EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Eddy y la movilidad sostenible

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

Cuando escuchamos a alguna persona que expresa su desacuerdo con la creación de ciclovías me recuerda hace década y media a aquellos que opinaban sobre la creación de las áreas naturales protegidas de Jimulco y Cañón de Fernández, reduciendo de manera simplista su percepción con el argumento de que no eran necesarias, "para qué cuidar plantitas y animalitos, si hay muchos", en referencia a los mezquites, huizaches, coyotes o roedores silvestres ubicados o desplazándose en los entornos urbanos o agrícolas de la región.

Peor que eso, entre quienes opinaban así, y algunos todavía lo hacen, encontramos políticos locales que mostraban su precariedad cultural. Aunque parezca increíble, hoy en día hay quienes expresan que las ciclovías sólo servirán para congestionar el tránsito de los automóviles y provocarán mayor contaminación; en su vasta sabiduría, estas personas opinan contrariamente a la idea que a nivel mundial se viene cultivando de que tanto la conservación de ecosistemas y biodiversidad en espacios protegidos como la creación de infraestructura urbana que posibilite la movilidad sostenible de las personas es condición necesaria para mejorar la calidad de vida de la población.

Lamentablemente, estas ideas globales permean lentamente en los niveles o escalas locales como la zona metropolitana de la Comarca Lagunera. Las ciudades destacan porque concentran la población humana, las actividades económicas de producción de bienes y prestación de servicios atraen la migración y favorecen la multiplicación demográfica, pero ésta no ocurre con planeación e inevitablemente los problemas que provoca este fenómeno tienden a rebasar las capacidades de los gobiernos y de la misma sociedad para resolverlos.

Uno de esos problemas es la movilidad que realizan los habitantes de las ciudades a través del espacio urbano. El concepto de movilidad predominante se basa en facilitar el uso del automóvil, la obra pública considera entre sus prioridades la construcción de vialidades para que éste se desplace con mayor facilidad, pero sólo una minoría, a pesar de la introducción de los llamados autos "chocolates" que en la región abundan, tienen posibilidades de acceder y usar el automóvil como medio de transporte laboral, escolar o recreativo, la gran mayoría utiliza otros medios como el transporte público o la bicicleta.

Son comunes las notas de medios de comunicación sobre los accidentes y los costos en salud y vida de la población que se ven involucrados, voluntaria o involuntariamente, en ellos; al parecer la cultura vial de la población que usa el automóvil es escasa o nula entre aquellos que irresponsablemente los provocan. Es una consecuencia inevitable de que se priorice una política pública que sustenta la movilidad urbana en el uso del automóvil, y decimos política pública porque es responsabilidad de los gobernantes usar los recursos de los ciudadanos en crear la infraestructura y los equipamientos que posibiliten la movilidad urbana.

Pero la realidad es que los gobernantes han resultado socarrones en el entendimiento de estos nuevos conceptos de movilidad urbana, quizá su percepción siga siendo la de antaño y se resisten a actualizarse en los nuevos conceptos que conviertan esa movilidad convencional en una movilidad sostenible, o quizá no quieran enfrentar los grupos de interés que se aferran a los sistemas de transporte colectivo, por cierto de mala calidad en la región, o a los propios constructores que trabajan para el gobierno y ven más rentable llenar de puentes y vías rápidas las ciudades.

La movilidad sostenible implica no el desuso del automóvil, sino la restricción de éste y su combinación con otras formas como el transporte público y la movilidad no motorizada, y es hacia allá donde deben reorientar las políticas y el presupuesto públicos, las prioridades en esta materia. En Torreón existe un avance con la construcción de la infraestructura que habilitará el metrobús, una alternativa que mejore el transporte colectivo de la población, y aunque en las otras ciudades metropolitanas este proyecto se ha rezagado, los ciudadanos esperamos que también ocurra.

Donde el avance es mínimo es en la movilidad no motorizada. Durante años he transitado por el periférico y, lamentablemente, he visto accidentes en los que son atropellados ciclistas con resultados fatales debido a que es una vía rápida que un segmento importante de obreros usa para trasladarse a sus centros de trabajo, pero estos y otros casos que frecuentemente ocurren en las vialidades interiores de las ciudades no han sido evidencias suficientes para habilitarlas con equipamientos que posibiliten el traslado de los ciclistas en forma segura.

Hace unos días sucedió uno más de estos accidentes que vale la pena comentar. Eduardo Rentería, Eddy, para quienes somos sus amigos y los integrantes de colectivos de ciclistas como Ruedas del Desierto del cual es fundador y líder, fue atropellado por un vehículo que suponemos por el impacto que tuvo en la bicicleta y persona, se desplazaba con velocidad inmoderada.

Lo que le ocurrió a Eddy no debe verse como una estadística más, sino que por él y todos aquellos que también han sufrido este tipo de accidentes, como por los que usan cotidianamente la bicicleta como medio de transporte y de esa forma se exponen, debe provocar una reacción entre los gobernantes para que cambien su concepto de movilidad convencional por otro de movilidad sostenible; Eddy mismo es un precursor de esta última. Esto es algo que los ciudadanos debemos matizar hasta lograrlo, y no duden que lo haremos.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Gerardo Jiménez González

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1368395

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx