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Crónica gomezpalatina

Músicos y trovadores gomezpalatinos de ayer y hoy Primera parte

MANUEL RAMÍREZ LÓPEZ, CRONISTA OFICIAL DE GÓMEZ PALACIO

Sin lugar a dudas nuestra población se ha caracterizado por su romanticismo, desde épocas anteriores hemos disfrutado del trabajo de compositores e intérpretes que en diferentes actuaciones han dejado constancia de sus sentimientos, vivencias y categoría a través de la música, incursionando en los campos selectos del espíritu al igual que en los senderos sencillos de la canción popular, se han adentrado en el gusto y en la predilección de los diferentes públicos, que los recibieron y los incorporaron de lleno a sus recuerdos y vivencias del alma, dejando un espacio abierto en forma permanente e imborrable para la añoranza y la ensoñación en los años futuros.

Los nombres de esos personajes pertenecen a la selecta galería de los gomezpalatinos ilustres que se ganaron un lugar especial y destacado al entregar sus mejores virtudes convertidas en hermosas creaciones e interpretaciones, durante el poco más de una centuria que tenemos de existencia y en la cual nos hemos identificado con sus poéticas y melodiosas expresiones. A principios del siglo anterior los primeros exponentes eran las bandas, orquestas y conjuntos musicales que alegraban los festejos y las conmemoraciones de las comunidades, en nuestro terruño una de la más antiguas y tradicionales fue la Banda de "La Amistad" integrada por trabajadores de esa fábrica textil, primera en actuar en el vetusto kiosco de madera de la Plaza de Armas, para deleite de los asistentes a las noches de serenata.

La Revolución Mexicana con su enorme caudal de acontecimientos, perturbó seriamente el desarrollo de las actividades musicales por el peligro existente en las zonas de combate y sólo se veían algunos grupos o individuos tocando y cantando en cantinas o restaurantes y en pocas ocasiones a las Bandas Militares participando en actos de la milicia y ceremonias civiles de conmemoraciones patrias. En ese ramo destacó el maestro Melquiades Campos Esquivel, nacido en la hacienda de Santa Rosa de Lima, (antecedente de Gómez Palacio) con una gran carrera profesional, llegando a ser Director de la Banda de Música del Estado Mayor de la Secretaría de Guerra y Marina y maestro en la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Años más tarde se formó la Banda de "La Esperanza" representando a la gran factoría jabonera y que era conducida por el profesor Filomeno Escobedo, la agrupación elegantemente vestida y con un amplio repertorio hacía las delicias de una sociedad amante del baile como actividad recreativa. Otra destacado grupo era el de "La orquesta del profesor Arturo Lugo" cuyas presentaciones causaban gran expectación tocando temas de los más afamados maestros internacionales, con un acertado refinamiento armónico que atraía a los conocedores de buena música y desde luego interpretaban las melodías populares de esos momentos. Esta orquesta en 1909, con motivo de la inauguración del Casino Gómez Palacio obtuvo Medalla de Oro representando a Durango, en competencia con los más destacados grupos de Coahuila, Chihuahua y Zacatecas.

Por la década de los años 20´s, también las damas participaban en las diversas orquestas femeniles, destacando la Orquesta Típica de Señoritas dirigida por el profesor Gilberto Ramírez. Había otras, como La Típica de la Sociedad a cargo del maestro Jesús Aguilera y la Típica de Señoritas conducida por el maestro E. Villalobos, la característica de las típicas era la interpretación exclusiva de instrumentos de cuerda. Con esas agrupaciones se empezaba a disminuir un poco la amplia brecha que marginaba al género femenino en aquellos tiempos.

A pesar de las grandes dificultades de la época, hubo jóvenes talentosos que impulsados por el apoyo familiar se inscribían en reconocidas escuelas de música, como fue el caso de Joaquín Amparán Cortés quien nació en Gómez Palacio en 1903, su padre fue don Joaquín Amparán y su madre doña Isaura Cortés quien dominaba las técnicas pianísticas, mismas que transmitió a su hijo quien en breve tiempo adquirió notables conocimientos, ingresando en 1916 a la ameritada Academia de Piano de don Luis Moctezuma y al poco tiempo ya se presentaba en teatros y salas de renombre con calificaciones de excelencia. En 1922 ingreso al Conservatorio Nacional de Música dirigido por el ameritado maestro Julian Carrillo, estudiando con grandes maestros como el eminente Manuel M. Ponce, con quien hizo una gran amistad, sustituyéndolo en sus clases del conservatorio y de su academia particular cuando don Manuel partió a Europa.

