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Oprah: ¿ preámbulo para una candidatura?

SIN LUGAR A DUDAS...

PATRICIO DE LA FUENTE
“Cuando Oprah habla, todo el mundo se para y escucha”.

— Reese Whiterspoon

Oprah Winfrey es una comunicadora excepcional y no necesita de una programa para seguir vigente. Sin afán de engrandecerla, debo admitir que hace mucho alcanzó el estatus de ícono cultural.

Actriz, empresaria, filántropa, productora, magnate y multimillonaria. Sobre todo, Winfrey representa al sueño americano, aquél que parte de la premisa de que quienes nacieron en la cultura del esfuerzo pueden, si trabajan duro, alcanzar el éxito.

Aunque son muy pocos, poquísimos, los que logran tal nivel de poder y visibilidad, el caso de Winfrey ha servido como inspiración para millones de personas que precisan de liderazgos a seguir y están dispuestos a buscarlos donde sea.

Y es que no es asunto menor que una niña negra, sureña, pobre, víctima de abusos y un entorno violento, se haya convertido en una de las mujeres más poderosas de Estados Unidos. Ello encaja perfecto en la narrativa en la cual se sustentan las aspiraciones de las grandes mayorías silenciosas de nuestro país vecino. Además, el caso Oprah es uno que en política se podría vender, y muy bien.

Seamos afectos o no a su estilo, cabe reconocer que Oprah ocupa un lugar destacado en la historia del entretenimiento. Se trata de la reina indiscutible de los talk shows y quizá en dicho ámbito sea insuperable. De hecho, todos los formatos vigentes en la televisión se inspiran en los programas de Winfrey y muchos conductores han tratado de imitar su estilo.

El discurso que pronunció el domingo al recibir el Premio Cecile B. De Mille durante la entrega de los Globos de Oro, resultó magistral, potente, hilado con primor. No sólo fue una pieza de reivindicación a las mujeres tras los escándalos sexuales acontecidos en Hollywood, sino que entre otras cosas, remarcó la importancia de la prensa en momentos especialmente delicados para el ejercicio periodístico.

“Sabemos que la prensa está siendo atacada, pero es la entrega de la prensa para sacar la verdad a la luz lo que impide que siga creciendo la corrupción y la injusticia. Hablar y decir la verdad es la herramienta más poderosa que tenemos todos”.

Al ser la primera mujer afroamericana en recibir la presea, eligió perfectamente sus palabras y el tono para decirlas, sabiendo exactamente el efecto que tendrían. “En 1982, Sidney Poitier recibió el Cecil B. DeMille aquí, en los Globos de Oro, y no se me escapa que en este momento hay algunas niñas pequeñas viendo cómo me convierto en la primera mujer negra a la que se le da este mismo premio”, dijo.

“Oprah Winfrey no llegó a donde está por arte de magia. Llegó a donde está de una manera inteligente y estratégica trazando un camino hacia el éxito, una y otra vez”, detalla un columnista.

En diversos círculos se especula sobre una posible candidatura demócrata a la Presidencia de Estados Unidos hacia 2020. Sin decir esta boca es mía, personas cercanas al entorno de Winfrey afirmaron que la idea de contender por la Casa Blanca, es algo que está meditando. Tan en serio podría ser, que hasta el mismo Donald Trump se pronunció al respecto y consideró que sería muy divertido participar en una elección con Oprah.

Se equivocan quienes soslayan el capital político de Winfrey e insisten en identificarla simplemente como una celebridad. Para efectos prácticos y comparativos, Donald Trump también es producto de los medios de comunicación y, en parte, ganó por haberse alejado del discurso tradicional y dirigido a un sector molesto con los políticos de siempre.

“Una prueba concreta de lo que significa esa capacidad de movilizar voluntades se produjo en 2008, cuando el respaldo fue fundamental para que Barack Obama derrotara a Hillary Clinton en las elecciones primarias”. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Maryland, el apoyo de Winfrey le valió a Obama alrededor de un millón de votos.

Ignoro si Oprah Winfrey se anime a contender, de hecho no creo que lo haga. Su éxito empresarial no se traduce en éxito político en el puesto más complicado del mundo. Lo que sí sé es que hoy por hoy, ni en Estados Unidos las reglas son las mismas.

Si Donald Trump ha hecho un circo mediático y montado un gran espectáculo en la Casa Blanca, ¿por qué no podría hacerlo la reina de la televisión?

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