El 10 de septiembre de 2003, en Cancún, Q.R. el granjero y activista surcoreano Lee Kyung Hae, presidente de la federación de granjeros de Corea, se suicidó frente a miles de manifestantes clavándose un cuchillo en el corazón. Los medios de comunicación engrosaron la noticia manejándola como lucha contra la globalización en general; pero el fondo real era más profundo; Kyun y sus agremiados habían viajado miles de kilómetros a la reunión de la OMC, para realizar protestas que iban más allá del intercambio comercial; se insertaba también en la reducción del agua para los cultivos y su uso en la industria, especialmente en la extractiva; Esto último los medios de comunicación lo obviaron.
Sólo a partir del agua es posible la vida. Toda civilización humana nace del agua; Nilo da vida a Egipto, Éufrates y Tigris a Mesopotamia; Roma construye acueductos; los mexicas se enseñorean en el lago de Texcoco; La Laguna florece del Nazas y del Aguanaval y así, toda nación surge del agua; la cual era venerada como divinidad: Chalchiuhtlicue por los aztecas; Chaac para los mayas; Gong Gong hacía fluir el Yangtsé; Pariacaca para los incas y hoy aún se reza a san Isidro labrador. Lo cierto es que, sin el agua nada puede subsistir en este mundo y éste, es el único que tenemos.
Antier se celebró el Día Mundial del Agua; nosotros, los mexicanos estamos hoy enfrentando graves problemas en torno a ese derecho humano: el acceso al agua potable y al saneamiento como una garantía para la vida, según lo definió la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010. "Los Estados deben adoptar medidas eficaces para hacer efectivo el derecho al agua sin discriminación alguna; asegurar el acceso al agua limpia potable y a condiciones sanitarias adecuadas; el costo del agua no debe superar el 3% de los ingresos familiares".
Según la Comisión Nacional del Agua, en nuestro país existe una marcada ineficiencia en el consumo debido a una irrigación agrícola primitiva, un obsoleto desarrollo industrial que gasta agua en exceso y deficientes hábitos de consumo doméstico; esto provoca que 9 millones de mexicanos carezcan de agua potable y 18.7 millones no posean saneamiento mejorado; lo que los hace vivir en la inmundicia.
Como si esto no fuese suficiente, debido en buena medida a la corrupción oficial operante en los organismos que distribuyen el agua, existen importantes mermas debido a fugas en las redes de distribución, lo mismo urbanas que en canales; tuberías deficientes por mala calidad de los materiales y sin mantenimiento real (si aparecen gastos en éste, pero nunca llega a darse) y el uso de instalaciones domésticas anticuadas con gastos excesivos. En artículo 4, la constitución mexicana establece: "Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho…"
Una vez más, en este país de todo al revés; vuelve a la zona roja una propuesta de legislación que viola los Derechos Humanos: privatización del agua potable; de esa manera limitar la accesibilidad de ese vital líquido, en especial, para las personas más humildes, pero también engullendo en ella a toda la población. Un refrito de hace tres años, ahora lo retoma un oscuro diputado del PRI a quien le tocó presentar esa farsa que, seguramente no se realizará antes de las elecciones, pero demuestra el carácter destructivo de las riquezas naturales nacionales por los saqueadores de la patria.
Esta propuesta inhumana, de entregar el agua a las empresas extranjeras, como ya sucedió con el petróleo y el gas, ha sido rechazada por la sociedad civil; esa que "hace bullying" a un presidente muy bravo con los mexicanos y sumiso con el ejecutivo norteamericano, al que no escucha cuando lo ofende. Frente a la propuesta oficialista de "Fomentar la gestión privada de servicios de agua y saneamiento, y de grandes obras hidráulicas". La sociedad responde con: Democratizar la toma de decisiones sobre el agua a nivel federal, estatal y municipal, para lograr el acceso equitativo y sustentable, respetando la autodeterminación de los pueblos; con una gestión del agua sin fines de lucro. Manejo público y comunitario para garantizar eficacia de las obras; fin a la corrupción.
En otros aspectos la ley oficialista propone: "Concesionar aguas nacionales para geotermia otorgadas por la Secretaría de Energía". La sociedad civil responde: "No se permitirá extracción de flujos profundos y se prohibe el uso de aguas nacionales para la minería tóxica o la fracturación hidráulica" (fracking).
Dentro de los aspectos más trascendentes del concepto del "agua como derecho humano", la ley priista no contempla el derecho al agua para los pueblos indígenas, pero sí habla de que los ejidos y comunidades rurales que no renueven en tiempo sus concesiones, las perderán, además amenaza: "Habrá expropiaciones para proyectos energéticos, hidráulicos y de riego de dichas comunidades". La contrapropuesta civil establece: Se restaurarán los derechos de los pueblos indígenas, y se respetará su derecho a la autodeterminación sobre las aguas en sus territorios". "Se restaurarán los derechos ejidales y comunales al agua y se priorizará para la soberanía alimentaria". En cuanto a la integridad de las tierras comunales, "éstas serán inviolables".
Como corolario de esta propuesta a favor de la vida, el enunciado oficialista establece: "Quien contamina, paga", pero sabemos muy bien cómo se mueven las leyes en México y los arreglos entre infractores y autoridades, =pago y sigo contaminando, ¿y qué? La alternativa ciudadana dice "el que contamina pierde su derecho al agua". Así, ¿si no tengo agua, que contamino? En algunos países la contaminación se paga con la vida. Jamás propondría yo eso.
