Ya cometieron una vez el error, pero ellos no lo sufrieron. La malpasó el país. Claro, luego perdieron el Congreso de la Unión y, tres años después, la Presidencia de la República. Eso sí, el autor intelectual del error y sus operadores salieron con raspones, pero indemnes. Ahora, salvarse cuenta mucho más porque la persecución judicial -incluida la cárcel- la han incorporado a la arena política.
Podría pensarse que, cometido una vez aquel error, el partido oficial y la administración deberían experimentar en cabeza ajena. Sin embargo, no ven por qué hacerlo.
A fin de cuentas, la testa que sufre el efecto es la de la ciudadanía y, en los juegos y rejuegos del poder, la única cabeza verdaderamente importante no es la del otro o la de aquellos, sino la de uno. Y, ayer como hoy, su concepto es el mismo: si la consecuencia la padece la ciudadanía, no hay razón por la cual preocuparse mayor cosa. Su lógica es la de siempre: la gente puja y se queja, pero aguanta y, al final, los venera, tambaleándose entre el respeto y el miedo.
Así que la posibilidad de repetir el error no los arredra. Es un riesgo, no un peligro, de seguro, consideran. La administración y el PRI ya cometieron una vez el error de diciembre y, por lo visto, no los inquieta reincidir, sobre todo, si la cabeza o la libertad de algunos de ellos pudiera estar en juego.
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Parecería un exceso afirmar lo anterior, pero quienes así opinan no son radicales o rabiosos opositores. No, son los especialistas a quienes el Banco de México consulta en torno a las expectativas. Por eso, asombra. La encuesta de esa institución, divulgada el miércoles, es elocuente. (http://www.banxico.org.mx/informacion-para-la-prensa/comunicados/resultados-de-encuestas/expectativas-de-los-especialistas/index.html, 1o. de noviembre de 2017).
Los treinta y cuatro grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero, encuestados por el banco central entre el 20 y 30 de octubre, consideraron que la incertidumbre política interna y la inseguridad pública son los factores principales que obstaculizan el crecimiento económico del país en los próximos seis meses.
El documento oficial del Banco lo reporta así: "...los especialistas consideran que los principales factores son, en orden de importancia: la incertidumbre política interna (17 por ciento de las respuestas); los problemas de inseguridad pública (15 por ciento de las respuestas); la plataforma de producción petrolera (12 por ciento de las respuestas); la inestabilidad política internacional (7 por ciento de las respuestas); la incertidumbre cambiaria (6 por ciento de las respuestas); y la incertidumbre sobre la situación económica interna (6 por ciento de las respuestas)".
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Se podría, entonces, considerar injusto recargar sólo sobre el partido oficial y la administración la responsabilidad de la atmósfera política prevaleciente. Se podría, pero es innegable que muchas de sus acciones, omisiones y operaciones han tomado como ariete más de una institución nacional, más de una función y una política pública con tal de reposicionarse de cara a las elecciones del año entrante.
El virtual desmantelamiento de la procuración de justicia general, electoral, criminal y anticorrupción ha sido secuela de la resistencia oficial a remodelar ese aparato. Y, hoy, no hay procurador ni fiscal general, no hay fiscal electoral, no hay fiscal anticorrupción y preocupa la actuación o la arbitrariedad de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, al menos, en el cateo de las cajas de seguridad en Cancún.
Aunado a ello, no está claro si el encargado de la Procuraduría, Alberto Elías Beltrán, cumple con los requisitos para encabezarla y, por consecuencia, si sus acciones tienen valor legal, incluida desde luego la remoción de Santiago Nieto de la fiscalía electoral.
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De igual modo, la crisis y la disfuncionalidad del Poder Legislativo deriva de las operaciones realizadas por el priismo con el propósito de conjurar la eventual integración del Frente Ciudadano por México, que descuadra el diseño original de la estrategia electoral ensayada en el Estado de México.
Dos meses del periodo ordinario se han perdido en pleitos y escaramuzas, cuando los pendientes legislativos (presupuesto incluido) son tan importantes como el nombramiento de funcionarios públicos clave en el ámbito de la procuración e impartición de justicia y el gobierno de la política monetaria que deberán resolverse este mes y, en algunos casos, con votación calificada.
Niega Emilio Gamboa, coordinador de los senadores del PRI, que su partido acicatee la división y la crisis en Acción Nacional. El once de octubre afirmó: "No es estrategia del PRI, de ninguna manera. No es estrategia del gobierno de la República. Es un pleito real que tienen entre algunos panistas y ha pasado en otros partidos". (La Jornada, 12 de octubre).
Sin embargo, en Lince Media de Grupo Reforma el seis de septiembre, en torno a la elección del panista Ernesto Cordero por el priismo como presidente del Senado, se dio este diálogo:
Pregunta: "...Emilio, sin duda, que tú sabías que un panista apoyado por los priistas era meterle la mano al PAN, en su fracción parlamentaria".
Respuesta: "Es correcto. Tenía claro que iba a medio ocasionar una división dentro del PAN...".
Y también reconoció que en el fondo de los pleitos en el Congreso de la Unión está la Presidencia de la República.
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El PRI y el gobierno ya cometieron una vez el error de diciembre, ¿no temen reeditarlo?
EL SOCAVÓN GERARDO RUIZ
No ha aclarado las irregularidades, pero ya casi tapó el socavón del Paso Exprés de Cuernavaca... y, ahora, viene a gran velocidad el tren a Toluca. Increíble.
