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El INE, un cochinero

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

ENTRADA.- Ahora están en entredicho los consejeros del Instituto Nacional Electoral. Para desgracia de todos han venido perdiendo la confianza, elemento fundamental para cualquier institución del estado, así los señores consejeros la han perdido totalmente estas últimas semanas.

El problema del INE es de origen; la misma ley establece que serán los partidos y las diversas bancadas en la Cámara de Senadores y de Diputados los que finalmente decidan quién llega o no a consejero.

SOPA.- Es en esa elección cuando se inician las luchas entre los partidos políticos, bancadas partidistas, los grupos de opinión pública u organismos no gubernamentales los que inician la férrea lucha por controlar al INE y la joya de la corona, sacar para su partido al presidente del Consejo.

Lo que en su momento quiso ser el gran fiel de la balanza y el organismo justo y equitativo para resolver los problemas electorales, terminó convirtiéndose en el desacreditado organismo que ahora sufre este país.

La realidad es que en la Comisión Fiscalizadora no se está discutiendo verdaderamente lo que cada candidato gastó más allá de los límites fijados por la ley. Metida la fiscalizadora a contabilizar lonches, tortas, animadores, payasos, pelotas o piñatas, finalmente oculta de fondo, un propósito político.

PLATO FUERTE.- La Comisión Fiscalizadora, que será finalmente quien remita el expediente con la información por ella misma recabada al Tribunal Electoral de la Federación, ya logró lo que querían los partidos políticos que la manejan: crear un terrible ambiente de inseguridad y desconfianza. Los ciudadanos de a pie vienen denunciando desde hace muchos años su desacuerdo con la manera y forma como el gobierno federal está manejando al país y ahora se agrega la terrible duda desconfianza e incertidumbre del máximo órgano electoral.

Algunos llegarían a pensar que el actual régimen de Peña Nieto está "salado". Nada le sale bien y lo que hace bien no le luce ni trasciende al imaginario colectivo. Ejemplo: nunca en la historia de este país habían sido procesados, perseguidos o encarcelados más de siete gobernadores corruptos. Peña Nieto lo hizo y no se ha manifestado ningún reconocimiento. Las reformas estructurales como la de telefonía y comunicaciones, la energía, la de educación (la más difícil y complicada de todas) transparencia y el sistema anticorrupción, ahí están y con el tiempo se verán sus frutos.

Y más sal. Después de 6 meses se logra traer preso a Javier Duarte y en la primerita audiencia el abogado del delincuente les da una revolcada lastimosa a los representantes del Ministerio Público Federal que cayeron en contradicciones sobre la información y cifras que obraban en el expediente. Como llevan el proceso no sería nada difícil que saliera libre y hasta demande daños y perjuicios al gobierno federal.

Más sal. La vía exprés recientemente inaugurada se hunde y mueren dos mexicanos que iban a su trabajo. En Iguala los narcos asesinan a 43 estudiantes y a Peña Nieto se le quiere hacer responsable. Las intervenciones de Peña Nieto en los foros internacionales muy especialmente en el G20 pasan desapercibidas para millones de mexicanos y así podríamos seguir hasta el infinito.

Ahora enfrenta un delicado y nuevo problema: La pérdida de la credibilidad y confianza en el INE. Sería sumamente peligroso llegar al 2018 con un INE desprestigiado y poco confiable. Y si las elecciones presidenciales ya se veían difíciles para el país, con este nuevo agregado se pronosticarían terribles para la paz social.

POSTRE.- Por lo pronto el INE ya hizo de la elección en Coahuila un verdadero cochinero, en donde todos los consejeros electorales declaran en los medios sobre todos los temas que están tratando al interior del Instituto, y que por ley los obliga a la secrecía.

Y como siempre lo hace el mexicano al enfrentar la terrible realidad, saca aquel humor agrio. Ahora resulta con relación a los gastos de campaña en Coahuila, que sobran tortas, piñatas, payasos, pelotas, gorras y barquillos de nieve que no fueron contabilizados.

 DIGESTIVO.- Hemos caído en un sistema electoral perverso en donde las elecciones se ganan o se pierden en los tribunales por tecnicismos legales, no por el conteo de votos.

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