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ENFOQUE

Hurgando en los archivos

RAUL MUÑOZ DE LEON

Los días de asueto que trajo consigo la celebración de nuestras fiestas patrias en las que se desbordó el entusiasmo y el sentimiento nacionalistas, los aproveché para tratar de organizar mis archivos...

Poner en orden los libros, revistas, documentos que forman mi modesto acervo; material que va acumulándose de manera desordenada al adquirir un nuevo libro o recibirlo como cortesía de amigos y compañeros. Tengo libros "amontonados" que no he leído y que he de leer porque es tarea pendiente y comprometida conmigo y mi familia. Lo haré, seguramente, y muy pronto.

Me puse, pues, a revisar y ordenar el material bibliográfico con que cuento, que conocí y manejé en mis años de bachillerato, y fueron instrumento de trabajo en mis labores docentes, y sorpresivamente fui a dar, entre otras cosas, igual de interesantes, con estas joyas histórico-literarias que quiero comentar y compartir, en un intento de rescatar lo que se desconoce o que siendo conocido está en el olvido, confiando en que sean de su agrado, amable lector:

I.- Fragmento de una carta de Don Benito Juárez en contestación a la que le envió Maximiliano:

MONTERREY, MAYO 28 DE 1864 BENITO JUÁREZ"

"Respetable señor:

"Me dirige usted, particularmente, su carta de 22 del pasado, fechada a bordo de la fragata "Novara", y mi calidad de hombre cortés y público me impone la obligación meditada de contestar, porque ya debe suponer que el delicado e importante cargo de Presidente de la República absorbe casi todo mi tiempo, sin dejarme descansar de noche...".

"Se trata de poner en peligro nuestra nacionalidad, y yo, que por mis principios y juramentos soy el llamado a sostener la integridad nacional, la soberanía y la independencia, tengo que trabajar activamente, multiplicando mis esfuerzos para corresponder al depósito sagrado que la Nación, en el ejercicio de sus facultades, me ha confiado; sin embargo, me propongo, aunque ligeramente, contestar los puntos más importantes de su citada carta...".

"Me dice usted que, abandonando la sucesión de un trono de Europa, abandonando su familia, sus amigos, sus bienes y lo más caro para el hombre, su patria, se han venido usted y su esposa Doña Carlota a tierras lejanas y desconocidas, sólo para corresponder al llamamiento espontáneo que le hace un pueblo que cifra en usted la felicidad de su porvenir...".

"Admiro positivamente, por una parte, su generosidad y, por otra parte, ha sida verdaderamente grande mi sorpresa al encontrar en su carta la frase "llamamiento espontáneo", porque yo había visto antes, que cuando los traidores de mi patria se presentaron en comisión por sí mismos en Miramar, ofreciendo a usted la corona de México, con varias cartas de nueve o diez poblaciones de la Nación, usted no vio en todo eso más que una farsa ridícula, indigna de ser considerada seriamente por un hombre honrado y decente...".

"Yo he sufrido, francamente, una decepción: yo creía a usted una de esas organizaciones puras, que la ambición no alcanza a corromper...".

"Es cierto, señor, que la historia contemporánea registra el nombre de grandes traidores que han violado sus juramentos y sus grandes promesas; que han faltado a su propio partido y a sus antecedentes, y a todo lo que hay de sagrado para el hombre honrado; que en estas traiciones el traidor ha sido guiado por una ambición de mando y un vil deseo de satisfacer sus propias pasiones y aun sus mismos vicios; pero el encargado actualmente de la Presidencia de la República, salido de las masas del pueblo, sucumbirá (si en los juicios de la Providencia está determinado que sucumba) cumpliendo con su juramento, correspondiendo a las esperanzas de la Nación que preside, y satisfaciendo las aspiraciones de su conciencia...".

"Tengo la necesidad de concluir por falta de tiempo, y agregaré sólo una observación. ¿Es dado al hombre, señor, atacar los derechos ajenos, apoderarse de sus bienes, atentar contra la vida de los que defienden su nacionalidad, hacer de sus virtudes un crimen y de sus vicios propios una virtud? Pero hay una cosa que está fuera del alcance de la perversidad, y es el fallo tremendo de la historia. Ella nos juzgará".

"Soy de usted atento y seguro servidor.

