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La democracia con topes

JULIO FAESLER

A pesar de todos los esfuerzos que hemos invertido en educar al dinosaurio oficial, éste no entiende. En Coahuila siguió con sus viejas mañas. Hasta en el extranjero se supo.

Con su torpísima maniobra de interrumpir el avance de la Cuenta Rápida y del PREP antes de completar sus estimaciones sobre los contendientes a la gubernatura de Coahuila, el Instituto Estatal Electoral abandonó dos elementos que darían confiabilidad al proceso electoral dejándolo en el malintencionado suspenso en que se encuentra.

Deteniendo los cómputos cuando la Cuenta Rápida sólo llevaba el 52.4 % de sus cálculos y 72 % del PREP la autoridad le puso topes a la Democracia. Las explicaciones que dio el Instituto Estatal Electoral fueron totalmente confusas.

No es que sean indispensables las cuentas mencionadas para definir qué candidato ganó el sufragio popular para ser el próximo gobernador de Coahuila. Lo que da lugar y refuerza a toda posible sospecha es el vacío de información en que queda la ciudadanía libre para urdir todo género de suposiciones negativas respecto a las instituciones comiciales.

El porqué la autoridad electoral de Coahuila decidió atrancar ambos cómputos se encuentra en la verdadera intención con que lanzó su operativo de campaña. Si su deseo hubiera sido democráticamente leal la utilización de las dos cuentas habría sido para comunicar sus cálculos a la ciudadanía sin juzgarlos.

El uso de dichos instrumentos de estadística electoral no fue leal. La ciudadanía coahuilense fue objeto de una cruda e improvisada imitación de la famosa "caída del sistema" cuando el 6 de julio de 1988 el gobierno detectó con alarma que el inminente resultado no favorecía al partido oficial. El entonces secretario de Gobernación, hoy Senador del PT, Manuel Bartlet, mandó cerrar el recuento de votos para luego construir el artificial triunfo del candidato priista.

Ya han pasado casi 30 años del aquel funesto, pero histórico episodio. Los mecanismos que tan laboriosamente habríamos de diseñar e instalar para asegurar claridad y justicia electoral no pueden funcionar si sus disposición son burladas por los mismos bastardos intereses que persisten.

Las elecciones en Coahuila no son las únicas en este momento. La indignación nacional, agravada con las fechorías registradas en los comicios del Estado de México, no se ha hecho esperar.

Es entendible que el Frente por la Dignidad de Coahuila y la Alianza Ciudadana, conformada por el PAN, Encuentro Social, Primero Coahuila y Unidad Democrática de Coahuila se retiren de todos los cómputos que organiza el Instituto Electoral a niveles distritales, municipales y estatal.

Tienen razón esas fuerzas ciudadanas organizadas en no avalar con su presencia la atrabiliaria maniobra que ejecuta el gobierno. Su continuada participación la convalidaría. Los votos adicionales que puedan aparecer durante su ausencia de las mesas habrán de defenderse la semana entrante al conocerse el cómputo oficial que al tener validez legal será, por lo que se ve, impugnado formalmente por los partidos inconformes. La espera de unos pocos días sirve para preparar argumentos. Era necesario dar ese paso con firmeza y convicción.

No es la primera vez que la sociedad civil tenga que poner las cosas en su lugar. Nuestra historia es un largo relato de ejemplos de gallarda lucha cívica.

¿Qué gana Coahuila con seguir consistiendo la mafia política tan excesivamente identificada como parte del partido que todavía se ostenta como dueño del destino nacional?

Así como no debemos tolerar y dejar sin castigo delitos en otros órdenes, no hay que dejar pasar este nuevo atropello a la seguridad electoral. El que no hallamos extirpado la atávica compulsión del PRI por hacer pilladas en los comicios es un hecho que compromete nuestro buen nombre internacional como país de instituciones confiables.

En 2017 el PRI quiso en Coahuila ponerle topes a la Democracia con topes. La reacción civica ha sido valiente y acertada. Trabar las cuentas rápidas y las preliminares es, sin embargo, sólo una muestra de las muchas armas que figuran en el arsenal del viejo dinosaurio.

Desde hace tiempo la elección en 2017 para gobernador de Coahuila se ha considerado como factor que podrá indicar el rumbo político y económico que emprenda el país a partir de 2018. Estamos todos atentos.

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