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Escasez de agua, más cerca

LA DEMANDA EN EL PAíS AUMENTó SEIS VECES EN LA úLTIMA DéCADA, EL DOBLE DEL CRECIMIENTO DEMOGRáFICO

Escasez. En 200 colonias de la Ciudad de México juntan agua en botes y la reutilizan para el baño.

Escasez. En 200 colonias de la Ciudad de México juntan agua en botes y la reutilizan para el baño.

ELIA BALTAZAR

Las discordias por el agua salpican el país y el mapa de conflictos se extiende por todo el territorio nacional.

Sólo el año pasado, durante IX Audiencia Pública del Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA) que se llevó a cabo en la Ciudad de México, representantes de organizaciones y comunidades expusieron casos de disputas en Baja California, Oaxaca, Coahuila, Michoacán, Estado de México y la Ciudad de México. Pero las hay también en Chiapas, Sonora, Nuevo León, Jalisco, Guerrero, Chihuahua, Veracruz y San Luis Potosí.

Son problemas de desabasto, sobreexplotación, contaminación, mercatilización del recurso, falta de infraestructura, inequidad en el acceso y servicio, entre otros, que han despertado conflictos sociales y legales.

Mientras los problemas por el agua se multiplican, en el Congreso los legisladores federales incumplen con su obligación de elaborar una nueva ley en la materia, que garantice el derecho humano al agua como lo ordenó la reforma al artículo 4 de la Constitución. Su retraso es de 4 años.

Mientras las disputas se extienden, el recurso se agota. De los 653 acuíferos que hay en el país, 106 están sobreexplotados. "México se está quedando sin agua subterránea y 75 % de las poblaciones se abastecen de ella", advierte Felipe Arreguín, director de Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

En contraste, la demanda de agua aumentó seis veces en la última década, "lo que equivale al doble de la tasa de crecimiento demográfico", de acuerdo con una investigación de Carolina Ochoa Martínez, catedrática de la Facultad de Instrumentación Electrónica de la Universidad Veracruzana.

La investigadora establece que hacia 1900 el consumo per cápita anual en México era de 250 metros cúbicos. Ahora, en cambio, es de 700 metros cúbicos al año y advierte que si continúa este ritmo acelerado de gasto, para 2025 dos de cada tres personas enfrentarán graves problemas de escasez de agua.

También apunta que por cada metro cúbico de aguas residuales contaminadas que se descargan en acuíferos, "se vuelven no aptos para el consumo entre 8 y 10 metros cúbicos de agua pura".

A pesar de lo anterior, el uso irracional y el desaprovechamiento del recurso persiste en los hábitos de consumo de los mexicanos que más acceso tienen al agua.

Por ejemplo: una fuga de 2 gotas por segundo equivale al desperdicio de 9.5 toneladas de agua al año. Como resultado, entre 30 % y 50 % del agua disponible se pierde en fugas.

Poco importa para quienes consumen entre 700 y 800 litros de agua al día, como ocurre en algunas zonas de la Ciudad de México, mientras hay 12 millones de personas sin acceso al agua potable entubada.

Estas carencias afectan, por ejemplo, a la tercera parte de los guerrerenses, a una cuarta parte de los veracruzanos, y a uno de cada cinco habitantes de Tabasco, Chiapas y Oaxaca. Precisamente los estados donde hay más agua.

El Consejo Mexicano del Agua advierte que de los 29.04 millones hogares que cuentan con servicio de dotación de agua en el país, 21.2 millones la reciben diariamente, 4.4 cada tercer día, 1.6 dos veces por semana y 1.08 millones sólo una vez por semana.

"Estamos ante una situación en la que cada vez es más evidente la inequidad para acceder al agua, en cantidad y calidad suficientes", afirma Arreguín.

En la Ciudad de México se prevé una crisis de agua en 30 años y en el mundo la situación no es mejor. En su informe "Agua para un mundo sostenible", de 2015, la Unesco prevé que en 2030 habrá un déficit de 40 % del recurso.

 APROBAR NUEVA LEY

Para atender adecuadamente todos los problemas derivados del agua, hacer más eficiente su conservación, aprovechamiento y administración, es urgente la aprobación de la Ley General de Aguas, que sustituya la legislación de 1992 que tuvo su última reforma en 2004, afirman expertos.

Pero esa nueva ley, al parecer, no llegará pronto. El Congreso debió aprobarla hace 4 años, obligado por las reformas de 2012 al artículo 4 de la Constitución, que garantizaron el derecho humano al agua y establecieron un plazo para la elaboración de la legislación correspondiente, que venció el 12 de febrero de 2013.

