La detención en Estados Unidos del empresario Luis Carlos Castillo, mejor conocido como “El Dragón”, acusado de lavado de dinero y fraude, ha provocado un sismo en buena parte de la clase política nacional priista. Como se sabe, don Luis ofrecía a los gobiernos sus servicios de pavimentación utilizando unas máquinas de reciclado de asfalto conocidas como “dragones” que, por cierto, causaron severos daños a la flora de varias ciudades y parajes de la República lo que llevó a que dicha tecnología fuera prohibida. Usted recordará, memorioso lector, haber visto hace más de diez años ya en las vías de la Perla de La Laguna a esos armatostes móviles que además del fuerte olor a chapopote arrojaban un aire caliente que quemó muchos árboles en nuestra querida jungla de cemento y ladrillo. Nuestros subagentes disfrazados de plantas marchitas nos comentan que el primero en contratar los servicios de las empresas de Castillo fue nada más y nada menos que Enrique Martínez y Martínez, exgober y flamante embajador de México en Cuba.
Según estas versiones, don Quique habría recomendado el trabajo del “Dragón” a otros gobernadores de entonces, como Fidel Herrera, de Veracruz; Eugenio Hernández y Egidio Torre, de Tamaulipas, y Natividad González y Rodrigo Medina, de Nuevo León. Incluso, dicen, las relaciones del empresario hoy detenido llegaron hasta el Estado de México, y que fue Martínez, en sus tiempos de delegado del CEN del PRI en dicha entidad, quien lo presentó con Alfredo del Mazo Maza, uno de los herederos del famoso grupo Atlacomulco, primo del preciso Enrique Peña Nieto y hoy aspirante a la gubernatura del Edomex. Según consta en los registros judiciales de la hermana República de Texas, al “Dragón” se le señala no sólo por lavado y fraude, sino también por haber financiado campañas políticas con dinero que no siempre habría sido reportado por los beneficiarios. Pero la trama también tiene su impacto en la provincia coahuilense, ya que el nombre de Luis Carlos Castillo aparece en la acusación contra el extesorero estatal Javier Villarreal y el exgobernador interino Jorge Torres López, evadido de la justicia del Tío Sam. De acuerdo con reportes de subagentes vestidos de malletes “Made in USA”, las autoridades del poderoso vecino del norte solicitarán la comparecencia de los representantes de tres de las empresas de Castillo para preguntarles sobre sus vínculos con nombres pasados y vigentes de la política y el empresariado provincial. Entre ellos figuran, además de Villarreal y Torres López, Vicente Chaires, Lorenzo Schuessler, Sergio Ricardo Fuentes, Guillermo Flores Cordero y Roberto Casimiro González Treviño, cuya residencia, por cierto, fue cateada el fin de semana en Saltillo. Además de estos distinguidos personajes, también aparecen los nombres de las aves de mil tempestades que han gobernado la entidad desde hace más de una década, para ver si también el “Dragón” tuvo algo que ver con ellos, no vaya siendo. Esta larga telenovela se sigue poniendo interesante.
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Quien aprovechó el puente revolucionario para armar una verdadera revolución en las redes sociales fue uno de los hijos del Profe Humberto. Resulta que el joven tuvo la idea de publicar un mensaje en su cuenta del famoso “Cara Libro” que dice más o menos así: “queremos que la gente nos juzgue. Vamos con todo y con su apoyo haremos historia”. Además, el hijo del exgobernador pidió que hubiera reglas justas en el partido, entiéndase el PRI, para contender por una candidatura, que no especificó cuál. Al principio, no pocos se fueron con la finta y, por la forma en la que estaba redactado el texto, creyeron que quien se lanzaría en pos de una candidatura sería el propio autor del mensaje. Más tarde, el joven tuvo que aclarar que quien se lanzaría sería su padre y que él se sumaría a la campaña. Respecto a las acusaciones en México y España, en donde incluso el exlíder nacional del PRI pasó una semana hospedado en Soto del Real, dijo que prácticamente son prueba superada para su padre y que Estados Unidos no ha hecho acusación formal, por lo que perfectamente pueden poner la mira en la elección de junio de 2017. Los subagentes disfrazados de despensas con gorgojo dicen que la tirada del Profe es lanzarse por la alcaldía de la Urbe de Adobe, la cual gobernó antes de llegar al Palacio Rosa. No obstante, si la cosa se pone complicada, estaría dispuesto a negociar una curul en el Congreso local o, ya de perdida, una regiduría en la capital provincial. Ahora que si de plano en el PRI le cierra las puertas y las remacha con tres candados, pues don Humberto tendría que echar mano de sus partidos amigos, es decir, el Joven y el Socialdemócrata Independiente. Así que, vista la cosa, opciones parece haber para que el exgober regrese a la arena política coahuilense. Falta ver qué dice el Tío Sam, que por lo visto tendrá, como en todo lo relacionado con México, la última palabra.
