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Algoritmos

Diálogo

YAMIL DARWICH

Yuval Noah, profesor de historia en la Universidad de Israel, insiste en que la vida es solamente el resultado de algoritmos, que se definen como: "el conjunto ordenado de operaciones sistemáticas que permite hacer un cálculo y hallar la solución de un tipo de problemas".

Le advierto que Yuval es una especie de "científico ateo irreverente", pero un gran pensador del presente.

El ejemplo más claro en estos tiempos de posmodernidad -para justificar lo declarado por él- son los sistemas computacionales y los avances que han permitido al humano llegar a la posmodernidad, aunque los beneficios siguen siendo acaparados por los ricos que invierten en investigar, aplicándolos a costas de los pobres, sus trabajadores.

Hoy, nuestra vida cotidiana está basada en esos algoritmos, software y programas de cómputo que hacen más fáciles las rutinas del trabajo de muchos. Usted va al supermercado y la cajera sólo tiene que acercar las compras a un lector electrónico que hará los cálculos de costo, le indicará como cobrar a entregar, pasará la información a un control general que registrará en el inventario y, si es verdaderamente de última generación, preparará la orden de compra al mayoreo, impuestos y otros muchos datos. Usted elija otros de los muchos ejemplos.

Han avanzado en la producción industrial y con su apoyo se han robotizado procesos, siendo éstos más exactos, rápidos y económicos, generando mayor ganancia al dueño y provocando el desempleo de trabajadores.

Carl Bendikt Frey y Michael A. Osborne, investigadores ingleses, publicaron en 2013 un informe -"El futuro del empleo"- que, según ellos, advierte del 47 % de trabajos que en 2033 serán ocupados por procesos computacionales en los EUA; describen la desaparición de muchos empleados, inclusive profesionistas que serán innecesarios; también la aparición de nuevas carreras a estudiar, básicamente centradas en el manejo de equipos de cómputo con sus programas, investigación científica y ramas similares.

Imagine robots que le atiendan como médicos, consulten y den tratamientos; serán más eficientes, acertados en su análisis y lo harán en menor tiempo a menor costo.

En 2015 la IBM desarrolló uno de esos algoritmos "Deep Blue", que aprendió por sí solo 46 juegos de Atari, resolviendo sus retos en tiempos extraordinarios. Ya en 1996, una computadora había derrotado a Gari Kasparov, campeón mundial de ajedrez, algo inimaginable en aquellos tiempos.

Le comparto otros ejemplos citados por Yuval Noah:

En el002, Billy Beane, director técnico del equipo Oakland de beisbol, utilizó un software para elegir jugadores -entre los desechados por otros entrenadores- con un presupuesto de 44 millones de dólares, logrando el récord de 20 partidos ganados consecutivamente. Los Yanquis aplicaron 125 millones esa misma temporada; de inmediato otros copiaron el modelo y los peloteros se inconformaron.

Una empresa china utiliza el programa "Vital" en su toma de decisión y sus resultados son más rápidos y eficientes en la investigación médica; les recomendó invertir en Pathway Pharmaceutical, empresa con programas compatibles; luego pidió asociarse y ¡se lo permitieron!, pudiendo evitar errores en la elaboración y surtido de recetas en EUA. Antes había un 1.7 % de erratas, que representaban 50 millones de prescripciones equivocadas anualmente.

En la Universidad de California, Santa Cruz, el profesor David Cope, desarrolló un programa musical -experimentando con inteligencia artificial- al que llamó EMI, apoyado en la información disponible sobre Bach, creó 5,000 corales …¡en solamente un día! Al presentarlas en un festival de la ciudad, los conocedores las definieron como maravillosas; luego aprendió a Beethoven, Chopin, Rajmaninov y Stravinsky.

Steve Larson, de la Universidad de Oregon, retó a que EMI descubriera entre tres piezas cuál era de él, otra de Bach o de la computadora, citando a alumnos y maestros de música para que opinaran. Decidieron que la de Bach era de Larson, la de EMI de Bach y la de Larson, la de la computadora.

La pregunta es: ¿qué sucederá con el ser humano y los desempleados?

Claro que la economía productiva permitiría alimentar y sostener a todo el mundo, pero… ¿los ricos aceptarán?

Otra incógnita: ¿qué sucederá con el tedio y aburrimiento? Desde luego que podrían crearse programas ocupacionales, tema que ya toca la cienciaficción.

En medio de todo se plantea un grave cuestionamiento: ¿persistiremos como especie o seremos suplantados por los robots?

También calculan que en unos 25 años tendremos la respuesta, que usted podrá constatarla con sus propios ojos, si es un cincuentón o menor.

Le dejo una afirmación preocupante de Nick Bostrom, otro investigador del tema, filósofo de la Universidad de Oxford: "la inteligencia artificial sencillamente exterminará a la inteligencia humana".

Pero deje de alarmarse; no quiere decir -necesariamente- que desapareceremos los humanos, aunque sí, que viene un mundo nuevo, diferente, que esperemos sea más justo para todos; claro, acaso haya voluntad humana.

¿Qué piensa?

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