"Hay un mandato constitucional incumplido", advierte Rodrigo Gutiérrez, abogado del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

En la Cámara de Diputados, sin embargo, parece que el tema no es prioridad. El presidente de la Comisión de Agua Potable y Saneamiento, el priista José Ignacio Picharzo, ni siquiera aceptó la solicitud de entrevista para hablar sobre el tema.

El problema es que mientras no haya una ley, los ciudadanos no sabrán como reclamar y defender ese derecho. "Cuando la Constitución establece un derecho fundamental, en la ley debe desarrollarse el contenido de ese derecho para protegerlo y que no sea letra muerta", explica Gutiérrez.

"Si a mí me dicen: tú tienes el derecho humano al agua, yo quiero saber eso qué significa y quién debe cumplirlo. Es decir, saber cuánta agua voy a recibir, quién me la va a dar, en qué condiciones, etcétera", dice.

Si los legisladores están obligados por la Constitución a aprobar una nueva ley del agua, ¿entonces cuál es la razón de que los ciudadanos no cuentan con ella?

Los especialistas aclaran la situación. Sucede que hay dos propuestas de ley que hasta ahora no han podido armonizarse porque son contrapuestas. Una la elaboró la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la otra provino de la sociedad civil, la academia y expertos de distintas disciplinas.

Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, afirma que durante 4 años la sociedad civil trabajó en una serie de propuestas que conformaron una iniciativa que llegó al Senado.

Pero hace dos años la Conagua presentó su propia propuesta en la Cámara de Diputados, sin considerar las aportaciones que habían trabajado expertos y organizaciones. Se le conoció como la "ley Korenfeld", apellido del entonces director del organismo, David Korenfeld.

Entre las dos hay diferencias de visión, explica Zambrano. "En la sociedad civil y la academia pensamos que debemos garantizar agua para todos y debemos proteger el ecosistema como generador de ese recurso. Es un binomio entre sociedad y ecosistema".

El proyecto de ley promovido por la Conagua, en cambio, proponía convertir al agua en un bien económico, atractivo para los capitales privados, dice Gutiérrez. "De tal forma que el agua fuera para ellos una vía conveniente para generar renta".

Zambrano lo explica de la siguiente manera: "La ley Korenfeld decía: bueno, al gobierno no le alcanza el dinero y tenemos que hacer mucha infraestructura para llevar agua a todo el mundo. Entonces vamos a privatizar, no el agua como tal, pero sí su uso, manejo, transporte, extracción, todo".

Las empresas, en teoría, vendrían a resolver los problemas de contaminación, tratamiento las aguas, distribución, etcétera, a través de inversión privada en infraestructura, dice Gutiérrez.

"Cuando hablamos de infraestructura no sólo hablamos de tuberías para hacer llegar el agua a las casas, sino de grandes represas para contener el agua, trasvases para llevar el agua de una cuenca a otra, entre otras obras", afirma.

Afortunadamente, agrega Zambrano, "nos enteramos a tiempo de que la habían presentado y la echaron para atrás, a pesar de que Manlio Fabio Beltrones, entonces diputado, nos llamó retrógradas o algo así".

Esa iniciativa después fue reformulada, explica Gutiérrez, pero su espíritu sigue en el texto que todavía guarda la Cámara de Diputados, mientras la sociedad civil y la academia empujan por una iniciativa que garantice el agua como un derecho humano.

"Estamos en un impase", dice Zambrano. "Entendemos que hay un grupo de personas de Conagua que está promoviendo una nueva ley, pero no sabemos a ciencia cierta, porque eso siempre está en secreto".

 ALERTA A MéXICO

Hace 5 años que el Tribunal Latinoamericano del Agua alertó a México sobre "el creciente deterioro del derecho humano al agua", "los niveles de conflictividad social y la ausencia de instrumentos de participación ciudadana para canalizarla" y la "insuficiencia de mecanismos jurídico-políticos para detener los conflictos".

También recomendó al país equilibrar los intereses económicos con los derechos ambientales y sociales. No sólo para lograr el uso del agua de lluvia y permitir la recuperación del ciclo natural del agua, sino para evitar que el recurso se siga agotando y los problemas sociales en torno de éste se agraven.

Por eso es necesaria la nueva legislación, coinciden los expertos. "Necesitamos una ley que garantice la equidad en el uso del agua y su aprovechamiento, que dé confianza jurídica y cumpla con el derecho humano", dice Arreguín.

No hay que olvidar, explica, que además de las personas hay otros usuarios del agua cuyo papel también hay que definir en la ley. "Hay que poner qué lugar ocupa el consumo humano, la producción agrícola, la generación de energía eléctrica y el medio ambiente, que también es un usuario".

