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Ser distinto para ser igual

JUAN VILLORO

Hace tiempo conocí en Saltillo a un restaurantero italiano al que le pregunté por sus motivos para cambiar de país. Me respondió mitad en serio, mitad en broma: "México es un país de oportunidades: en Italia necesitas muchos contactos para ser corrupto; aquí cualquiera puede serlo". El comentario era algo más que una broma cínica. La corrupción se ha afianzado en tal forma que, en ocasiones, quienes dicen combatirla se sirven de ella.

El ejemplo más reciente son las trampas cometidas por algunos de los aspirantes a candidatos independientes. Por lo visto, no están descontentos con el sistema, sino con la imposibilidad de participar en sus transas.

Padecemos un país donde los partidos políticos sólo se rinden cuentas a sí mismos y exigen que un candidato ciudadano llegue respaldado por 867 mil firmas. El desmedido requisito está diseñado para que lo cumplan quienes ya tienen grandes recursos de campaña, los políticos de siempre disfrazados de espontáneos.

El Bronco gobierna uno de los estados más ricos del país y dispone de logística y medios para contratar auxiliares que recaben firmas. Pero ¿qué sucede cuando se le paga a otro sin supervisar su chamba? Precisemos la pregunta: ¿qué sucede cuando eso ocurre en un "país de oportunidades", como diría mi amigo italiano? Lo mismo que cuando se contrata a un repartidor de volantes: le das dos mil, se dirige al bote de basura más cercano, se deshace de ellos y regresa cuatro horas después cansado por haberlos "repartido".

Para ahorrarse la molestia de conseguir credenciales electorales, algunos auxiliares han concebido el truco de fotografiar tarjetas de Farmacias del Ahorro. De acuerdo con el INE, de cada 183 firmas recabadas para El Bronco, sólo son válidas 101. En el caso de Margarita Zavala, de cada 124 firmas, 84 son legítimas. El "margen de error" es demasiado alto para adjudicarlo exclusivamente a los "errores de dedo" que cometemos quienes nos hemos dado de alta como auxiliares. Para perfeccionar el carnaval, El Bronco ha descrito las triquiñuelas de los suyos como "travesuras".

La misión de recabar firmas no se cumple en los módulos del INE ni se puede hacer en línea. La asociación que postula a un aspirante debe conseguir a sus propios auxiliares, armados de un celular de gama media.

Fui tan malo en matemáticas que desarrollé una amedrentada dislexia ante los números. Si me dices "5487" escribo "8746", lo cual sorprende porque no sé de dónde salió el "6". En ocasiones, un dígito me pone tan nervioso que no me doy cuenta de que se trata de una letra (la "S" me asusta como un "5"). Menciono esto para señalar que María de Jesús Patricio Martínez tiene auxiliares tan torpes como yo. Sin embargo, de cada 18 firmas recabadas para Marichuy son válidas 17, la cuota más alta. Estamos ante el único movimiento que no hace trampa. Otra razón para apoyarlo.

Más allá de la picaresca desatada para inventar no sólo firmas sino ciudadanos, sorprende que algunos independientes revelen desde ahora tácticas electoreras propias de los profesionales a los que dicen oponerse.

El 31 de enero, Armando Ríos Piter concedió una extensa entrevista a La Crónica de Hoy y pidió a El Bronco y Margarita Zavala que se unan con él en una sola candidatura. Con toda razón, el periodista Luciano Franco le preguntó: "¿No es mucho trabajo y esfuerzo alcanzar la candidatura independiente para luego buscar una fusión con Zavala y El Bronco?". La frase podría reescribirse así: "¿Tiene sentido tratar de ser diferente para luego ser igual a todos?".

Uno pensaría que por sus mayúsculas diferencias de carácter y por provenir del PRD, el PAN y el PRI, Ríos Piter, Zavala y El Bronco tienen proyectos irreconciliables. Sin embargo, la lucha por el poder supera a las convicciones y esa probable cofradía de oportunismos es definida por Ríos Piter con náutico lirismo como la "ola independiente".

Los partidos políticos crearon normas suficientemente restrictivas para que sólo las cumplieran quienes son como ellos. Ríos Piter dice que los partidos "son la misma gata pero revolcada". A él le dicen El Jaguar: el mismo gato pero manchado.

Mientras tanto, Marichuy suma las voluntades que sí quieren algo diferente.

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