En las anteriores colaboraciones expresamos la pertinencia de avanzar en la construcción de un modelo de gobernanza a nivel local, particularmente en el municipio de Torreón, para lo cual algunos creemos que una posibilidad al respecto es revisar y dialogar sobre el proyecto o borrador de Reglamento de Participación Ciudadana que elaboró el anterior Cabildo, consensuarlo y socializarlo entre gobernantes y ciudadanos, lograr su aprobación e implementación.
Algunas personas han preguntado sobre el significado de gobernanza. Es un tema novedoso en las democracias actuales y por tanto requiere que nos involucremos más tanto en la comprensión de ese significado como en las posibilidades reales de ser aplicado en esta municipalidad; de manera breve diríamos que gobernanza es un término que define una forma de relación entre gobernantes y gobernados, en particular sobre las formas o mecanismos a través de los cuales los ciudadanos nos involucramos en la toma de decisiones sobre los asuntos públicos.
Ejemplos de lo anterior serían, definir como los ciudadanos nos involucramos en la gestión de agua y saneamiento para que estos se conviertan en servicios públicos de mayor calidad, que la percepción ciudadana sobre ellos se mejor a partir de que se observe una eficiencia y eficacia en la prestación de ese servicio; esto será posible cuando se refleje una mayor satisfacción en el suministro de agua, en calidad y cantidad, entre sus beneficiarios que pagan por él. De igual forma debe ocurrir con el drenaje.
Menciono este caso por ser un servicio donde la percepción ciudadana refleja insatisfacción o no suficiente satisfacción en los indicadores de organismos que la miden y en información publicada en los medios de comunicación. Esto ha conducido a que aparezcan personas que demandan su privatización como medio para mejorarlo, lo cual, a mi juicio con base a otras experiencias en México y otros países, es una manipulación mediática porque resolver un problema estructural que aqueja a la mayor parte de las ciudades que tuvieron un crecimiento desordenado, el caso de Torreón, no es posible ni en el corto plazo ni con declaraciones demagógicas de los políticos.
Privatizar la gestión del agua y el saneamiento en casos donde hay rezagos estructurales ni siquiera es atractivo para empresarios porque requiere aplicar fuertes inversiones que no sería posible recuperar sin incrementar las tarifas en perjuicio de los usuarios. Además, esa rentabilidad financiera requiere desatar nudos como el uso político del servicio del agua como ocurre en aquellos lugares donde se usan los "agua bonos", aquellos que derivan de los intereses creados entre los organismos operadores y empresas que realizan tratos comerciales con ellos, entre otros.
Cualquier funcionario o técnico que conoce este problema sabe que se requiere una planeación de mediano y largo plazo para darle una solución integral, hasta ahora se ha priorizado, en la mayor parte de las ciudades que lo enfrentan como rezago estructural, las opciones a corto plazo, algo entendible porque los periodos de gobierno a nivel local así han sido, posponiendo soluciones estructurales que les llevan a heredar estas problemáticas a las siguientes administraciones.
Esto, obviamente tiene relación con la disponibilidad de fondos públicos en los municipios y en la asignación de prioridades en el gasto público municipal, algo entendible pero no justificable, ahora puede ser más viable con la ampliación de esos períodos pero también si la política local en esta materia se define como una política de estado, una política ciudadanizada donde la planeación para decidir sobre la asignación del gasto público involucra en la toma de decisiones a los beneficiaros de ese servicio y evita la improvisación que ocurre cuando hay alternancia entre gobernantes que provienen de partidos diferentes. Además, una adecuada política pública modifica la percepción de los ciudadanos sobre sus gobernantes y fortalece el funcionamiento de la democracia a nivel local.
Creo que definir políticas públicas en este sentido será bien vista por los servidores públicos de carrera en las oficinas gubernamentales o paragubernamentales, como es el caso de los organismos operadores que gestionan servicios como el de agua para usos domésticos y el saneamiento en ciudades que continúan creciendo y que están realizando esfuerzos por ordenar ese crecimiento o expansión urbana. Es el caso de Torreón que cuenta con el IMPLAN, su reciente ordenamiento ecológico territorial elaborado por la Dirección de Medio Ambiente o la aportación ciudadana en la identificación de la percepción de los habitantes del lugar a través de ejercicios como el realizado por Renacer Lagunero con la Agenda Ciudadana, del Consejo Cívico de las Instituciones con sus mediciones de indicadores y de esa misma percepción ciudadana, de Encuentro Ciudadano Lagunero, colectivo que más ha sistematizado el problema del agua a nivel local.
La semana anterior mencionamos que es sano que esta convocatoria para reflexionar sobre el Reglamento de Participación Ciudadana debería ser convocada por el gobierno local, que le involucre. Entendemos que hay nueva administración municipal que se encuentra el normal proceso de adaptación y funcionamiento, aunado a que se enfrentará el también proceso electoral en puerta, y que por ello será difícil atienda este asunto, aunque podría hacerlo parcialmente porque algunos de sus integrantes lo conocen, además de que no solo es privativo de los gobernantes en turno sino de aquellos que participan en la política local, independientemente de que tengan o no filiación polític partidaria.
Creemos que por la responsabilidad que tienen los políticos locales deben participar facilitando o coadyuvando en la convocatoria que realicemos los ciudadanos, en el proceso de reflexión y ampliación de la consulta con los torreonenses, de modo que en el corto plazo, quizás uno o dos años, tengamos un Reglamento de Participación Ciudadana viable para esta municipalidad. Para ello, Encuentro Ciudadano Lagunero propondrá una agenda que nos permita convenir una ruta crítica para construir dicho consenso.