Amparán en 1927 fue enviado por la Universidad Nacional Autónoma de México a Europa, estudiando en París y Alemania con los más reconocidos maestros, regresando a su país en 1932 para continuar como maestro de piano en el Conservatorio Nacional. También fue solista de piano en la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección de Silvestre Revueltas y en la Orquesta Sinfónica de México que dirigía Carlos Chávez, ambos maestros de lo más granado de la música nacional. Joaquín Amparán Cortés el 15 de enero de 1960, fue designado Director del Conservatorio Nacional hasta su jubilación con fecha 28 de febrero de 1967. Su relevante trayectoria lo convierte en la más grande figura musical de Gómez Palacio en todos los tiempos.

Otra excepcional cantante con distinguida trayectoria nacional e internacional fue Agripina "Pina" Carrillo Ramírez, que si bien nació en Zacatecas el 1/o de abril de 1923, radicó desde muy pequeña en Gómez Palacio, Durango. Se inició cantando en el coro de la Parroquia de Guadalupe, llamando la atención su potente voz que alcanzaba armoniosamente notas sumamente altas. Por sus notables cualidades fue enviada a la ciudad de México para estudiar con el maestro José Pierson y después en el Instituto Nacional de Bellas Artes. En agosto de 1947, becada por el gobierno de don Miguel Alemán y auspiciada por la Ópera Nacional y con el apoyo del cómico de México Mario Moreno "Cantinflas" ingresa al Conservatorio "Giuseppe Verdi" de Milán, Italia.

En 1951, Pina Carrillo participó en un concurso del Teatro de La Scala de Milán y de las casas Sonzoño y Ricordi, compitiendo contra cientos de cantantes de todo el mundo, siendo seleccionada entre las 30 mejores voces para cubrir el elenco de la obra "Cavallería Rusticana" de Pietro Mascagni, durante la temporada de ópera de 1952-1953 representando el papel de "Santuzza" con un triunfo clamoroso y los mejores comentarios de la exigente crítica de Italia. Fue dirigida por los grandes maestros Arturo Toscanini, Sir Thomas Beechman, Wilhelm Furtwängler y Herbert von Karajan, genios de la música. Al regresar a su país se integró a la Ópera Nacional de Bellas Artes haciendo temporadas en Guadalajara, en varias ciudades de los Estados Unidos y en el Palacio de Bellas Artes actuó en la obra "Adriana Lecouvreur" de Francesco Cilea, tomando el papel de Adriana, alternando con el afamado tenor Plácido Domingo.

Durante su carrera profesional cantó al lado de artistas de talla mundial como: Giuseppe Campora, María Caniglia, Bidu Sayão, Beniamino Gigli y Giuseppe Di Stefano entre otros. Por cierto Di Stefano participó en la inauguración del Teatro Alberto M. Alvarado el año de 1971 y regresó a ese escenario el viernes 16 de abril de 1982, fecha en que se incendió el inmueble sufriendo graves daños. Afortunadamente el 13 de junio de 1985 fue reinaugurado el Teatro. En 1953 "Pina" regresó a Gómez Palacio realizando conciertos en los mejores foros de La Laguna, poniendo de manifiesto su sencillez y espíritu de colaboración en paralelo a su calidad y refinamiento interpretativo que obtenía el reconocimiento unánime de su auditorio.

Otro de nuestros grandes valores en la música selecta fue el tenor David Portilla Estrada, quien nació el 10 de septiembre de 1933 en Gómez Palacio y debutó a los 27 años de edad en el Palacio de Bellas Artes, durante tres décadas fue una de las voces centrales del elenco operístico nacional. En su repertorio estaban obras como Il Trovatore de Giuseppe Verdi; Tosca de Giacomo Puccini; Turandot de Giuseppe Adami y Renato Simoni con música de Puccini; Andrea Chenier de Umberto Giordano, Il Pagliacci y Aida, la gran ópera de Verdi. En 1964 cantó la Novena Sinfonía de Beethoven-conocida como El Himno de la Alegría- en la reinauguración del Teatro Degollado de Guadalajara, así como en el acto Inaugural de los Juegos Olímpicos de 1968 y de la nueva Basílica de Guadalupe ambos eventos en la capital mexicana. Saúl Juárez, Director del Instituto Nacional de Bellas Artes, afirmó: "La ópera en México no se puede concebir sin la presencia de David Portilla".

En la siguiente entrega de esta crónica, daremos a conocer la trayectoria de otros de los grandes valores que tenemos en nuestra tierra, mismos que lograron destacar a nivel excepcional y con luz propia en los primeros lugares del arte y la cultura, lo que nos enorgullece altamente a los gomezpalatinos. (Continuará) [email protected]

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