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La economía del arte

FRANCISCO JAIME

La economía del arte es en realidad una parte del análisis económico del comportamiento humano que incluye todo el espacio social: medio ambiente natural, política, historia, derecho y arte. Bruno S. Frey especialista en el tema que hoy nos ocupa, afirma que probablemente a la mayoría de los lectores les sorprenderá que la economía se ocupe de las artes. Pero aclara que la cultura y el arte están sometidos a restricciones, proporcionan utilidad a los consumidores y son por ello demandados y ofrecidos empleando recursos escasos. (La economía del arte, Revista de Libros, agosto de 1997). En este espacio, ofrecemos solo algunas de las consideraciones generales sobre la vinculación entre arte y mercado, debido a que el campo de la economía del arte se ha vuelto tan extenso que es imposible analizar siquiera sus partes más relevantes en un artículo periodístico.

La moderna Economía del Arte nació en 1966 con la publicación de "Performing arts. The economic dilemma" de William Baumol y William Bowen. Las aportaciones de estos autores se resumen por Frey en los siguientes términos: "Plantearon la idea de que las artes actuadas -la ópera, el teatro, el ballet y los conciertos- se hallan sujetos a costos continuamente crecientes. La razón a su juicio, estriba en que la productividad de la actuación artística es más o menos constante, mientras que los salarios que han de pagarse a los artistas deberán aumentar a la misma tasa registrada por las retribuciones de todos los demás empleados. Estos costos crecientes no pueden ser sufragados por unos incrementos de precios correspondientes. Como consecuencia, las artes actuadas solo pueden sobrevivir si los subsidios públicos aumentan sin cesar. Esta enfermedad de los costos de las artes actuadas, tal como fue denominada, fue modificada después a la luz de investigaciones ulteriores pero señaló una importante característica económica de las actuaciones en vivo".

Siguiendo a Frey, este economista se propuso demostrar que la economía del arte es capaz de aportar contribuciones que no son ni de lejos triviales. Sostiene que el mercado puede producir arte de alta calidad. Esto se ha reflejado en los ingresos de los artistas encumbrados, que son normalmente abultados. Debido a la rentabilidad psíquica de la posesión del arte, se ha probado empíricamente que la inversión en objetos culturales como pinturas o grabados tiene un rendimiento financiero inferior al de otras formas de inversión. Pero se ha subrayado que para aquellos que aprecien suficientemente el arte (o sea, que deriven un elevado beneficio psíquico de la posesión del arte), la inversión en obras de arte es perfectamente racional.

Por otra parte, un artículo publicado por Jianping Mei y Michael Moses ("Art as an investment and the Underperformance of Masterpieces", 2001) y citado en C. Golonbek (Economía del Arte, p.82) ayudó a validar académicamente algo que ya estaba ocurriendo en la realidad y que era la creciente tendencia de un segmento de inversionistas a comprar reservas de valor por medio de la adquisición de importantes obras de arte. El incremento explosivo de los precios de las obras de arte, en las últimas tres décadas, sobre todo pinturas, ha sido una suerte de intuición adaptativa de cierto segmento de inversionistas que con una estrategia altamente especulativa han apostado al arte después de las crisis bursátil e inmobiliaria en los Estados Unidos.

En los últimos años, la economía del arte ha experimentado un acelerado desarrollo institucional. Actualmente hay economistas en todo el mundo que realizan investigaciones teóricas y empíricas sobre el tema. Destacan, entre otros, D. Throsby, G. Wither, B. S. Frey, W. Pommerehne. Se publica una revista científica y existe una agrupación profesional de especialistas en economía del arte. Los últimos trabajos publicados, sobre todo los que abordan el tema de la fijación de precios, poseen un alto rigor analítico y utilizan herramientas tales como la teoría de juegos, la teoría de los mundos hostiles vs. la teoría de las esferas independientes, análisis costo-beneficio y el modelo agente-principal. Con todo el herramental teórico y analítico disponible, hoy podemos responder a preguntas como la siguiente: ¿cuáles son los factores que determinan el precio de un cuadro famoso?, como el cuadro que a continuación traigo a colación:

Leemos hace unos días en el periódico español ABC que Leonardo Da Vinci pulveriza todos los récords del arte: 450 millones de dólares por un cuadro → Salvator Mundi→ , del gran maestro del Renacimiento, se convierte en la obra más cara de la historia en una sorprendente subasta en Nueva York. Es de lejos el mayor precio de venta en la historia para una obra de arte. En economía del arte el análisis del precio se iniciaría con una hipótesis: "La subasta es la que fija el precio en el mercado del arte contemporáneo".

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