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Las aguas se han alborotado en el PAN coahuilense que tanta unidad presume últimamente. La sorpresiva y adelantada solicitud de licencia de Luis Fernando Salazar parece haber incomodado a varios dentro del partido, sobre todo del círculo cercano de Guillermo Anaya, quien ya se ve como candidato albiazul a la gubernatura, o al menos eso presume con su portafolio de encuestas que trae de un lado para otro. Cuentan los subagentes disfrazados de matracas azules que el fin de semana pasado, durante un evento social en la Peronera Capital, a don Luis se le vio muy distante del resto de los suspirantes, ocupado con su celular y estableciendo poco contacto con sus correligionarios. Algunos quisieron observar en esa actitud del senador con licencia una evidencia del remordimiento de conciencia que trae por haber querido hacer el famoso madruguete y que al ver que pocos le hicieron segunda en su osado acto, no halla ahora dónde meter la cabeza. En esta misma línea argumentativa estaría el audio que por ahí anda circulando sobre una supuesta declaración privada de Salazar respecto a las encuestas que tanto presume Anaya, a las cuales calificó de “fantasmas”, sí, como las empresas que denunció que obtienen contratos en el gobierno provincial. Según estas versiones, desde la Capircuha del Esmog llegó la orden del jerarca panista Ricardo Anaya de no caer en las “provocaciones” de Luis Fernando ni entrar en una guerra con él. Hay que hacer notar que don Memo ha aumentado su actividad en redes sociales, pero marcando un contraste con el estilo aguerrido el “Hooligan”, ya que el exdiputado y exalcalde sólo habla de cosas “positivas” (quizá para evitar meterse en problemas antes de tiempo). No obstante, hay malpensados que no se compran la historia del distanciamiento y la ruptura y creen que todo se trata de una estrategia para, como dicen en el futbol, jalar la marca del rival. Y en este caso quien jalaría la marca sería Salazar, para dejar el área despejada a Anaya. Si esto es verdad, es menester decir que el PRI no hay mordido el anzuelo... por ahora.
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Cuentan que ahora que se ha puesto de moda exhibir las lujosas propiedades de exgobernadores en estados distintos al que gobernaron, y también en el extranjero, la administración del neopanista expriista José Aispuro Torres tiene la oportunidad de hacer lo propio si en verdad tiene la intención de esclarecer en dónde quedó la bolita con los recursos públicos de Durango y la deuda que le heredaron por más de 15 mil millones de pesillos. Dicen los que saben que el exgobernador Jorge Herrera Caldera, siguiendo los pasos de sus colegas priistas -los Duarte, Borge et al-, construyó y amplió en un santiamén una lujosa propiedad ubicada en el estado de Chihuahua, en Jiménez, dando muestras de una bonanza sorprendente a los pocos años de iniciar su mandato. De hecho, dicen, un extesorero municipal de Torreón, quien también dispone de una finca familiar por aquella región, en algún momento tuvo el ofrecimiento del exgobernador de comprarle su propiedad para extender sus dominios. En días pasados se dio a conocer la existencia de un palacete que en poco tiempo construyó el exgobernador priista de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, en San Pedro Garza García, Nuevo León, un ejemplo a seguir por el actual gobierno de Durango para ampliar sus elementos de prueba y hacer que se aplique la ley, si es que esto es lo que le interesa. De pasada, las malas lenguas comentan que podrían ampliar sus investigaciones para dar con el paradero de la sofisticada tecnología que el gobierno de Herrera adquirió con millones de pesos de recursos públicos para la “noble” labor de poner pájaros en cuanto alambre encontraron, hecho que sistemáticamente negó el exmandatario pese a las evidentes acusaciones de espionaje. Se cuenta que dichos equipos fueron instalados en otro rancho ubicado rumbo Chihuahua, en una habitación de unos 7 por 7 metros con una megapantalla donde se podía ubicar el origen y destino de cada llamada telefónica, mensaje de texto y hasta WhatsApp para fines desconocidos. De película. ¿Será?
