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Jaque mate/Cumbre de Waco

Sergio Sarmiento

“La armonía total de este mundo está formada de una natural aglomeración de

discordancias”.

Séneca

¿De verdad es importante el acuerdo que los tres mandatarios de Norteamérica lograron este miércoles en Waco, Texas? ¿Qué significa la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte que Bush, Fox y Martin formalizaron este pasado miércoles?

La verdad es que éste es un acuerdo en el que los tres mandatarios han simplemente acordado poner a un grupo de sus subordinados a trabajar en un plan para mejorar los esquemas de seguridad en Norteamérica. Los funcionarios que se dediquen a esta tarea, los cuales serán ministros o secretarios de nivel de gabinete, habrán de presentar en tres meses una serie de documentos en los que se identifiquen problemas de seguridad y se establezcan formas de resolverlos.

El que esta alianza haya sido el principal documento surgido de la reunión cumbre nos revela el poco énfasis que hubo en realidad en la cumbre sobre los temas que le preocupan a México y a Canadá. La agenda de seguridad es una prioridad fundamentalmente de los Estados Unidos. Hay muchos otros temas que son más importantes para México y Canadá.

México llevaba como principal punto de agenda el problema de la migración. Pero desde Washington se señaló que éste es un asunto bilateral y que por lo tanto no tenía cabida en una reunión trilateral. Paul Martin, el primer ministro de Canadá, llevaba varias disputas comerciales entre su país y los Estados Unidos. Pero eso tampoco podía agendarse en una reunión trilateral.

En otras palabras, los mandatarios de los tres países de Norteamérica se reunieron el miércoles en Waco, Texas, pero con una serie de restricciones que les impidieron tocar más tema que aquel que le inquieta principalmente a los Estados Unidos.

¿Significa esto que no debieron haberse reunido los tres? No lo creo. La verdad es que el contacto multilateral entre los mandatarios de Norteamérica debería ser más constante. No recuerdo, en realidad, cuándo fue la última vez que se reunieron en una cumbre trilateral el primer ministro de Canadá y los presidentes de México y Estados Unidos. Pero la verdad estas reuniones son muy raras.

Hubo varias en el sexenio de Carlos Salinas, debido a la importancia que se le dio entonces al Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Pero hace tiempo que ya no las hay.

Los mandatarios europeos, en cambio, se reúnen con mucha frecuencia. Además de las reuniones bilaterales, que son casi constantes, cada seis meses hay una cumbre formal entre los jefes de Gobierno de los países europeos. Y no hay duda de que estas reuniones constantes son una de las razones por las que en Europa se han podido ir resolviendo con rapidez y eficiencia muchos de los obstáculos al desarrollo y a la integración económica.

Quizá la parte más sustancial de la reunión del miércoles entre los mandatarios norteamericanos fue el almuerzo que el presidente Bush les ofreció a sus colegas en su rancho privado de Crawford. Ese almuerzo proporcionó un ambiente más distendido para conversar sobre temas de interés particular de cada uno de los países. Hubo también en la tarde reuniones bilaterales en que se trataron estos temas.

Debe quedar claro que a ojos de Estados Unidos, México y Canadá nunca ocuparán un lugar de igual a igual. Estados Unidos se preocupa más por los enemigos que por los amigos. Durante todo el periodo de la Guerra Fría la Unión Soviética era el país que preocupaba abrumadoramente a los políticos de Washington. En los últimos años ha sido Irak.

Países cercanos como México, a pesar de su intenso intercambio comercial y de su estrecha relación migratoria, no le interesan a Washington más que para ocasiones ceremoniales.

Pero por eso quizá sea bueno que México no sea tema de interés fundamental para Washington. Tal vez sea correcto que nuestro presidente asista a estas reuniones cumbre y que no insista demasiado en imponer la agenda de nuestro país. Después de todo, poco importa que el presidente Bush no quiera discutir el tema de migración. Las razones de mercado que han hecho que millones de mexicanos arriesguen la vida para cruzar la frontera y que ha impulsado a decenas de miles de negocios y personas físicas estadounidenses a contratar a mexicanos aunque no tengan papeles, no desaparecerán porque los políticos no consideren pertinente tratar el tema. Mejor, quizá, que el asunto no se discuta al más alto nivel.

COLOSIO

Todos quieren sacar ventaja de la memoria de Luis Donaldo Colosio. Todos se asumen como sus herederos políticos. Cosas que logra la muerte. Si Colosio hubiera sido presidente, muchos de los que lo alaban lo habrían considerado un enemigo político. Sólo los muertos quedan exentos en el canibalismo que caracteriza a nuestro sistema político.

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