De nuevo Donald Trump superó a Hollywood
A una semana de llegar a la Casa Blanca, el neoyorquino citó a la prensa en su bunker de la Quinta Avenida para decir lo que le dio la gana.
Ahí censuró a los medios de comunicación que lo critican, regañó a un reportero de CNN, habló pestes del sistema de inteligencia norteamericano y una vez más aseguró que construirá el muro fronterizo y que México tendrá que pagarlo.
Por lo menos en esta ocasión no fustigó a los mexicanos, por el contrario dijo que "son gente fantástica, estupenda" y que "ojalá el gobierno aquí fuera tan listo como mexicano. Ellos tomaron iniciativas aprovechándose de los Estados Unidos, y no los culpo, lo que dijo es que no debimos permitir que sucediera", destacó.
Trump no especificó las condiciones del muro ni su costo como tampoco la manera de cobrárselo a México.
Dijo que una negociación con su país vecino podría durar un año y medio por ello la estrategia será construir el muro y hacer que México reembolse el costo después.
En la ciudad de México, el presidente Peña Nieto rechazó que su gobierno fuera a cubrir el costo, sin embargo como ha sido su costumbre, el mandatario no se animó a lanzar una campaña de oposición a la construcción del mentado muro.
Para los analistas el Trump de esta conferencia de prensa fue el mismo de la campaña electoral con la diferencia de que ahora se vio más envalentonado y seguro porque muy pronto se sentará en la oficina oval de la Casa Blanca.
El presidente electo se ufanó por haber "convencido" a la Ford y a la Fiat-Chrysler de suspender sus inversiones en México y sostuvo que muy pronto la General Motors tomará el mismo derrotero.
Estas declaraciones pusieron una vez más al peso mexicano contra las cuerdas para registrar la peor cotización contra el dólar, en este tobogán que dio inicio el martes 8 de noviembre cuando Trump ganó las elecciones.
Quizás con cierto grado de ingenuidad mantenemos la postura de que el nuevo presidente norteamericano suavizará sus posiciones radicales con respecto a México, una vez que se consolide en el poder.
Sus peroratas a favor del muro y contra la inversión de armadoras en México es a nuestro juicio una postura populista que tarde o temprano deberá reconsiderar.
A Estados Unidos y más que a ningún otro país del mundo le conviene tener un vecino fuerte, pujante y con empleos. Si México cayera en una aguda crisis por el efecto Trump junto a los dislates de Peña Nieto, el primer perdedor será Norteamérica.
Una crisis que dispare el desempleo redundaría en más migrantes hacia Estados Unidos además de una caída en el cuantioso flujo de exportaciones hacia México.
Hay quienes opinan lo contrario, es decir que Trump se radicalizará una vez que llegue al poder y entonces sí México tendrá que reaccionar para no irse a la bancarrota.
Recuerde que no hay loco que coma lumbre y Trump puede estar mentalmente tocado, pero no es tonto ni insensible.
Es cierto, hay que prepararnos para un gobierno yanqui inusual y colmado de sorpresas, excesos y drama.
Pero evidentemente no cumplirá todas sus promesas y menos las vagas e inoperantes como la edificación del muro.
Donde sí habrá que cuidarle las manos al señor Trump será en sus intereses empresariales y familiares. Ya metió a su yerno Jared Kushner en un puesto en la Casa Blanca al tiempo que se rehúsa a desligarse de su imperio inmobiliario.
Llegará al poder una persona autoritaria, veleidosa y arrogante que nunca ha ocupado un puesto público y que pondrá a prueba la democracia y el sistema de libertades norteamericano.
Por el bien de todos pensemos que la sangre no llegará al río.
APUNTE FINAL
Las fronteras mexicanas resultaron las más afectadas por el gasolinazo, la diferencia en los precios entre uno y otro lado de la frontera es descomunal. En San Luis Río Colorado, Sonora, el litro de gasolina Magna cuesta 16.17 pesos mientras que en San Luis, Arizona, el litro de gasolina regular vale 10.90 pesos y seguramente de mejor calidad. ¿Así es cómo se promueve el desarrollo?
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