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¿Es el PAN la dignidad de Coahuila?

DAVID PÉREZ

Cuestionar el uso del poder político es una tarea irrenunciable si buscamos una democracia que se perfeccione constantemente. Cuestionar a quien puede ser el gobernador con menor índice de credibilidad y legalidad, tendrá que ser una tarea cotidiana si llega al ejercicio de su cargo. Sin embargo, no es el único que debe ser cuestionado por su quehacer en el escenario público en Coahuila. En tiempos de incertidumbre política, ninguna forma de poder debe quedar fuera de la reflexión pública.

Cuando a un discurso político no le interesa necesariamente la verdad sobre los procesos electorales del país (al PAN no le interesó en el 2006), y al mismo tiempo, produce expresiones a las que se le atribuye verdad, como es la expresión: "Coahuila Digno", y que es insertada en un entramado de relaciones de poder con la intención de atender intereses particulares; entonces, hay que preguntar sobre las intenciones y los efectos que busca un partido político al construir ese tipo de discursos.

Así, el partido político Acción Nacional intenta construir en Coahuila un discurso que sea socialmente aceptado, en el que ellos se presentan como la opción política digna para gobernar. En su discurso, la dignidad está sujeta a que ellos sean declarados vencedores de los pasados comicios electorales. Desde esta posición, los distintos grupos que no los apoyen, ¿serán los indignos?

Al pretender definir el concepto de dignidad, a partir de la intención política de gobernar, eso implica que la dignidad sea reducida a la forma de pensar del PAN en su discurso de impugnación electoral. En un contexto con un árbitro ineficaz, opaco y parcial, apelar a la dignidad puede resultar rentable. Además, las intenciones de dicho discurso trascienden el ámbito local, ya que Ricardo Anaya utiliza este discurso de la dignidad para continuar con su campaña personal rumbo al 2018.

La propuesta de dignidad que Acción Nacional realiza estos días se aproxima más a la reducida intención de ganar una elección, que a una manera digna de hacer política que refleje los valores de la democracia. Recordemos las acusaciones de Luis Fernando Salazar al proceso de selección interna en el que resultó ganador Guillermo Anaya. De igual forma, con una corta memoria nos alcanza para tener presente las descalificaciones de Anaya a los demás candidatos durante las campañas y debates, ahora va del brazo con ellos presentándose como el frente de la dignidad en Coahuila.

Es necesario que el frente opositor diga explícitamente qué entienden por dignidad, que expongan sus argumentos de por qué ellos pueden enarbolar esa bandera, que expliquen qué pretenden cuando se envuelven bajo el manto de la dignidad. De lo contrario, el uso y contenido que le dan a la expresión "Coahuila Digno", podría interpretarse desde sus intereses personales, que no siempre son visibles. De no ser claros, se puede leer su discurso político como un engaño.

Quizá se esté siendo muy obsequioso con el PAN. Con el mismo partido que utilizó políticamente la figura de Vicente Fox. Con esta fracción política de la que surgió la administración encabezada por Felipe Calderón, la misma que inició "la guerra contra el narco", esa que nos metió en el actual ciclo de violencias en México. Si han sido víctimas de un fraude electoral, eso no los hace impunes.

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Escrito en: David Pérez

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