Médicos

De inmediato aparecieron declaraciones de profesores de las escuelas de medicina de La Laguna, negando que los graduados salgan mal preparados, al menos los de sus universidades.

De entrada tienen razón y que tanto la UJED como la UAdeC tienen ponderaciones por encima de la media nacional. Según la ENARM -Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas- en 2015, la de Torreón, fue ubicada en el lugar 25 de 113 y la UJED de Gómez Palacio, en el 51. Otras de la región no califican.

Habrá que conocer los sistemas de evaluación aplicados en las escuelas de medicina; todas, -unas más, otras menos- se caracterizan por ejercer permanentemente presión sobre el estudiante, con métodos que en muchas de las ocasiones son antipedagógicos; por otra parte, la tradición ha transformado ese proceso de enseñanza médica como un medio para ser parte de una cofradía sobresaliente. Y lo son.

Recuerdo una frase dicha en el primer día de clase por el Anatomista, a unos jovencitos impresionados en la UNAM: les recibió diciéndoles: "Jóvenes: apúrense, porque el 10 es para Dios, el 9 para el autor del libro, el 8 para mí y lo que queda para ustedes". Existen muchísimas anécdotas de maltrato y hostigamiento como medio para motivar al esfuerzo extraordinario; si Usted conoce un médico, pídale que le cuente y se sorprenderá: lo hará con gusto y hasta con orgullo de haber superado todos sus retos.

Siendo así, debemos entender por qué las altas calificaciones son logradas por excepción; los nueves escasos y los dieces cosa rara.

Para ubicarnos en un contexto internacional, consulte a la Organización Mundial de la Salud y su clasificación de Sistemas de Salud mundial - tema aparte es la discusión sobre los criterios de evaluación-; califican a México en el lugar 61 de 189 países, muy por encima de la media y para su curiosidad, pone a Francia en primer lugar, a Canadá en el 30, USA 37 y por abajo de nuestro país, están: Uruguay en el lugar 65, Nicaragua en el 71 y Argentina en el 75.

Para formar buenos médicos generales y especialistas, se requiere -como en todos los casos- de materia prima adecuada: los mejores estudiantes, profesores competentes, instalaciones escolares adecuadas y hospitales para capacitación de estudiantes con equipo de vanguardia. Otra cuestión importante son los recursos económicos para lograr tener lo anterior.

Usted reflexione y concluya; por mi parte, debo decirle, sin temor a equivocarme y por experiencia, que los médicos mexicanos son sobresalientes sobre otros del extranjero; sus capacidades de interrogatorio y exploración tienen adico en entrenamiento en instituciones de Estados Unidos.

Entiendo que los médicos mexicanos son sobresalientes sobre todo la fuerte escuela francesa y sus limitaciones son dadas por la falta de recursos para afinar diagnósticos y ordenar tratamientos. Claro que existen los mercenarios, pero es análisis de otro "Diálogo".

Le cuento otra anécdota: al ser médico en servicio social, en Viesca, Coahuila, recibí la visita de un entrañable amigo, médico en entrenamiento en instituciones de EU. Me acompañó a atender un parto difícil y al ver las condiciones en que fue atendido -en casa y sin las condiciones propicias- al terminar recibiendo exitosamente un bebé varón, viéndome me declaró: -Yo, jamás me atrevería".

Hay mucho por hacer y mucho más por mejorar, empezando por otorgar mayores recursos a las instituciones de salud y las escuelas de medicina; además, importantemente, cuidar más a los futuros médicos y especialistas, incluidos sus profesores.

Estudiar medicina requiere de un trabajo intelectual y físico intenso, desgastante, que exige períodos de vigilia de 36 por 12 horas de supuesto descanso, cuando los estudiantes aún deben preparar trabajos, hacer lecturas y claro, alimentarse y dormir. Incluya una paga decorosa, otro tema olvidado por muestras autoridades.

El Dr. Jaime Federico Rebolledo, profesor y anestesiólogo, ha emprendido una cruzada para erradicar el maltrato y hostigamiento que padecen los internos y residentes de México -nada que comparar con otros países- y se ha encarado con los integrantes de la Cámara de Diputados para pedirles analicen y promuevan reformas que permitan evitar la desgastante forma de vivir el internado y la residencia; habla de que al menos 3 de cada 10 jóvenes padecen Burn Out -desgaste extremo por estrés- y seguramente se queda corto.

México tiene 2.2 médicos por cada mil habitantes y en 2013 había aceptado a 6,939 de 26,315 aspirantes a hacer estudios de posgrado. Como puede analizar, la competencia es férrea y sólo unos pocos alcanzarán a cumplir el primer paso en su planeación de vida futura.

Le pido que cuando vea pasar por la calle a esos muchachos, vestidos orgullosamente de bata blanca y hasta el estetoscopio colgado al cuello, piense en ellos cómo uno de los que probablemente le salven a vida. ¿De acuerdo?