*Tajante, categórica, respetuosa y patriótica la respuesta del Benemérito al príncipe austriaco, que refleja la personalidad y el carácter del Presidente de la República en defensa de la Patria.

II.- Con el título Aires de México, en el Tomo 18 de la Colección del Estudiante Universitario. UNAM. 1940. México. Encontramos fragmento de un trabajo titulado "Resurgimiento Literario de una Nueva Generación", publicado en la Revista Literaria 1868, atribuido a Ignacio M. Altamirano, escritor, periodista, poeta y político, miembro del gabinete de Juárez, a quien le fue siempre leal en el desempeño de tareas políticas:

"No negamos la gran utilidad de estudiar todas las escuelas literarias del mundo civilizado; seríamos incapaces de este desatino, nosotros que adoramos los recuerdos clásicos de Grecia y de Roma, nosotros que meditamos sobre los libros del Dante y de Shakespeare, que admiramos la escuela alemana y que desearíamos ser dignos de hablar la lengua de Cervantes y de Fray Luis de León. No: al contrario, creemos que estos estudios son indispensables; pero deseamos que se cree una literatura absolutamente nuestra, como todos los pueblos tienen, los cuales también estudian los monumentos de los otros, pero no fundan su orgullo en imitarlos servilmente. . ."

"Por otra parte, la literatura tendrá hoy una misión patriótica del más alto interés, y justamente es la época de hacerse útil cumpliendo con ella. . ."

"Nuestra última guerra ha hecho atraer sobre nosotros las miradas del mundo civilizado. Se desea conocer a este pueblo singular, que tantas y tan codiciadas riquezas encierra, que no ha podido ser domado por las fuerzas europeas, que viviendo en medio de constantes agitaciones no ha perdido ni su vigor ni su fe. Se quiere conocer su historia, sus costumbres públicas, su vida íntima, sus virtudes y sus vicios; y por eso se devora todo cuanto extranjeros ignorantes y apasionados cuentan en Europa, disfrazando sus mentiras con el ropaje seductor de la leyenda y de las impresiones de viaje. Corremos el peligro de que se nos crea tal y como se nos pinta, si nosotros no tomamos el pincel y decimos al mundo: Así somos en México...".

"Hasta ahora aquellos pueblos no han visto más que las páginas muy atrasadas de Tomás Gage o los estudios del Barón de Humboldt, muy buenos, ciertamente, pero que no pudieron ser hechos sino sobre un pueblo esclavizado todavía. Además, el ilustre sabio daba mayor importancia a sus indagaciones científicas que a sus retratos morales. . ."

"Después de él, casi todos los viajeros nos han calumniado, desde Lovestern y la señora Calderón hasta los escritores y escritoras de la corte de Maximiliano, que especulan con la curiosidad pública, vendiéndole sus sátiras menipeas contra nosotros...".

"Es la ocasión, pues, de hacer de la literatura un arma de defensa. Hay campo, hay riquezas, hay tiempo, es preciso que haya voluntad. Talentos hay en nuestra tierra que pueden rivalizar con los que brillan en el Viejo mundo".

"Cultivar pueden todos los géneros. Pulsarán con éxito desde la lira de Homero hasta el laúd de los trovadores; manejarán victoriosamente desde el buril de diamante de Tácito y Xenofonte, hasta la pluma ligera y traviesa de Addison y de "Fígaro". Todo es accesible al genio mexicano".

*Ignacio M. Altamirano.- Su padre, que era jefe de los chontales, fue electo en 1848, alcalde de Tixtla, Gro., situación que le dio al niño Ignacio Manuel, que entonces tenía 14 años, la oportunidad de ir a la escuela; aprendió a leer y a escribir en su pueblo natal. Sus primeros estudios los realizó en Toluca, gracias a una beca que le otorgó Ignacio Ramírez, de quien fue discípulo. Estudió en el Instituto Literario de Toluca y Derecho en el Colegio de San Juan de Letrán. Perteneció a varias asociaciones académicas y literarias. Fundó periódicos y revistas como El Correo de México, El Renacimiento, El Federalista y La República. Desde 1861 participó en la vida pública siendo en tres ocasiones, Diputado al Congreso de la Unión; Procurador General de la República y Embajador de México en varios países de Europa.

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