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Un brote de arsenicismo en Torreón

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Hace unos días, husmeando en el tianguis de libro antiguo que se pone atrás del edificio de Correos en la Ciudad de México, cerca de Bellas Artes, encontré la memoria de las mesas redondas sobre problemas del agua en México que publicó el Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables A.C. (IMRNR) en enero de 1965.

El volumen de 317 páginas reúne cinco ponencias, comentarios y discusión realizada en el auditorio del IMRNR en agosto de 1964, donde participaron personajes de la época como Adolfo Orive Alba, exdirector de la Comisión Nacional de Irrigación y de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, presidente en esos días de la firma Ingenieros Consultores y Proyectistas; y Pablo Bistráin, experto en política de irrigación en México, gran conocedor del sistema hidráulico de La Laguna y de su presa Lázaro Cárdenas-El Palmito; entre muchos otros.

Incluye el libro la ponencia "Problemas de contaminación del agua" de Ariel Cano Vicario, en aquel entonces presidente de la Sociedad de Ingenieros Sanitarios, en la que narra un acontecimiento del que todavía hablan mucho, aunque en voz baja, algunos médicos en la Comarca Lagunera: el brote de arsenicismo en la ciudad de Torreón en el año 1962.

Y así lo platicó el ingeniero Cano Vicario a su auditorio. A partir de aquí son sus palabras.

"En relación con los abastecimientos que aprovechan aguas subterráneas, uno de los casos más alarmantes se presentó en la colonia Miguel Alemán, de la ciudad de Torreón, adyacente a la Industria Metalúrgica Mexicana Peñoles.

En el mes de agosto de 1962, la Unidad Sanitaria de Torreón registró un brote epidémico de un padecimiento desconocido que afectaba a los habitantes de la colonia mencionada, y más tarde la Dirección de Epidemiología y Campañas Sanitarias, de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, consultaba a la Dirección de Higiene Industrial, de la misma Secretaría, acerca del posible contenido de arsénico en muestras de agua y tierra, y en uñas, pelo y orina de personas.

El muestreo y los análisis de laboratorio revelaron, en el agua del pozo de abastecimiento, una concentración de arsénico de 3.98 mg/lt., mientras que en el sedimento del tanque correspondiente se encontraron 3.94 mg/lt., siendo el límite máximo, especificado por las normas contenidas en el Reglamento Federal sobre Obras de Previsión de Agua Potable, de 0.05 mg/lt.

El estudio médico que se llevó a efecto entre los pobladores de la colonia indicó que más del 60 % estaba afectado, y que de éstos el 73 % padecía arsenicismo benigno, el 24 % arsenicismo severo, y el 3 % arsenicismo grave; habiendo ocurrido, además, dos defunciones.

De acuerdo con las investigaciones de la Dirección de Higiene Industrial, y de otras dependencias gubernamentales, todo parece indicar que la fuente de contaminación es la Metalúrgica Mexicana Peñoles que, según el estudio de la misma Dirección, "tiene 60 años de establecida, procesa 350 mil toneladas mensuales de minerales ricos en plomo, azufre, arsénico, cadmio, selenio, talio, y otros; está parcialmente rodeada de 6 millones de toneladas de escorias que contienen arsénico soluble; cuyos procesos industriales deficientes arrojan al aire toneladas de óxidos metálicos de la mayoría de las substancias señaladas; y donde sus sistemas hidráulicos formados por lagunetas, pozos de absorción, estanques y canales no impermeabilizados, drenajes, y el Tajo de la Perla, han arrastrado el arsénico a más de 120 m. de profundidad, contaminando los mantos subterráneos".

"La gravedad del problema que se ha descrito -continuaba el ingeniero Cano Vicario- no se limita a la colonia Miguel Alemán, sino que se extiende a la ciudad de Torreón y posiblemente a toda la comarca lagunera, lo que se deberá investigar y definir en estudios posteriores, difíciles y costosos, pero que los reclama la salud pública de los pobladores de esta región de la República Mexicana."

Hasta aquí sus palabras.

Vinieron después comentarios y discusión en la mesa redonda, al final de lo cual dijo Ariel Cano Vicario: "Quiero terminar los comentarios deseando que, a través de esta mesa redonda, se logre la unificación, si no de criterios, por lo menos en la intención de trabajar activamente contra la contaminación del agua. Lo importante es superar nuestras diferencias y cerrar filas en esta gran lucha que se avecina."

Eso a mediados de los años sesenta.

Alguien debería contar esa historia en la región de La Laguna, ¿qué pasó?

@kardenche

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