El lunes y martes pasado estuvieron en la dinámica de Encuentro Siglo (en colaboración con Grupo Radio Estéreo Mayrán) dos de los cuatro candidatos invitados a participar en este ejercicio.
El lunes se contó con la presencia de Guillermo Anaya Llamas, quien bajo la batería de preguntas a la que fue sometido, basó sus respuestas enfocadas a enfatizar los éxitos que el candidato albiazul dice tiene en su palmarés. Anaya tuvo tal vez el momento más álgido cuando fue cuestionado acerca de su patrimonio y el origen de los recursos para construirse una mansión en el fraccionamiento exclusivo de Las Villas, a lo cual dio respuesta diciendo que él ha trabajado toda su vida y que ha tenido en paralelo con su carrera pública, un despacho jurídico donde ha conseguido emolumentos tales como para costear su residencia multimillonaria.
El martes fue el turno del candidato Miguel Ángel Riquelme Solís, quien bajo las mismas circunstancias, respondió tanto las preguntas hechas a través del mecanismo generado por el comité organizador además del panel presencial de personalidades que reflejan parte importante de la sociedad civil.
Riquelme Solís respondió categórico cada uno de los cuestionamientos al que fue requerido. Cuando se habló de su desempeño cuando ocupó la alcaldía de Torreón, el tema de la concesión al alumbrado público fue sin duda polémico, ya que es de conocimiento público que si bien como lo sostuvo el candidato, hoy es el servicio público municipal mejor evaluado, cuando apenas tres años la ciudad tenía inservible casi el 40 % de la luminarias, el tema de la concesión y los precios que se manejaron generan un costo financiero superior a que si se hubiera optado por otras alternativas de solución al problema.
Faltan de participar (lo harán la semana entrante) los candidatos de Morena, Armando Guadiana y el candidato independiente Javier Guerrero. Junto a Riquelme y Anaya son los que mejor posición guardan en las encuestas. Los otros tres candidatos, Mary Telma del Partido de la Revolución Democrática; José Ángel Pérez del Partido del Trabajo y el independiente Luis Horacio Salinas, si no sucede nada extraordinario, jugarán un rol meramente testimonial, aunque hay que aclarar que Guajardo del PRD -conocida por su cercanía con los hermanos Moreira- está apostando a que los cuatro o cinco puntos que pueda alcanzar en la elección sean justo los puntos que le impidan en el hipotético caso al candidato Anaya vencer a la propuesta oficialista.
Los votos que va a obtener el candidato singular del Partido del Trabajo quizá también ayuden en la estrategia de la división del voto, pero el aspirante petista no suele actuar con una lógica común. Difícil descifrar cuál es su intención final, ya que su comportamiento lleno de exabruptos cotidianos así lo demuestran, más allá de que sus señalamientos y acusaciones también generalmente son veraces.
La campaña del independiente Salinas parece que terminará sólo como un sueño, es el colero en la intención de voto y al final será una anécdota para su vida haber participado de forma activa en este proceso.
Con todas estas circunstancias y a poco más de cinco semanas de la elección. Está claro que por ahora son Miguel Riquelme y Guillermo Anaya quienes pueden ganar. Armando Guadiana con su dinero y su sello Morena - López Obrador sin duda será el fiel de la balanza, pero no podrá ganar. Javier Guerrero, quien ha dado muestra de contar con cierta estructura y una posición en las preferencias electorales que lo aquilatan, podrá bajo ciertas circunstancias, ayudar con su cargada a la hipotética derrota del partido al cual perteneció toda su vida y del que ahora es un renegado.
Falta todavía tiempo, falta el segundo debate, pero cada día está más claro que la lucha final será entre dos, pero con un rol muy importante que decidan jugar Guadiana y Guerrero. El tiempo dará la respuesta muy pronto.