Pero primero hay que ponernos de acuerdo, de una vez por todas, para sacar adelante esta legislación que tanta falta hace, insiste. "Yo conozco cuando menos 5 proyectos de ley general de aguas, que están en la Cámara de Diputados".

Pero Zambrano, de la UNAM, aclara que más vale esperar que aprobar una legislación contraria a los intereses de la nación. "Es que justamente esa necesidad de urgencia hace que se acepten iniciativas que no son lo que se busca, sino lo que alguien tenía preparado".

Desde la sociedad civil y la academia, afirma, "preferimos que no se apresuren las cosas para que salgan bien y todos quedemos conformes".

No será fácil, advierte Zambrano, "porque hay intereses económicos muy grandes y muy poderosos del otro lado"

Gutiérrez coincide: "El Estado se ha desentendido o ha cedido sus responsabilidades porque considera que no tiene los recursos ni la capacidad, y que los retos son de una magnitud inalcanzable".

Por eso, agrega, las autoridades apuestan por el capital privado para que los ciudadanos accedan a bienes que son indispensables para la vida, entre ellos el agua.

"Pero eso es muy riesgoso", advierte. "Cuando un bien es gestionado desde el ámbito de lo privado, hay una serie enorme de obstrucciones y trabas que impiden a los ciudadanos solicitar información y generar recursos de justicia apropiados para poder acceder a ese bien".

Reciclan agua

Juntar el agua en botes, reutilizarla para la tasa del baño o lavar el patio, son algunas medidas que María implementa para ahorrar el líquido, puesto que sólo los martes y miércoles es suministrada, por lo que ella y su familia de cinco integrantes deben cuidarla para no quedarse sin líquido el resto de la semana.

María, quien lleva 17 años viviendo en la colonia Desarrollo Urbano, en la delegación Iztapalapa, afirma que la situación de escasez en su domicilio comenzó desde hace diez años, por lo que su familia tuvo que modificar sus hábitos para ahorrar el líquido y reutilizarlo.

"Usamos cubetas para lavar los trastos, el agua sucia la volvemos a usar para jalarle al baño. Para bañarnos ponemos un bote para que caiga el líquido con el que nos enjabonamos y ese lo ocupamos para lavar el patio, tenemos que buscarle porque si no, nos quedamos sin nada", dice.

María es integrante de uno de los 1.6 millones hogares en el país que recibe agua dos veces por semana, según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi). En el marco del Día Mundial del Agua, que se celebró ayer, especialistas urgieron a retomar el debate sobre la Ley General de Aguas, a fin de impulsar una "transformación en la gestión del líquido", puesto que advirtieron que la situación de este sector es "dramática", la cual se agrava aún más por el recorte de 70 % que este año sufrieron los 2 mil 688 organismos operadores municipales de ese elemento.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) señala que 9 millones de personas no cuentan con servicio de agua potable en México, y 10.2 millones no tienen acceso a saneamiento; mientras que aproximadamente 80 % de este recurso se va al desagüe, cuando podría reutilizarse.

Para Cecilia Lartigue, coordinadora ejecutiva del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua de la UNAM (Pumagua), la administración de este recurso es muy importante; sin embargo, al momento de la toma de decisiones políticas "el agua pasa a último lugar".

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Distribución del recurso

Cifras

⇒ En 2015 el presupuesto ejercido fue de 42.2 mil millones de pesos. Fuente: Numeragua 2015, Conagua

⇒ En 2016 el presupuesto asignado fue de 40.9 mil millones de pesos. Fuente: SINA (Sistema Nacional de Información del Agua).

SOBRE SU USO

⇒ Del agua empleada del hogar , 66 % se utiliza en bañarse y el sanitario.

⇒ 14 % del agua empleada en el país se usa en abastecimiento público.

⇒ 4 % del agua es empleada en el uso industrial.

5 % es usada para generar electricidad (centrales térmicas).

Acceso

⇒ El valor del agua consumida a nivel nacional es de más de 35 mil millones de pesos.

⇒ Las entidades que presentan el menor porcentaje de acceso al agua entubada son: Oaxaca (85.5 %), Guerrero (84.6%), Chiapas (87.2 %), Veracruz (86.8 %) y Puebla con (93.0 %).

⇒ Las entidades que tienen un mayor porcentaje de disponibilidad de agua entubada son: Aguascalientes con (99.1 %), Colima (98.8 %), Ciudad de México (98.6 %), Nuevo León (98.3 %) y Jalisco (98.1 %).

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Escrito en: Escasez Agua México

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