EDITORIAL Columnas editorial Enríquez Caricatura editorial

Nuevo (des)orden mundial

Nuevo (des)orden mundial

Nuevo (des)orden mundial

NUESTRO CONCEPTO

En poco más de seis meses de gobierno, Donald Trump ha trastocado no sólo el orden político dentro de Estados Unidos sino también el orden mundial. Lo que ocurre en la primera potencia económica, financiera, militar y cultural del orbe tiene un impacto en los cinco continentes, en mayor o menor medida, según la dependencia y/o relación que tengan los países con la nación hegemónica.

Si se pudiera condensar en unas cuantas frases al esencia del arranque de la era Trump éstas serían: ruptura con el pasado reciente; proteccionismo frente al libre comercio internacional; desdén por el medio ambiente; endurecimiento migratorio; distanciamiento con aliados históricos (Europa, principalmente), pero sobre todo una constante incertidumbre y una profunda inestabilidad en las formas políticas. Recapitulemos.

Hacia dentro, Trump parece empeñado en pelearse no sólo con los demócratas del Congreso sino también con los republicanos, es decir, los que lo llevaron a la Casa Blanca. Y este pleito pasa incluso por la bravuconería y el insulto abierto, ya sea proferido por él mismo o por algunos de sus colaboradores. Además, el presidente de Estados Unidos se muestra obsesionado con acabar con todo el legado de su antecesor, Barack Obama: ecología, equidad, respeto, seguridad social, libre comercio.

Hacia afuera, el inquilino de la Casa Blanca está rompiendo las alianzas tradicionales que Estados Unidos construyó luego de la Segunda Guerra Mundial y que en buena parte le permitieron alcanzar la hegemonía. La Unión Europea, liderada por Alemania, mira hoy con recelo los pasos erráticos de Trump, mientras que éste, con todo y el repudio de su partido, sigue admirando las cualidades de Vladímir Putin, el presidente del viejo enemigo de Washington.

Canadá y México, principales socios comerciales de Estados Unidos, han encendido las alertas por la forma en la que Trump busca imponer nuevas reglas del juego dentro del Tratado de Libre Comercio, un acuerdo que ha quedado demostrado que durante 20 años ha beneficiado a los tres países. Al otro extremo del mundo, China se mantiene vigilante y a la expectativa de convertirse en el próximo primer actor de la economía internacional, mientras recibe de Washington un trato ambivalente que a veces se torna abiertamente hostil.

Lo más parecido a un aliado hoy para Estados Unidos es el Reino Unido, nación que se dispone a abandonar la Unión Europea y construir un nuevo rol en el ajedrez mundial. Pero aún así, Londres no se confía del voluble y temperamental Donald Trump, quien además está demostrando que no sabe lidiar con los contrapesos del sistema político norteamericano lo cual lo hace parecer cada día más aislado.

El problema más grave de todo esto no es tanto lo que Trump está destruyendo, sino lo que está dejando de crear para sustituir el orden interno y externo que ha prevalecido en los últimos 30 años. Se está abriendo un vacío en lo que algunos llaman la gobernanza del sistema mundial que incrementa considerablemente los riesgos de caos sistémico e inestabilidad.

Mientras los cambios toman un rumbo más claro y un nuevo agente hegemónico comienza a llenar el vacío que está dejando Estados Unidos, los gobiernos de países como México deben asumir una mayor responsabilidad en las decisiones que toman. Si bien es imposible, debido a la dependencia política, económica, social y cultural, que haya un distanciamiento, se debe buscar con suma inteligencia a los actores clave que pueden dar algo de certeza a la relación bilateral para evitar naufragar en el vaivén del desorden mundial de la era Trump.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Nuestro concepto

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Nuevo (des)orden mundial

Clasificados

ID: 1365320

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx