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'Otro atrevimiento del Papa'

LUIS MARTÍN BARRAZA BELTRÁN HABLA DE SU NOMBRAMIENTO COMO NUEVO OBISPO DE TORREÓN

GUADALUPE MIRANDA

Luis Martín Barraza Beltrán dejará por primera vez su natal Chihuahua para mudarse a Torreón. El próximo 29 de noviembre será ordenado Obispo de la Diócesis de esta ciudad. Su nombramiento lo calificó como "otro atrevimiento más del Papa Francisco".

Tiene 54 años de edad y en el mes de junio cumplió 29 años como sacerdote. Hasta el 15 de octubre, dejará su cargo como rector del Seminario Arquidiocesano de Chihuahua, para comenzar sus preparativos de su ordenación.

Desde su despacho, cuenta que fue desde pequeño que sintió el llamado de convertirse en sacerdote. Monseñor es originario de una comunidad llamada Santa Rosalía, ubicada a unos cuatro kilómetros del municipio de Camargo, sitio en donde eran pocas las oportunidades en donde las familias podrían participar en la eucaristía, puesto que el sacerdote acudía de manera ocasional.

Por cuestiones de estudio, su familia se mudó a la cabecera municipal de Camargo, muy cercanos al templo de San Isidro. Para entonces, don Luis Martín ya había hecho su primera comunión.

"Acudía a misa cada domingo y ahí suceden esas cosas inexplicables, donde lo fascinan a uno la celebración de la eucaristía y la figura sacerdotal. No sé porque me llenaba, me emocionaba ver al sacerdote celebrando la eucaristía, lo admiraba mucho. Tenía 11 años, es la historia vocacional quizá de muchos sacerdotes, pues empezaba a jugar a celebrar la misa".

Don Luis es el mayor de cinco hermanos, con quienes jugaba a esa celebración. "Se aprende uno el canon de la misa y ahí está uno diciéndolo; ese fue el punto de arranque".

Cuando habló con su familia sobre ese deseo de convertirse en sacerdote, de inmediato vinieron los comentarios negativos, "que es difícil, que habrá un rompimiento con la familia, y con todo aquello con lo que cuenta ahora, con el exterior". Pero dichos comentarios no los tomó de forma negativa, "ellos no lo hacían de mala fe", dice.

Pese a ello, decidió atender al llamado para sumarse al preseminario. Tenía sólo 12 años de edad. "Ahí fue donde viviendo esa experiencia, le dicen a uno 'más vida de parroquia', 'tienes que acercarte a un grupo de reflexión de crecimiento, y de ser posible a un apostolado, a un servicio a la iglesia'", y fue donde se sumó a un grupo catequista.

Al terminar el segundo grado de secundaria, se sumó a otro preseminario, "seguí con ese ritmo de vida de apostolado, de discernimiento vocacional", hasta que llegó el tercer preseminario, el cual ansiaba, "porque sabía que iba a elegir el quedarme en el seminario".

"Yo sabía que mi mamá admiraba toda la vida de iglesia, el ministerio sacerdotal, mi papá como en algunas familias, un poco más reservado, pero nunca se opusieron, nunca me dijeron eso no lo elijas, ningún obstáculo, un total respeto", cuenta monseñor.

EXPERIENCIA

Fue en junio de 1988 que fue ordenado como sacerdote. Su primera encomienda fue en Ojinaga, en la parroquia de Jesús Nazareno, tomando el lugar de un sacerdote originario de Matamoros, Coahuila.

Después viajó a Roma para estudiar una licenciatura en Filosofía y permaneció durante cinco años.

Al regresar, se integra por primera vez al Seminario Arquidiocesano para dar clases de Filosofía. Tiempo después lo enviaron a la parroquia de la Asunción de María, donde permaneció otros cinco años. "Atendía el ministerio pastoral en la parroquia y venía a dar clases de Filosofía".

En el 2000 lo invitan nuevamente al Seminario, "encargándome de la dimensión académica, presté ese servicio hasta el 2002", recuerda don Luis Martín.

En ese mismo año, lo envían a la parroquia San Pedro Apóstol, "me tocó ser el primer párroco, de la iglesia que estaba en la periferia, hasta el 2008".

Y en el 2010, el arzobispo de Chihuahua, lo invita a ser formador nuevamente en el seminario, pero ahora en la dimensión Espiritual. "Cosa que atendí durante 3 años, y en el 2013 me piden el servicio de la rectoría y desde entonces estoy y hasta el próximo 15 de octubre", dice con nostalgia.

COMO UNA OCURRENCIA

Don Luis cuenta que era domingo cuando recibió la noticia que sería nombrado como el nuevo obispo de Torreón. Recuerda que se encontraba con algunos seminaristas celebrando misa a las afueras del Seguro Social, como parte del acompañamiento que se le da, tanto a los pacientes como a los familiares, cuando recibió una llamada a su celular.

De pronto desconfió, pues era una llamada con lada 55, "ahorita se trata de muchas bromas y engaños, pero verifiqué que era auténtica". La llamada era del Episcopado Mexicano. Era el nuncio Franco Coppola, quien le pedía que viajara al día siguiente a la ciudad de México. No le adelantó nada. Los nervios se hicieron presentes.

"Había muchas posibilidades, uno empieza a pensar que le van a proponer eso, pero todavía había un margen, un porcentaje, puede ser otro asunto... Casi a uno no lo voltean a ver, (podrían) hacerle alguna sugerencia a lo mejor del seminario, pero puede ser de esa encomienda (el ser obispo)", cuenta el aún rector del Seminario.

A la mañana siguiente viajó a México y se entrevistó con el nuncio apostólico. "Va uno trabajando los nervios, las emociones, y un poquito qué va a decir, cuando me dice el nuncio apostólico, después de un intercambio de saludos, me dijo: 'el Papa Francisco lo ha nombrado Obispo de Torreón'".

Como respuesta, don Luis dijo "otro atrevimiento más del Papa Francisco, como queriéndolo ubicar que el Papa es muy aventado, nos tiene un poco acostumbrados a salirse un poco del renglón y bueno por eso dije eso". Después, aceptó.

"Si la iglesia que tiene más que perder se arriesga conmigo" yo no tengo nada que perder, yo estoy metido en esto desde que me ordené, donde la iglesia me dice que ahí me necesita, ahí estaré".

APOYO

Don Luis Martín aceptó el apoyo que le ofreció el ahora administrador apostólico de la Diócesis de Torreón, José Guadalupe Galván Galindo, quien durante 17 años estuvo al frente como obispo de la ciudad y quien manifestó su deseo de seguir en esta ciudad, aunque es originario de Cadereyta, Nuevo León.

"Sí me dijo cuando nos encontramos, en son de broma 'si me permites me voy a quedar ahí', será un motivo de alegría porque es aprovechar toda la experiencia, todo el arraigo que él tiene ahí, será muy valioso. Entonces a mi me agrada esa noticia, será un apoyo siempre, haremos equipo con monseñor Guadalupe".

Fue el lunes 25 de septiembre, que Don José Guadalupe viajó a la ciudad de Camargo, como un punto medio entre ambas ciudades, para reunirse con el nuevo obispo. Viajó acompañado por siete sacerdotes de la Diócesis, muchos de ellos conocidos por Don Luis, gracias a su formación en el Seminario Regional de Ciudad Juárez, Chihuahua.

En su encuentro, monseñor Galván Galindo obsequió a quien será su relevo al frente de la Diócesis de Torreón, la cruz pectoral, signo distintivo del obispo. Además, mostró al obispo electo un mapa de la Diócesis, que abarca cinco municipios que son: Torreón, Matamoros, Francisco I. Madero, San Pedro y Viesca.

Trayectoria. Tiene 54 años de edad y en el mes de junio cumplió 29 años como sacerdote. (GUADALUPE MIRANDA)

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