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Moreleando

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YAMIL DARWICH

En los años veinte, Torreón ya ocupaba la atención del resto de México y el mundo; era tierra de oportunidades, donde se podía construir un patrimonio económico sólido para los hijos; presentaba un proyecto de desarrollo urbano congruente a los tiempos, con calles y avenidas de 20 metros de ancho, planas y de trazos rectos, delimitando cuadras para vivienda con medidas iguales, de 80 metros por lado.

Fuimos los primeros provincianos con luz mercurial, cines con aire lavado, tranvía para comunicarnos y otros muchos adelantos que nos hacían sobresalir en el país.

Fue Nazario Ortiz Garza, siendo gobernador del Estado de Coahuila -1929-1933-, que decidió dar impulso a la urbanización y circulación de la ciudad, aceptando el diseño y ornato de la Avenida Morelos, que cruzaba al entonces centro de la ciudad, de poniente a oriente, que continuaba después de la Alameda Zaragoza.

El tramo del poniente, que terminaba en la Fuente del Pensador, fue remodelado con pavimentado, cordonería y camellones centrales en los que sembraron palmas; además, se colocan obras de arte, transformándola en una avenida con una sensación europea que magnificaba a las primeras fincas construidas.

Pronto, los laguneros, la hicieron punto de reunión y se transformó en un paseo tradicional de jóvenes que caminaban sus cuadras o las recorrían en sus coches, saludando amigos y amigas, conociéndose entre ellos y hasta estableciendo romances. No pocos de ellos encontraron a sus novios o novias ahí y muchos terminaron consumando sus relaciones en matrimonio.

Los mayores también disfrutaban del paseo, aunque muchos de ellos se acomodaran en las sillas y mesas de restaurantes que ofrecían sus servicios con amplios aparadores que les permitían observar el desfile de la muchachada. Hasta hace unos pocos lustros, la "Cafetería Benavides" era ejemplo de aquellos.

Aún en los sesenta y setenta, era el paseo conocido en México como "La Moreleada" y era una gran atracción turística a la que debían asistir, obligadamente, los visitantes de La Laguna.

El desarrollo -desordenado- y crecimiento de la ciudad, fue creando otros espacios en que los laguneros paseaban, caso de la Calzada Central de Torreón Jardín o la Avenida Madrid de la Colonia San Isidro, dándose el abandono paulatino de las cuadras de la Morelos, que fueron invadidas por la prostitución y vagos de todo tipo. Con ello, el arribo de la criminalidad fue inevitable.

Pronto llegó el abandono de negocios que dejaron de ser redituables, el deterioro de los servicios y la oscuridad habían hecho su trabajo y se suspendió la tradición.

El 28 de noviembre, la administración de la ciudad encabezada por Miguel Riquelme, acompañado del gobernador Rubén Moreira, entregaron la rehabilitación de la Morelos.

El director de Obras Públicas, Gerardo Berlanga, informó que "se invirtieron 120 millones de pesos y que cuenta con 840 luminarias LED de colores, 80 bancas entre palmas, 80 bancas en jardineras, 15 fuentes con iluminación; se plantaron 80 árboles, se armaron 45 mil metros cuadrados de concreto estampado, 15 medallones en igual número de cruceros -16 semaforizados-, 18 obeliscos y 1 mil 213 bolardos con iluminación".

Para la entrega, organizaron un evento festivo en el que hubo música, exposiciones de pintura y fotografías, narraciones de leyendas laguneras que los asistentes disfrutaron y el agradable sonido de la marimba, que invadió el recorrido realizado por autoridades, empresarios y comerciantes de la avenida, quienes se sumaron a la caminata de jóvenes y adultos.

Este es un rescate urbano que debe aportar a la reactivación del Centro Comercial de la ciudad de Torreón, una buena obra que ahora presenta retos:

Para las autoridades, con vigilancia para evitar a la delincuencia, luchar contra el vandalismo -que ya se ha dado- y cumpliendo los programas de mantenimiento de la vialidad.

Para los comerciantes establecidos y los vendedores ambulantes: quienes deberán hacer su propio esfuerzo para reactivar y fortalecer los ingresos de sus establecimientos, a través de la calidad de sus servicios, honradez y trato.

De todos nosotros: quienes disfrutaremos del paseo, acompañados de familiares y amigos, hasta con mascotas, observando y respetando los ordenamientos que se han dado para asegurar la calidad del servicio.

Recuerde que una de las más importantes acciones para rescatar la seguridad de los espacios públicos arrancándolos de la delincuencia es ocuparlos, llenándolos de actividades de todo tipo.

El reto está lanzado para todos los laguneros, incluidos los de las otras ciudades hermanas, que finalmente, aunque no quieran aceptarlo en las capitales de los estados que nos conforman, somos un solo grupo de mexicanos que enfrentamos los retos y hemos logrado sobrevivir en ambientes difíciles, como los que estamos viviendo en los últimos tiempos por todas las causas de ineficiencia, corrupción y malos manejos en la administración pública, sin descartar la realidad de la mala economía mundial. ¿Acepta su parte del compromiso?

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