En términos generales, el tema financiero se ha reservado a especialistas con una gran habilidad técnica para trabajar con situaciones complejas, desarrollando sofisticados análisis que no han sido comprendidos por la mayoría de la población. La mayoría de los estudios realizados sobre este tema, coincide en considerar la educación financiera como uno de los motores del desarrollo económico y social, ya que tomar decisiones financieras acertadas coadyuva a mejorar nuestro nivel de vida.
Sabemos que la falta de educación financiera lleva a las familias a abusar del crédito, a endeudarse por encima de su capacidad de pago, y a caer en situaciones de morosidad con los compromisos contraídos. Por estas y otras razones, la educación financiera es imprescindible, ya que genera beneficios para todos en todas las etapas de la vida, esto es, a los niños educándolos para que comprendan el valor del dinero y la importancia del ahorro, a los jóvenes a prepararse de manera responsable para el futuro, y a los adultos a tomar decisiones cruciales como la creación de un fondo para el retiro. Una sociedad cada vez más informada y educada en materia financiera, más exigente y responsable, obligará a las instituciones financieras a actuar con mayor eficacia, a brindar un mejor servicio, y a contribuir al desarrollo nacional.
En un documento de amplia difusión, relacionado con el tema que nos ocupa, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés) define la educación financiera en los términos siguientes: "la educación financiera es el proceso por el cual los consumidores, financieros e inversionistas mejoran su entendimiento de productos financieros, conceptos y riesgos, y a través de la información, instrucción y consejos objetivos, desarrollan las habilidades y confianza para tomar decisiones informadas, para conocer dónde acudir para obtener ayuda, y para tomar otras acciones efectivas para mejorar su bienestar financiero".
En nuestro país, la Comisión Nacional para la protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), con base en información de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2012, afirma que en nuestro país el uso de servicios financieros se ha duplicado en los últimos años y en la actualidad, más de la mitad de la población hace uso de ellos. Sin embargo, según este organismo, el rezago en materia de educación financiera es evidente, ya que por falta de información las personas desconocen las ventajas que pueden obtener al usarlos. Por este motivo, en México y en diversos países alrededor del mundo, en los últimos años, se han hecho esfuerzos por promoverla y precisar los objetivos de un programa en la materia. El objetivo de un programa de educación financiera es para la mayoría de los estudiosos del tema, desarrollar una cultura del uso eficiente de instrumentos financieros, del dinero, del crédito, del ahorro y de la inversión.
Resulta de interés mencionar ahora el Programa de Educación Financiera de la Asociación de Bancos de México que destaca entre otros aspectos los siguientes: "Crear conciencia entre los mexicanos de la importancia del ahorro, del manejo del crédito y del cuidado de su dinero por medio del conocimiento y la prudencia en el manejo de sus recursos financieros. Despertar en los niños y jóvenes de México el interés por los temas de cultura financiera y que la familia se convierta en un espacio privilegiado para hablar de estos temas. Crear conciencia que la cultura financiera representa una oportunidad para incrementar la calidad de vida de las familias. Que los mexicanos sean conscientes que las instituciones bancarias son sus aliados estratégicos en la formación de su patrimonio, y propiciar el interés social en la cultura financiera para que se sumen otros actores en su desarrollo y promoción".
Elevar los niveles de cultura financiera en nuestro país representa pues un gran desafío. Por ello, la transmisión de ese conocimiento ha sido el objetivo de la Semana de Educción Financiera que se organiza anualmente en México desde hace más de una década, a través de esfuerzos conjuntos de gobierno, organizaciones sociales e instituciones financieras y educativas. Existen también otras iniciativas sobre esta materia, desarrolladas por los principales bancos del país y por dos de las principales instituciones de educación superior (UNAM y Tecnológico de Monterrey).
En un entorno financiero tan cambiante como el que hemos venido experimentando desde hace varios años, resulta evidente la importancia de tomar decisiones informadas y cuidadosamente analizadas en relación con las finanzas personales. La educación financiera es el camino para lograrlo.
