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HA NACIDO UN ÁNGEL

(Segunda y última parte)

18 AÑOS DESPUÉS…

Pocos, muy pocos padres, hemos tenido la gran satisfacción de recibir a alguno de nuestros hijos y años después al hijo de ese hijo que uno mismo había recibido y que orgullosamente llamamos Nieto.

En muchas ocasiones, aún como muchos médicos, aún con la especialidad de obstetra, se encomienda esa tarea a uno de los maestros, o bien, a un buen colega, pues se teme que en caso de presentarse alguna "complicación" durante el trabajo de parto, el período expulsivo o bien durante una operación cesárea, no se actúe con la tranquilidad con que se pudiera llevar a cabo cuando se trata de una paciente que no tiene parentesco con el médico tratante.

Sin embargo, en lo personal, tuve la "valentía" de recibir a mi hijo y años después al primer hijo de mi hijo. Otro buen amigo de la generación y también colega en la especialidad, vivió la misma experiencia, el Dr. José Gustavo Romo Aguilera, quien recibió a cada uno de sus seis hijos, y años después, a alguno de sus nietos.

Nuestro tercer hijo, César, padre de mi primer nieto del mismo nombre, tuve el privilegio de recibirlo cuando cursaba la especialidad en Gineco-obstetricia en el Hospital Universitario de esta ciudad. Creo que sería muy difícil manifestar la gran satisfacción que viví, y después de algo más de dos décadas, la esposa de nuestro hijo nos manifieste su confianza de asistirla en este gran trance.

Han trascurrido, increíblemente, 18 años de aquella mañana, que invadido de una gran emoción, me dispuse a desprender del claustro materno a mi primer nieto mediante una operación cesárea, el cual, como es natural, protestó mediante un fuerte llanto y una serie de movimientos incordinados de todo su cuerpo, que lo haya extraído de la comodidad del lugar donde había permanecido durante cerca de nueve meses.

Aquel bebé, de cerca de cuatro kilos, se ha convertido en un hermoso y fornido mancebo quien precisamente hoy, 20 de mayo del 2018, arriba a su mayoría de edad, quien está por finalizar el bachillerato y dentro de poco iniciar la carrera que vaya a elegir.

Arribar a su mayoría de edad con todas los derechos que por sólo este hecho el país y la sociedad le confiera, pero a la vez con una serie de obligaciones que debe cumplir siendo un buen ciudadano, un buen estudiante universitario, aprovechando al máximo la oportunidad que sus padres le están brindando para que el día de mañana, independiente de lograr su autonomía económica, se convierta en un exitoso profesionista porque tarde que temprano la historia volverá a repetirse y de él vendrá una nueva generación que dependerá por algunos años de él y de la compañera que él elija, quienes se entregarán en cuerpo y alma a formar y hacer de ellos, lo que con tanto celo en la actualidad sus padres, están llevando en la actualidad.

Que Dios, Nuestro Señor, te siga bendiciendo, mi amado nieto, como lo ha hecho hasta la actualidad. Tu abuelo, Leonel.

 HA NACIDO UN ÁNGEL Por: Dr. Leonel Rodríguez R.

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