Columnas Social

Piénsale, piénsale

ARTURO MACÍAS PEDROZA

SAN FRANCISCO DE SALES Y LOS PERIODISTAS

Para todos los que se sienten periodistas el día 24 de enero la Iglesia católica celebra la festividad de San Francisco de Sales, patrono de escritores periodistas. ¿Alguien le prendió alguna veladora o le ofreció reliquia? Y sin embargo la facilidad que nos ofrece la tecnología, ha hecho que muchos nos sintamos escritores y periodistas, sin darnos cuenta que se requiere mucho más que la publicación de un texto, imagen o video para poder ser merecedores de tal título.

El arte de comunicar requiere profesionalidad y belleza, además del deber de hablar con la verdad y respetar la dignidad humana. La sociedad actual se caracteriza por el desarrollo de las comunicaciones, a causa de las redes sociales y la rapidez en la transmisión de noticias por medios electrónicos e impresos que han desencadenado una vertiginosa tendencia a dar noticias, muchas veces si la seriedad debida y sin la ratificación necesaria. Por eso se necesita una ética en todo aquél que utiliza los medios, respetando siempre la dignidad de las personas y la veracidad de los acontecimientos. Las noticias falsas se difunden de modo veloz y desproporcionado, no por la lógica del compartir sino por la insaciable codicia que se enciende fácilmente en el ser humano.

Pero la falta de ética en la comunicación, no se da sólo en los aficionados de la comunicación sino también en profesionales que han vendido su conciencia, uniéndose a la industria de la mentira y la manipulación, sirviendo a otros intereses en vez de servir a la verdad. Un ejemplo de ello es el silencio mediático ante el medio millón de personas que se manifestaron en la Marcha por la Vida en EE UU, faltando a las normas del periodismo que dicen que para que un acontecimiento se convierta en noticia debe ser actual, llamativo, de interés general y tener repercusión. No es difícil percibir en nuestro país algo similar con algunos medios informativos y en mensajes "oficiales" que cínicamente faltan a la verdad. Son también abundantes los rumores intencionalmente fomentados con oscuros propósitos en los redes sociales. Urge discernir con claridad las intenciones veladas y las mentiras escondidas entre melismas de millones de spots políticos.

Será difícil saber discernir la verdad en el mar de información que recibimos y trasmitimos; costará mucho permanecer inmunes ante las maquiavélicas campañas de "desinformación" y adoctrinamiento enajenantes; será mucho el esfuerzo requerido para no caer en las trampas que utilizan sofisticadas y efectivas técnicas para hacernos pensar, desear y actuar como otros quieren, creyendo que lo hacemos libremente.

Pero pueden ser las palabras mismas que sirven a la verdad las que despierten el espíritu crítico de la sociedad, que traigan ideas que motiven y emociones que muevan. ¿Qué hay muchos periodistas? ¡Ojalá que hubiera más!; es decir, que hubiera un verdadero servidor de la verdad en cada uno de los que usamos los medios. Pero es imprescindible la labor profesional del periodista educado en la verdad para hacer frente a la desinformación, teniendo como interés principal a las personas.

El documento del Papa Francisco, a propósito de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del próximo 13 de mayo, advierte contra los graves efectos de las noticias falsas y redescubre el valor de la profesión periodística y la responsabilidad personal de cada uno en la comunicación de la verdad.

Ninguna desinformación es inocua; por el contrario, fiarse de lo que es falso produce consecuencias nefastas. "Las motivaciones económicas y oportunistas de la desinformación tienen su raíz en la sed de poder, de tener y de gozar que en último término nos hace víctimas de un engaño mucho más trágico que el de sus manifestaciones individuales: el del mal que se mueve de falsedad en falsedad para robarnos la libertad del corazón. He aquí por qué educar en la verdad significa saber discernir, valorar y ponderar los deseos y las inclinaciones que se mueven dentro de nosotros, para no encontrarnos privados del bien 'cayendo' en cada tentación" (op. cit.n. 2).

Amar la verdad es no sólo afirmarla sino también vivir en ella, testimoniarla con el propio trabajo. Ser honestos con sí mismos y con los demás. La relación es el centro de toda comunicación y no se puede apoyar en la deshonestidad. Positivamente es una oportunidad para que los periodistas transmitan valores y busquen ejercitar la justicia desde sus trincheras.

En el S. XVII San Francisco de Sales, buscando con la comunicación y con su vida la evangelización y la promoción social, es un ejemplo para los escritores y periodistas de nuestra época, que puede ayudarnos a cultivar un sano ejercicio del arte de comunicar, y ser un intercesor ante Dios pare pedir que cese todo tipo de violencia en contra de escritores y periodistas, para así contribuir a la promoción de la verdad desde el espíritu crítico y sensato.

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1427332

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx