ENTRADA.- En el pasado existió el fuero militar, el eclesiástico y el de la nobleza. Siendo esto así, los miembros del ejército, los jerarcas eclesiásticos y la nobleza, únicamente podían ser juzgados por sus pares o iguales, sustrayéndose a la justicia común.
Juárez y las leyes de Reforma terminaron con el fuero eclesiástico, aunque a la fecha no se ha podido terminar con el fuero de los altos funcionarios de la federación y ni de los estados.
SOPA.- El fuero que comentaremos es la institución que buscó proteger a los altos funcionarios públicos de falsas, temerarias, vengativas o acusaciones calumniosas que podrían entorpecer su desempeño del cargo o el ejercicio de su libertad para manifestar sus ideas políticas (los parlamentarios).
Desgraciadamente por una perversa distorsión, el fuero se ha convertido en un instrumento que protege la impunidad, cobija la delincuencia y fomenta la deshonestidad de la alta burocracia.
PLATO FUERTE.- La norma constitucional que regula el fuero es el artículo 111 que dice:
Que para proceder penalmente contra los diputados y senadores al Congreso de la Unión, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, los consejeros de la Judicatura Federal, los secretarios de Despacho, el fiscal general de la República, así como el consejero presidente y los consejeros electorales del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, por la comisión de delitos durante el tiempo de su encargo, la Cámara de Diputados declarará por mayoría absoluta de sus miembros presentes en sesión, si ha o no lugar a proceder contra el inculpado.
Para poder proceder penalmente por delitos federales contra los ejecutivos de las entidades federativas, diputados locales, magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia de las entidades federativas, los miembros de los Consejos de las Judicaturas Locales y los miembros de los organismos a los que las Constituciones Locales les otorgue autonomía, se seguirá el mismo procedimiento establecido para los funcionarios federales.
El efecto de la declaración de que ha lugar a proceder contra el inculpado será separarlo de su encargo en tanto esté sujeto a proceso penal. Si la sentencia fuese condenatoria y se trata de un delito cometido durante el ejercicio de su encargo, no se concederá al reo la gracia del indulto.
De esta manera la ley creó el fuero, esto es, el manto protector en favor de los altos funcionarios públicos, muchos de ellos meros delincuentes incrustados en las áreas del gobierno.
La ley del fuero establece una serie de barreras y engorrosos trámites legales que finalmente lo que logran es permitir a los deshonestos y arbitrarios del poder, escapar al extranjero y burlarse de la ley. No parece jurídicamente justo que los funcionarios no puedan ser procesados tal y como se procesa a cualquier hijo de vecino cuando comete un delito.
¿Cómo se puede justificar la existencia de este tipo de fuero, cuando vemos el manejo y uso que de él han hecho algunos funcionarios corruptos?
¿Cómo es posible que a un campesino u hombre pobre si comete un delito se le meta a la cárcel de inmediato y a los "peces gordos" que delinquen y roban al amparo de los cargos públicos, se les de toda clase de facilidades para evadir la ley o entorpecer su aplicación?
La institución del fuero contradice el principio general y universal de que todos los hombres somos iguales ante la ley y que en igualdad de condiciones se deberá aplicar la misma norma jurídica.
Tenemos los casos vergonzosos en donde el fuero ha permitido la fuga del gobernador de Veracruz, del de Chihuahua y de otros muchos funcionarios y legisladores que burlándose de todos los mexicanos, están actualmente viajando por todo el mundo, a todo lujo y en primera. Ojalá y pronto se acabe con esa institución del fuero que tanto daño ha hecho a México.
DIGESTIVO.- Se rumora que en el Congreso Local de Coahuila ya se está cocinando la terminación del fuero, lo que pondría a los coahuilenses de fiesta.
