Metrobús, un buen proyecto en peligro
La línea de autobús de tránsito rápido (BRT, por sus siglas en inglés), concebido como un plan de transporte metropolitano, llamado coloquialmente Metrobús, es el proyecto regional conurbado más importante que se haya planteado en los últimos 25 años en La Laguna. Su impacto, una vez terminado, será enorme en la vida de la mayoría de los habitantes de las cuatro ciudades que conforman el núcleo de la Comarca. Sin embargo, los contratiempos registrados hasta ahora ponen en entredicho la capacidad de las autoridades encargadas del proyecto para consolidarlo y extraer de él todos los beneficios potenciales.
El BRT o Metrobús consiste en construir una ruta troncal de autobuses desde Matamoros, Coahuila, hasta Lerdo, Durango, pasando por Torreón y Gómez Palacio, gracias a la cual los habitantes de dichas ciudades puedan transportarse de forma más rápida y económica. En el papel, un proyecto de esta naturaleza permite, en principio, que las personas que no cuentan con vehículo propio tengan la posibilidad de acortar sus tiempos de traslados, viajar de una forma más cómoda y segura, y desembolsar menos dinero. A la larga, el beneficio sería para toda la región en lo ecológico y económico, ya que disminuiría los incentivos para tener una auto particular y, en consecuencia, habría, potencialmente, una disminución del parque vehicular, o por lo menos una reducción en su incremento.
El proyecto, que se calcula que termine costando 1,500 millones de pesos en total, contempla una red de rutas secundarias o alimentadoras que convergen en la ruta troncal con una serie de estaciones, subestaciones y paraderos para la carga y descarga del pasaje, con tiempos definidos y un carril exclusivo para los autobuses principales. Con un solo boleto -nuevamente en el papel- un usuario del transporte público podría trasladarse dentro de las cuatro ciudades de la zona metropolitana. La ruta troncal trazada trascurre por la carretera Torreón-Matamoros, el bulevar Revolución, par vial Múzquiz-Ramos Arizpe, bulevar Miguel Alemán, la avenida Valle del Guadiana y el bulevar Ejército Mexicano.
Pese a las bondades del proyecto, la obra y las negociaciones con los transportistas enfrentan serios problemas que ponen en riesgo su óptima conclusión. En La Laguna de Coahuila, los trabajos de la ruta troncal son los más avanzados, aunque registran un evidente desorden y retrasos en su ejecución. Pero en La Laguna de Durango ni siquiera se han licitado, por lo que el avance es nulo. Esto se ha debido, en gran medida, a la resistencia de los concesionarios del transporte, quienes hasta la pasada administración estatal contaban con fuertes vínculos con el poder estatal. En el caso de Torreón y Matamoros, aún no hay acuerdos para definir el modelo de negocio bajo el cual debe operar la línea de autobuses de la ruta troncal, y una buena parte de los transportistas ya se amparó para exigir cambios a la ley de transporte.
Dada la importancia y convenidas las ventajas que un proyecto de esta naturaleza traerá, las autoridades de los tres niveles de gobierno deben poner todo su esfuerzo y los medios que sean necesarios para sacar adelante el Metrobús. Lo primero es aplicarse en las obras de infraestructura para llevarlas a cabo con la mayor celeridad y el mejor orden posibles. Lo segundo es trabajar con firmeza e inteligencia en la construcción del modelo de operación, escuchando la voz de todos los involucrados, incluidos los concesionarios, choferes y usuarios, pero sin ceder a intereses particulares o mezquinos. A la sociedad le corresponde la tarea fundamental de vigilar que las autoridades cumplan con su función.
