López Portillo señaló que desde que se comenzaron a registrar los datos en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 1997, nunca se había llegado a este grado de homicidios violentos. (EL SIGLO DE TORREÓN)
México enfrenta una crisis sin precedentes en materia de violencia, inseguridad y violación a los derechos humanos, consideró Ernesto López Portillo, e indicó que existe una fractura profunda entre las instituciones y la ciudadanía.
El especialista en temas de derechos humanos, reforma policial y fortalecimiento del Estado de Derecho señaló que desde que se comenzaron a registrar los datos en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 1997, nunca se había llegado a este grado de homicidios violentos, lo que implica que las políticas no están funcionando para contener la violencia que se genera en el país, y que lo único que hace es moverse de unos lugares a otros.
Explicó que se necesita crear mejores políticas públicas y mejores instituciones, pues los homicidios son solamente una de las violencias, pero en 1 de cada 3 hogares en 2016 hubo al menos una víctima de delitos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
“Es brutal, pero además se repite en cada encuesta la cifra altísima de 93 por ciento de subdenuncia, es decir, de cada 100 víctimas, más de 90 no lo denuncian, eso habla de una profunda fractura entre las instituciones y la gente, donde la gente no tiene la confianza de pedirle protección a la policía, al ministerio público, y prefiere quedarse en el desamparo”, expuso.
Dijo que la otra parte de la crisis es la de derechos humanos, pues violaciones graves como la tortura, ejecuciones, desapariciones, están presentes en todo el país, por lo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encuentra en cada visita números desbordados en este sentido.
López Portillo dijo que, además, cuando las fuerzas armadas son señaladas, hay impunidad, por lo que las investigaciones llegan al ministerio público pero no se convierten en consignaciones, de modo que es un problema muy grave.
“Necesitamos autoridades que sean el ejemplo, tanto para cumplir la Ley, como para hacer cumplir la Ley, como para someterse al imperio de la Ley, cuando ellos mismos violan las normas”, dijo.
