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México ante Trump

NUESTRO CONCEPTO

Migración, seguridad y economía han sido desde hace décadas los tres pilares de la agenda bilateral entre México y Estados Unidos. Hoy, es un hecho que esos pilares serán trastocados por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Las cartas del polémico magnate republicano que se ha convertido en presidente de la primera potencia mundial ya están sobre la mesa, no así las del gobierno del presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien sólo ha reaccionado a las declaraciones y acciones de Trump. ¿Cómo se afectará la relación con la vuelta a la tuerca de la agenda?

En materia migratoria se espera que con la terminación del muro, que construyera en su primera parte William Clinton, y el endurecimiento de las políticas de ingreso a la Unión Americana se incremente el número de inmigrantes en México procedentes de Centroamérica, principalmente. Por otra parte, la continuación de la deportación masiva de connacionales y centroamericanos, Obama expulsó a casi 3 millones sin mucho ruido, afectará por partida doble: el envío de remesas, principal fuente de ingreso para decenas de miles de familias, bajará considerablemente afectando a la población de los estratos socioeconómicos más bajos. La válvula de escape social que durante décadas representó para México la migración, disminuirá incrementando con ello la presión de este lado de la frontera.

En el ámbito de la seguridad, el discurso de Trump apunta a una disminución del apoyo económico y material a otros países para concentrarlos en territorio estadounidense. Es de esperar que ejercicios de colaboración como Plan Colombia e Iniciativa Mérida cumplan su ciclo sin que nada similar los sustituya. La administración que inicia en la Casa Blanca parece convencida de que la mejor forma de garantizar la seguridad interna de los Estados Unidos es invirtiendo los recursos en ese país. Es posible ver en esta acción un significado tangible a la frase “Estados Unidos primero”. México tendrá que rascarse con sus propias uñas en este tema que desde la década pasada es uno de los principales en la agenda binacional. La guerra al narcotráfico será quizás, para bien y para mal, una de sus primeras bajas.

En lo que concierne a la economía, el gobierno de Trump ha dado ya el primer paso para revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, tal y como lo había anunciado. Si su discurso es que México y otros socios comerciales se han “aprovechado” de Estados Unidos con ese tipo de acuerdos, es de suponer que a la hora de plantear nuevos tratados buscará los mayores beneficios para su país a costa de los otros, lo cual podría terminar con descarrilar cualquier intento de asociación comercial. Hay que agregar el hecho de que buscará regresar la mayor cantidad de capital posible a territorio estadounidense, lo que impactará a México por la contracción de la inversión.

Lo más preocupante de este panorama es que el gobierno mexicano no ha mostrado hasta ahora una estrategia para hacer frente a cada uno de los desafíos descritos arriba. Las consecuencias de seguir en la esperanza infundada de que Trump modere su discurso pueden ser más que lamentables. Por eso, urge que el presidente Peña y su equipo se sacudan el marasmo y comiencen a tomar decisiones en este sentido. ¿Cuál es la ruta que seguirá México en la era Trump que acaba de iniciar?

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