importó lo que sucedió en el debate. Lo de nosotros era la final que disputaría el Santos Laguna en la casa de los Diablos Rojos del Toluca. Eso era lo nuestro. Eso era importante ese día.
Todos sabemos lo que sucedió. El equipo albiverde supo derrotar con autoridad al cuadro del Estado de México que había resultado hasta hace 5 días atrás nuestro talón de Aquiles en las fases de liguilla. Eso quedó superado y con el triunfo, Santos Laguna se ciñó por sexta ocasión la corona de campeón del futbol mexicano, desatando la alegría de la sociedad lagunera.
Con la algarabía, muy pocos televisores o dispositivo de la región sintonizaban el domingo por la noche los programas que los medios nacionales habían preparado para comentar el debate. Aquí eran dos opciones: gozar mirando los festejos del equipo campeón para luego buscar las opciones deportivas de la televisión, ya sea la oferta de Televisa, TV Azteca, ESPN, Fox Sports o lo que se dejase, para gozar en reiteradas ocasiones el triunfo guerrero.
Como es costumbre, una vez que Santos logra coronarse, se suele organizar una desfile que parte desde Lerdo cruzando el bulevar Miguel Alemán de Gómez Palacio hasta a través del puente plateado llegar a Torreón para seguir el recorrido por el Independencia para enfilarse al destino final que es la Plaza Mayor.
Todo pues en la semana alegría y júbilo, y como a nivel nacional se viven campañas, a en el plano local sucede lo propio y una oportunidad como el campeonato del Santos no se puede dejar pasar, tan es así que el alcalde Jorge Zermeño supo sacarle jugo a todo lo que significó la fiesta que nos obsequió nuestro equipo.
Zermeño dio cuenta que estuvo presente en el juego definitorio celebrado en Toluca, así como el momento de festejar con los Guerreros del Santos en el vuelo chárter de regreso de madrugada a la comarca y el lunes pasado seguir placeándose con los héroes del momento en condiciones inmejorables.
Y entonces un prietito en el arroz. Resulta que en la escolta del jugadores y directiva del Santos durante el desfile, encabezando el contingente apareció el director de vialidad de la administración de Zermeño, el señor Pedro Luis Bernal, montando una motocicleta oficial si tener casco puesto, aunque portándolo en su mano izquierda. Esa obra de Bernal, además de arriesgar su integridad física en caso de un accidente de moto al no traer colocado el casco como se debe, significa una infracción al reglamento que el departamento que él dirige debe de hacer observar a la ciudadanía, constituyendo una burla para la ciudadanía.
El tema del casco del director de vialidad fue tema de discusión en el cabildo, donde obviamente la oposición priista trató de sacarle provecho al incidente referido. Lo sorprendente es que el director de marras ya ha dado otros visos de este tipo de actitudes transgresoras de la ley y esto no le ha dado la gana a Zermeño de corregirlo de fondo, lo que sí genera extrañeza en un sector de la sociedad que ve en el alcalde a un hombre prestigiado, pero que al consentir acciones como las de Pedro Luis hacen dudar de su total integridad. Quizá tenga con él y con otros entendimientos que le impiden proceder de la manera pertinente, manchado Jorge Zermeño su prestigio con nimiedades. Tal vez el tiempo desvele la verdad.
