Todavía no termina bien a bien el capítulo de la impugnación panista y ya hay visos claros de que sencillamente los líderes blanquiazules no pueden contener sus ambiciones personales.
Apenas unos días a través de la prensa Jorge Zermeño Infante, alcalde electo de Torreón, reiteró sus intenciones de reelegirse en el cargo, ahora con la recién estrenada ley que ya permite la reelección consecutiva de alcaldes y legisladores.
Esa declaración del veterano exponente de Acción Nacional, provocó reacciones en sus opositores públicos e internos. En el caso de los externos, aprovechando también declaraciones del próximo presidente municipal de Torreón, en la que señalaba que la ciudad tiene en términos generales malos servicios municipales incluyendo el agua potable y su saneamiento, el gerente del Simas, Xavier Herrera, se sintió obviamente aludido y en medio de la ceremonia de la inauguración del pozo 26 que ha perforado la presente administración, arremetió en contra del panista.
Entre otras cosas, Herrera dijo que siente lástima por Zermeño debido al grado de desconocimiento que tiene sobre las modernidades existentes en todo el tema de la administración del agua. Además de sentir pena, el responsable operativo del Simas añadió que es sorprendente que el futuro edil se atreva a prometer que va a arreglar en un año el grave problema que tiene Torreón en cuanto a su sistema de drenaje sanitario, y que desde el año pasado ha dado muestras que está colapsándose, puesto que se necesitan ingentes cantidades de recursos para reparar los cientos de metros de tuberías que están por desmoronarse o bien están tapadas. Los brotes de aguas negras que emergen en distintos puntos de la ciudad dan cuenta de ello. Además reprobó que esté pensando en la reelección cuando todavía ni siquiera se sienta en la silla de su mandato, acusando que esas ideas lo distraen de lo que debería ser su principal misión.
Es verdad lo que señala Xavier Herrera, a menos que la Federación o el Estado apoyaran, las arcas municipales son incapaces de fondear la reparación integral del drenaje. También es cierto que en un año es imposible físicamente repararlo, por lo que es claro que Xavier ha desmentido a Zermeño. Quizá el primero le hubiese ayudado a redondear su aserto sobre la imposibilidad de arreglar el problema en 365 días, si él no pudo hacerlo en 4 años.
Como quiera que sean las cosas, es entendible la disputa mediática entre Jorge y Xavier, quienes militan en distintos partidos.
En cuanto a sus opositores internos, lo que no tiene madre es el comportamiento entre los principales cuadros panistas laguneros que ya reaccionaron tratando de arrebatarle a Zermeño la posibilidad de gobernar el municipio por tres años.
La muestra más clara de ello fue la serie de anuncios espectaculares que el senador Luis Fernando Salazar ha colocado en el bulevar Independencia para promocionar su quinto informe.
Hay que señalar que la ley faculta a los legisladores y ejecutivos a promocionar su imagen durante un tiempo determinado para que informen de sus labores, por lo que legalmente la acción y los anuncios de Salazar son inapelables.
El problema es que supuestamente cuando los dueños de Acción Nacional, Guillermo Anaya y el propio Luis Fernando, conciliaron el reparto de candidaturas, a Zermeño le ofrecieron la del municipio de Torreón en el entendido que sólo sería por un año y no buscaría la reelección. Zermeño ya habiendo ganado, los ha mandado por un tubo, tal como ellos lo hicieron en el pasado con él.
Por eso es lamentable para aquellos que creen que los líderes reales del panismo torreonense son una opción diferente al grupo priista en el poder que ha gobernado los últimos años Coahuila y Torreón. Los hechos cada día demuestran lo contrario.
El diputado local Jesús de León declaró que su interpretación de la ley electoral obligaría a Jorge Zermeño a pedir licencia apenas a 4 días de ocupar el cargo, con clara intención de denostar al próximo alcalde -De León opera para Salazar, hay que aclararlo- sólo que la Suprema Corte de Justicia lo contradijera un día después.
Así pues, esta semana vuelve a quedar en claro que el PAN en Torreón no necesita ser derrotado a la buena o la mala por el PRI, como siempre se han quejado, sino que ellos solitos se bastan y sobran para destruirse; y de plano impedir que en la ciudad o el estado, el PRI tenga que afrontar una verdadera oposición, con todo lo que ello implica.
