EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Boquímica del amor

Diálogo

YAMIL DARWICH

Espero que esta entrega no le "rompa el corazón".

Se trata de abordar el enamoramiento, aproximándose el "Día de los Enamorados", festejado por los antiguos romanos o de Valentín, sacrificado por el emperador Claudio, siendo Gelasio I -496 d.C.- quien lo declaró festivo.

Tristemente olvidamos lo nuestro: tenemos a Xochipill, dios del amor, los juegos, la belleza, danza, flores, maíz y las canciones y a Xochiquétzal, su hermana, flor preciosa o pájaro florido, asociada a la fertilidad de la naturaleza.

Hasta el siglo XX, hablar del amor era evocar un sentimiento en el que participaban funciones psicológicas; de la afectividad y alguno factores sociales.

El amor era -sólamente- referirse a lo más alto del espíritu; lo contrario al desamor, el odio o el temor; la parte limpia de nuestra psique; el motor que mueve al mundo -aunque ahora pareciera ser dominado por el temor-; rico alimento espiritual.

Gracias a los avances en el desarrollo de la investigación científica apareció una especialidad: la bioquímica, rama de la química general, que con la ayuda de la tecnología -particularmente el microscopio electrónico- nos descubrió parte del velo que cubre las funciones microscópicas y los elementos que componen a las distintas sustancias del cuerpo.

Entre todos los campos de investigación apareció la neurofisiológia humoral y consecuentemente la que ahora llamamos "bioquímica del amor", aunque continuemos negándonos a renunciar a todo lo descrito por filósofos y poetas.

Ahora definimos reacciones bioquímicas de nuestro cuerpo que indican otras razones para el enamoramiento.

Desde luego que la "bioquíca amatoria" no es única; siguen dominando en las consecuencias de ésos procesos los sentimientos y junto a ellos los factores propios de una sociedad en particular: su cultura.

Entre ellas, aparece la fenetilamina, neurotransmisor que ha despertado la fuerte sospecha de ser partícipe del enamoramiento. Existe un antecedente en Francia, en donde utilizaron un estracto de la sustancia para demostrar su influencia en la atracción sexual, pero fue hasta los ochenta cuanto los investigadores Donald F. Klein y Michael R. Liebowitz, del Instituto Psiquiátrico del Estado de NY., la estudiaron metódicamente y describieron sus efectos aparentes.

Al parecer es un fuerte adictivo entre dos personas -enamorados- que facilita el acercamiento y relación, aunque al parecer, desgraciadamente, con el paso de los meses -dos años aproximadamente- se presenta una resistencia inmunológica a su efecto. ¿Será por eso el rompimiento de las parejas?

La dopamina es un neurotransmisor que facilita el paso de la corriente eléctrica entre las células nerviosas y de ella son conocidos sus efectos estimulantes para generar sensaciones de placer; los sexólogos han encontrado altas concentraciones en el momento del coito, manifestación sublime del amor romántico.

La adrenalina y noradrenalina, son hormonas que participan fuertemente en el encuentro de dos enamorados; la primera prepara al cuerpo dándole energía -también es conocida por sus efectos para la defensa personal- y provoca dilatación bronquial para una mejor oxigenación, necesaria en una relación coital; la segunda, afecta a la amígdala cerebral, preparándola para despertar sentimientos, para el caso, el enamoramiento.

La oxitocina, una hormona producida en los núcleos supra-ópticos y para-ventriculares del hipotálamo, es conocida por su participación durante el trabajo de parto y también por actuar como músculo-constrictor que dilata el cuello uterino para facilitar el paso de los espermatozoides. Probablemente tiene funciones importantes en la fase orgásmica y pareciera estar involucrada en el establecimiento de relaciones sociales, la confianza -acercamiento amoroso- y la generosidad -filantropía-.

Las endorfinas, opiáceos naturales también producidos por el hipotálamo, son liberados desde el cerebro al torrente sanguíneo y están señaladas por la ciencia responsable de producir sensaciones de bienestar, estados placenteros e incrementar la atención para la sexualidad.

Hay otros neurotransmisores involucrados en el enamoramiento, innecesario describirlos en éste Diálogo; baste mencionar algunos importantes, como la serotonina facilitadora de la transmisión sináptica entre células; melatonina, también inductora del sueño; y la histamina, participante en la respuesta inmune de nuestro cuerpo. También hay aminoadrenérgicos, peptídicos y radicales libres, que no viene al caso describirlos a fondo.

Únicamente habré de mencionarle al trifosfato de adenosina (ATP), que genera la energía pura con la que funciona nuestro cuerpo y que se consume en cantidades importantes durante el enamoramiento, coito y estres.

Como podemos concluir, enamorarse es un proceso complejo que requiere la participación del cuerpo, el espíritu y también influencia social; es el sentimiento que describió el poeta como "tú y yo somos más que dos" y Usted, seguramente, sabrá de esa sensación placentera y … bioquímica.

Si continúa sintiéndola aún, reciba mis más sinceras felicitaciones.

Yo me quedo con lo declarado por Juan Verdaguer, comediante argentino de la mitad del siglo anterior: "la ciencia ha encontrado maneras de tener hijos sin contacto con la pareja, pero yo prefiero seguir a la antigüita". ¿Y Usted que elije?

[email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Diálogo

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1430677

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx