La semana anterior comentamos sobre la transición democrática en nuestro país, decíamos que hasta ahora solo hemos tenido alternancia en el poder central del Estado mexicano; afirmamos que dicho proceso no será posible en tanto no se modifique el régimen político y esto implica redefinir las formas de relación entre gobernantes y gobernados, entre Sociedad Política y Sociedad Civil. La transición democrática ocurrirá cuando la mayor parte de la población pueda ejercer su ciudadanía y se reflejará en la aplicación de políticas públicas ciudadanas.
Mencionamos lo complejo que ha resultado cambiar el viejo régimen político a nivel nacional, observando mayores posibilidades para ello en el local, particularmente en las municipalidades, entre ellas Torreón, por la emergencia de algunos grupos y organismos civiles que se vienen involucrando en diversos ámbitos del espacio público local. Referimos que el Cabildo anterior generó un proyecto de Reglamento de Participación Ciudadana cuya discusión pública quedó pendiente; las consultas hechas el año pasado fueron insuficientes para definir los mecanismos o instrumentos de ciudadanización de la política local.
Es claro que la definición de esos mecanismos no es fácil ni tampoco se puede dar en el corto tiempo, se requerirá ahondar en ellos desde el punto de vista conceptual y su aplicación práctica acorde a la realidad económica, social, política, cultural y ambiental de Torreón. Aprobar un reglamento de este tipo, aun cuando sabemos que siempre será perfectible, debe presuponer una amplia participación ciudadana para que sea suficientemente conocido, de otro modo no se sabrá cómo acceder y actuar a través de nuevas reglas formales. La ciudadanización de la política pública depende de la participación ciudadana.
Recordemos que el proyecto de reglamento citado contempla diez mecanismos de participación ciudadana: el Plebiscito o Referendo, el Cabildo Abierto, le Presupuesto Participativo, la Consulta Popular, la Audiencia Pública, la Iniciativa Ciudadana, la Garantía de Participación Ciudadana en el proceso legislativo, la Colaboración Comunitaria, la Comparecencia Vecinal y la Difusión Pública. Cada uno de ellos tiene una importancia específica en la redefinición de la relación entre gobernantes y gobernados, por lo que requiere una reflexión sobre su significado y datos duros que permitan determinar esa pertinencia.
Quizás por esa dimensión variable es necesario realizar la reflexión conceptual de cada mecanismo hasta clarificar su significado y socializarlo. ¿Cómo involucrar a los ciudadanos en ese análisis y discusión? Una propuesta sería promover espacios de discusión pública abierta que involucre a académicos foráneos y locales en conferencias y paneles, a ciudadanos en seminarios, talleres comunitarios o vecinales, intercambio de experiencias con otras municipalidades que compartan esta visión y/o la hayan aplicado en ellas, publicaciones que se distribuyan entre los ciudadanos de los diferentes estratos sociales, ubicación vecinal, cohorte generacional, etc.
La convocatoria y organización de esto no sería solo gubernamental, menos en este año cuyo proceso electoral está muy próximo, de hecho, inicialmente podría o debería generarse en el seno de la Sociedad Civil a través de los diferentes organismos empresariales, ciudadanos y académicos, promoverse en una mayor diversidad de espacios públicos, desde los universitarios, vecinales, gremiales o las mismas instituciones gubernamentales locales.
Este ejercicio de reflexión y socialización sobre gobernanza local nos llevará a analizar cómo podría implementarse en una municipalidad como Torreón, obligaría a revisar la información del IMPLAN, el CCI, de la comunidad académica y la propia de algunas dependencias gubernamentales. Sería un resultado interesante definir como los ciudadanos de Torreón se involucran, ya operativamente, en la elaboración del Presupuesto Participativo, definiría un esquema de ciudadanización de la política pública local en materia de gasto público.
También sería interesante definir cómo y cuándo aplicar la Consulta Popular, cuáles serían, al igual que en el Presupuesto Participativo y en los demás que implican acciones colectivas, los mecanismos de participación ciudadana y de vinculación con la toma de decisiones. Esto último es determinante porque el lado flaco del proyecto de Reglamento de Participación Ciudadana que quedó en el tintero es su carácter no vinculante o insuficientemente vinculante entre lo que propondrían los ciudadanos y la toma de decisiones que realice el gobierno municipal, parte medular en la ciudadanización de la política pública local.
Como se observa, la definición de un modelo gobernanza local requiere tiempo y, aunque puede ser motivo de discusión en el proceso electoral próximo, es necesario que ya se inicie, como mencionamos, desde la Sociedad Civil, pues esta definición trascendería por un prolongado período aun cuando fuese perfectible y por tanto modificable en él. Los medios de comunicación son un primer terreno en el que se puede verter esa reflexión para motivar la participación ciudadana.
