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Coahuila en vilo

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CARLOS CASTAÑÓN CUADROS

Sabíamos que sería un proceso inédito, histórico por sus características, pero nunca nos imaginamos llegar a un punto tan crítico, tan cerrado. Por mucho, fueron las elecciones más competidas de la historia reciente. Acostumbrados al "carro completo" y a márgenes amplísimos arriba de la oposición, la elección del domingo 4 de junio, rompió las cómodas tendencias para el partido en el poder. Pero sin duda, la mayor polémica, no proviene solamente de los partidos, sino del árbitro electoral. Mala señal cuando el juego lo opaca el árbitro.

Lejos de generar certidumbre y confianza, el Instituto Electoral de Coahuila, IEC, quedó muy por debajo de las circunstancias. Primero dice una cosa y luego otra, pero ojo, con las elecciones no se juega. De esa manera, a las dos de la mañana, el conteo rápido del IEC anunció una ventaja del candidato panista, Guillermo Anaya, para luego decir que siempre no, que el candidato del PRI, Miguel Riquelme va arriba por 1.5 puntos. ¿Dónde quedó la bolita?

Conforme pasaron las horas, el árbitro ya rebasado, salió a decir que no hay ganadores. Entonces, ¿en qué quedamos? Como una mala película, parece repetirse el escenario de la elección presidencial entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador. ¿Viene el voto por voto, casilla por casilla? En el transcurso de este miércoles hará el conteo la autoridad electoral, pero en estos días, nos tienen en ascuas. Mientras tanto, la duda crece y da lugar a la sospecha. La oposición acusa fraude electoral, y tras las elecciones, la presunción de un fraude logró que al fin se unieran Anaya del PAN, Armando Guadiana de Morena, Javier Guerrero, independiente, José Ángel Pérez y hasta Lucho Salinas. Por supuesto, a esa lista no se asomó ni por error la comadre, Mary Telma Guajardo. Algunos dirán: "mejor cuidar los intereses…"

Lo preocupante de todo esto, es que la incertidumbre y desconfianza la ha generado el instituto electoral. Ineficaz, inepto. Pequeño para la responsabilidad que exigen las elecciones más competidas. ¿De qué sirvió la reforma electoral?

Durante el proceso electoral fue acusado de parcialidad por parte de tres candidatos: Anaya, Guadiana y Guerrero. Incluso, hicieron reclamos al Instituto Nacional Electoral, para que atrajera la elección de Coahuila, pero no pasó nada. Para el caso, el INE aplicó la clásica: "ni los veo ni los oigo". Transcurrida la elección, salieron a reconocer que sí hubo "graves acontecimientos… con el fin de desestabilizar el proceso electoral".

En tanto pasan los días, dos narrativas chocan estrepitosamente: el triunfo del PRI y la presunción de fraude. En las redes sociales y en los medios tradicionales ya circulan videos e imágenes de boletas electorales tiradas en alguna calle de Sabinas. Otro video más de un zafarrancho en una casilla de Acuña, e incluso, el robo de boletas en Matamoros. ¿A quién le conviene estas prácticas de los años sesenta del siglo pasado? ¿Para qué manchar la elección?

En medio de todo esto, Coahuila en vilo. ¿Quién tiene la razón? Que hablen las actas, que se recuenten los votos. Sí, pero si eso no es suficiente, entonces qué puede pasar. El peor de los escenarios sería la anulación de la elección, como sucedió antes en Colima. Sin embargo, es necesario esperar el recuento y sobre todo, que si la autoridad local no puede con el paquete de dar certeza y razón, entonces, que venga el INE o el Tribunal Electoral a despejar las dudas. En la inconformidad, los partidos opositores convocaron a una protesta en Saltillo y Torreón. Inédito, el agua y el aceite se juntaron. Sobre la protesta, es sumamente simbólico, que quienes no se unieron durante la elección, lo hagan ahora. ¿Ya para qué? Sin duda faltó grandeza.

Más allá de la incertidumbre sobre la gubernatura de Coahuila, hay que destacar la participación ciudadana, que en algunos lugares registró porcentajes superiores al 60 por ciento. También contrario a lo que se pensaba, Humberto Moreira no alcanzó los votos para ser diputado plurinominal. Ya en la perfecta ironía, acusó de tirano a su hermano, Moreira II, y señaló "fraude electoral". Sí querido lector: ¡Fraude electoral! Otro aspecto relevante, independientemente de quien resulte gobernador, es el congreso dividido. El PRI perdió la mayoría, lo cual abre la puerta a un contrapeso real al gobierno estatal. Por lo pronto, habrá que esperar en qué termina la disputa del poder.

Nos vemos en Twitter, @uncuadros

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