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YAMIL DARWICH.

La tradición continuó y este 1 de septiembre se efectúo en Palacio Nacional y ante asistentes por rigurosa invitación, el V Informe del Gobierno de Enrique Peña Nieto, con un Presidente Mexicano que a todas luces y a pesar del evidente maquillaje se ve cansado, agotado y quizá hasta fastidiado de lidiar con corrientes encontradas, -todas poderosas- que en abusiva lucha por "obtener lo suyo" interfieren en el crecimiento y desarrollo nacional.

Sin duda fue un informe triunfalista -¿quién es tan ingenuo para esperar algo diferente?- que permite hacer una rápida revisión a lo expresado, al que, sin un análisis serio apoyándose en expertos, la oposición de izquierda encabezada por la Senadora Sansores Pérez, rechazó inmediatamente expresándose de manera ofensiva. Se trata de aprobar o desaprobar el informe, siendo responsables con la oportunidad de tener privilegiada voz pública, que se otorga a políticos, politiqueros y otros personajes de la vida pública nacional.

Finalmente, por mucho que se diga, la sensación de bueno o malo la tenemos todos nosotros en mente y bolsillos, la economía familiar y en el inconformismo que crece cada día con profundidad del enojo.

Declarar que ya tenemos dos millones menos de míseros en el país no satisface, cuando vemos a una clase media casi desaparecida, transformada en baja alta, con grandes boquetes en sus capacidades económicas para satisfacer las necesidades básicas de salud, educación de calidad, mantenimiento de sus habitaciones y transporte.

Simple, cualquiera de nosotros puede expresar: "que no me digan que creció la economía nacional ¡como nunca!, cuando me cuesta más la gasolina, los productos de la canasta básica, medicinas y no tengo un ingreso congruente a mis necesidades".

Sin duda, en México, hay mayor numero de pobres y recientes empobrecidos; en contraparte: nuevos ricos provenientes de los grupos gobernantes y menos ricos entre los empleadores nacionales. Inmoral.

"El futuro es incierto, pero sabemos a dónde queremos llegar. El pasado es conocido y por eso sabemos qué queremos o qué debemos evitar", palabras pronunciadas como parte del discurso político. ¿Realmente aspiramos llegar a ser una potencia mundial del siglo XXI?, obvio, ¿pero hacemos lo necesario para lograrlo, empezando por atacar en serio y eficientemente la corrupción e inseguridad?

Del tema de nuestras relaciones con el resto del mundo, sobresale una frase que despertó entre la concurrencia los aplausos de pie: "No aceptaremos nada que vaya en contra de nuestra dignidad como nación". Usted haga memoria de lo sucedido en los últimos meses y decida sobre la veracidad de lo enunciado.

Se refirió a los mexicanos soñadores -dreamers- a quienes deberemos ofrecer la alternativa de regresar a su patria con posibilidades de trabajo, salud y vivienda dignos. ¿Podremos?

"México con responsabilidad global" fue el lema que enunció nuestra postura ante la renegociación del TLC, cuando a través de sus colaboradores ha manifestado su visión de buscar nuevas rutas, nuevos socios, compradores y vendedores diversificados. Así deberá ser, aún y cuando logremos rescatar la relación comercial con EUA y Canadá.

El grave pendiente de la administración de Peña Nieto, -heredado por cierto- es la inseguridad que ha crecido estadísticamente; pidió al Congreso de la Unión, agilice la revisión y aprobación de las reformas: "La iniciativa busca transformar mil 800 cuerpos policiacos en 32 policías estatales públicas, es a nuestro juicio la mejor ruta para conseguirlo"; agregó: "tenemos mucho por hacer, hoy una parte significativa de los homicidios dolosos no está relacionada con el crimen organizado, sino con delitos del fuero común, responsabilidad de estados y municipios". Verdadero lavado de manos; habría de ir al fondo del problema, aceptar la causa última y encontrar su relación con el desempleo y los bajos ingresos de nuestros conciudadanos.

Sin duda, la parte menos subrayada fue la referente a lo dicho sobre la corrupción: "a los servidores públicos -exigió- a conducirse invariablemente con integridad y apego a la ley en el ejercicio de sus responsabilidades". Desgraciadamente es simple frase de discurso alejado de la realidad, particularmente para el caso coahuilense.

Para muchos políticos y analistas de la oposición, quedó la sensación de la evasión del presidente para mencionar de manera frontal los oscuros estigmas de casos no aclarados, como los muertos de Ayotzinapa o del Norte de Coahuila, sin olvidar a la llamada "Casa Blanca" y las graves deficiencias en la aplicación de la ley a los numerosos políticos defraudadores y ladrones, quienes representan la más grave afrenta a nuestra economía y justicia social.

El Presidente Peña Nieto no es el tonto que las redes sociales promueven, aunque sí tiene grandes retos por encarar, debiendo utilizar los recursos del conocimiento -humanos y sistémicos- para enfrentar, resolver y en los casos rectificar el rumbo de sus políticas sexenales, sabedor del juicio de la historia, que irremediablemente recibirá. ¿Qué le pareció el informe?

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