EDITORIAL Columnas editorial Enríquez Caricatura editorial

Deconstrucción

Diálogo

YAMIL DARWICH

En el lado negativo de la posmodernidad ha aparecido un concepto nuevo: la deconstrucción, del vocablo francés déconstruire; alude a desmontar a través de un análisis cultural, una cierta estructura social.

Jacques Derrida, filósofo postestructurista argelino, fue el primero en utilizar el término, influido por Martín Heidegger.

Así, lo establecido por las culturas es removible y hasta rechazable, lo que permite a los extremistas y anarquistas luchar contra lo establecido, el sistema social y político de las sociedades. Lo malo es que no ofrecen o lo hacen insuficientemente, alternativas para el cambio a favor de la humanidad.

En esa lucha por el cambio hacia el liberalismo, en ocasiones extremo, la estructura social que más sufre es la familia y uno de los instrumentos para atacarla es el sexo.

Es curioso: el sexo que debiera reflejar amor, compromiso, felicidad, satisfacción, bienestar psicofisiológico, social, lo han transformado en el medio para generar desamor, irresponsabilidad, tristeza y ansiedad, depresión, insatisfacción por la vida, malestar personal y descontento social.

La deconstrucción incluye las justificaciones para rechazar y hasta atacar la cultura, ya que "todo es creado artificialmente por la sociedad" en cuestión; por lo tanto, no habrá razón para someterse sus reglas de orden y respeto.

Crea el espacio ideal para que los radicales se muevan y en el caso, alterar el desempeño sexual de los individuos, llegar a declarar posturas contra las mayorías.

Veamos ejemplos y desde ahora le insisto mi posición de respeto a todas las diferencias humanas, aunque no me privo de expresarle mi opinión:

Empecemos por la homosexualidad, que es una de las manifestaciones de género en sexología. Para ello, no podemos soslayar que biológicamente sólo existen dos expresiones genéticas: XX para la mujer y XY para el hombre, aunque existan excepciones, caso del XO o Síndrome de Turner o XXY, del Klinefelter.

También entiendo la parte psicológica del concepto de salud integral en el sentimiento de identidad sexual, que se manifiesta entre quienes tienen gusto preferencial diferente al común.

El caso genera conflicto cuando las minorías agreden a las mayorías, en base a la defensa de sus expresiones sexuales. Si han sido históricamente ofendidos, no se justifica su ataque a la sociedad; eso es deconstrucción sexual.

El feminismo también queda expuesto a los radicalismos: ciertamente, las mujeres han sido menospreciadas por la cultura de las sociedades de todos los tiempos y las religiones monoteistas las han menospreciado, relegándolas a un plano inferior al del varón. Tema aparte es el distanciamiento del cristianismo influido por el helenismo, que destruyó la posición igualitaria de la mujer, pero ese será otro Diálogo.

Lo cierto es que, aunque existen acciones denigrantes en relación al trato y Derechos Humanos minoritarios, no se trata de saldar cuentas con venganza y desquite y sí, trabajar en igualdad para encontrar mejores condiciones de vida para todos, aprendiendo los varones a superar el machismo y encontrando formas para que en pareja puedan deconstruír, fortalecer y defender a la familia.

Le pido especial atención en las radicales que intentan aplicar la deconstrucción para separar al hombre de la mujer, satisfaciendo así sus propias necesidades de atención emocional. Nunca la patología personal se puede atender creando patología social.

Dicen que la prostitución es tan antigua como la historia de la humanidad; sin poder definir en qué preciso momento de la historia haya aparecido, es verdad que ya se tienen antecedentes en los pueblos primitivos -sumerios, asirios y babilonios-, en el judaismo, islamismo, culturas griegas y romanas, el medioevo y hasta nuestros tiempos.

Es claro abuso ejercido por las personas - uso del cuerpo ajeno - en lo que se considera una enfermedad social que hasta la fecha ha sido imposible de erradicar.

En ella también aparece la deconstrucción, llegando al extremo de declararla "profesión" - la palabra se refiere "a favor de la fe" - y legislando lo que es ilegal a todas luces. En el extremo, el intento por permitir a los varones y hembras agremiados a organizarse, protestar ofensivamente y exigir tratos iguales entre desiguales.

Hay otras consecuencias del mal entendido proceso de deconstrucción, como el aborto criminal, o insistir en el matrimonio homosexual, incluidas las cuestiones legales que representan.

Desde luego que la sexualidad profunda -el coito- es más que simple vehículo para procrear; además, con igual importancia, es medio para la expresar el amor romántico, recibir alimento en la afectividad, hasta satisfacción lúdica, siempre y cuando se cumpla la regla fundamental de la sexología: respeto a mí persona y a mi pareja.

Hay mucho por construir y reconstruir, inclusive aplicar la deconstrucción en términos positivos y de superación humana; también es verdad que hay que buscar satisfacer las necesidades de las personas que forman parte de las minorías sociales, pero nunca a costa de la familia y la sociedad. ¿Está de acuerdo? [email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Diálogo

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1407074

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx