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Envejecimiento

Diálogo

YAMIL DARWICH

El doctor Juan Carlos Izpisúa Belmonte, profesor del laboratorio de Expresión Genética de California, investiga el envejecimiento, particularmente sobre la fisiología molecular de las células madre y la edición genética.

Él, asevera que "las células madre pluripotentes -que pueden convertirse en cualquier tipo de célula del cuerpo- son una promesa para el tratamiento de enfermedades que van desde el cáncer hasta las enfermedades del corazón y la ceguera.

También es interesante que algunos investigadores creen que la senectud debiera considerarse una "enfermedad", a la que la ciencia "pronto le encontrará cura".

Sabemos que los aminoácidos componen a las proteínas, organizados en Telómeros: largas hileras que contienen el mensaje genético para formar tejidos y órganos, repararlos en su caso y hasta entregar mensajes de función o desarrollar enfermedades como "bombas de tiempo", que en algún momento detonarán generando patología.

Los científicos han observado que, con el tiempo, esos Telómeros se acortan desde sus puntas y en medida que eso sucede se da el envejecimiento y/o inician enfermedades como diabetes o cáncer.

Conociendo ese principio, piensan que si logran evitar ese acortamiento o bien reparar los Telómeros, hasta reconstituirlos, la vida podrá prolongarse por muchos años más.

Sin duda la edad deja experiencias -vivencias les llaman los psicólogos- y esa madurez es la que genera prudencia en la toma de decisiones y promueve reacciones mesuradas ante las eventualidades, así como las formas en que van a ejecutarse las actividades de la vida; recuerde el refrán: "más sabe el diablo por viejo que por diablo", aunque reconozco que hay algunos que nunca maduramos.

Desafortunadamente, nuestro cerebro sufre ese envejecimiento y sus arterias y venas se obstruyen por el daño en sus paredes, con el golpeteo de las sales en cantidades anormales, dejando secuelas en la memoria, concentración y otras enfermedades como la demencia senil o los accidentes vasculares. Imagine que se puedan "desazolvar" esas "mangueras" que llevan oxígeno y nutrientes al cerebro. Cosme Martínez, sobresaliente neurocirujano poblano, mi compañero de aulas, se emociona pensándolo.

Un buen ejemplo es la colocación de stents en el corazón -pequeños artefactos que abren las arterias taponadas por calcio y sales- que reponen la circulación hasta en un 100%, consecuentemente, resuelven las posibilidades de infarto. Yo soy ejemplo: tenía obstruida la coronaria principal derecha en 80% y el excelente cardiólogo lagunero Javier Orduña y su equipo me recuperaron, dejándome con un 100% de permeabilidad.

Gregory M. Fahy criobiólogo y biogerontólogo, vicepresidente y director científico de Medicina del Siglo XXI, es experto en criopreservación de órganos por vitrificación y ha logrado criopreservar y resucitar células. Otro intento de conservar la vida.

En los EUA, ya existen cuerpos humanos criocongelados en hidrógeno líquido, - desde hace tiempo se hace en embriones y hasta gametos - esperando los avances científicos para descongelarlos y les curen la enfermedad terminal padecida. ¿Ciencia ficción?

João Pedro de Magalhães, biólogo molecular de la Universidad de Liverpool, se ha dedicado a investigar porqué algunos animales no enferman -por ejemplo de cáncer- y cuales son los mecanismos genéticos y bioquímicos que participan para evitar la enfermedad. Su objetivo final es curar el envejecimiento humano al considerarlo enfermedad.

Otros más, pretenden encontrar las maneras de conectar cerebros en cuerpos sanos y ya han programado un intento para inicios del 2018. ¡Reflexione sobre los problemas éticos y morales que se generarían!

Desde luego que habremos de encontrar los medios para prevenir la rapiña; piense en aquellos que explotarían - aún más - la mina que representa el tráfico de órganos; los abusos que pudieran darse de ricos contra pobres; o simplemente el desorden social que se pudiera presentar.

De hecho, en algunos países desarrollados de Europa y en otros del oriente, como Japón, los viejos están generando problemas en la organización social y económica; consecuentemente, orillando a los gobiernos a pensar en la reorganización de esas sociedades, incluyendo sus leyes, normas y servicios que cubran las necesidades geriátricas; en otros, ya se está dando el fenómeno de inversión poblacional, cuando nacen menos habitantes de los que mueren, creando una situación financiera y productiva negativa, porque pocos trabajan y muchos consumen.

Por otra parte, hay filósofos y sociólogos que muestran sus dudas y hasta preocupaciones sobre el avance de la ciencia médica y la posible ¡inmortalidad!

Si podemos reemplazar órganos y tejidos; o mejor aún, no depender de ellos y dejar solo al cerebro pensante, corremos el peligro de acabar con la raza humana o al menos quitarle el "liderazgo de la creación" al crear ciborgs: cerebros con procesos mentales que puedan recibir "mantenimiento", hasta dejarles trabajando indefinidamente, instalados en sistemas artificiales.

Por ahora es imposible, pero no parece irrealizable al largo plazo. Habrá que darle pensamiento, pero usted despreocúpese, porque para ello falta más de una vida humana.

Pero luego… ¿qué?

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