Evento. Se realizó el corte de listón oficial.
Los libros para un escritor no son sólo las puertas a otros mundos o las palabras que se introdujeron tan profundo que los motivaron a desarrollar su expresión escrita; son en pocas palabras uno de sus tesoros más preciados, que permanecerán aún cuando ellos no estén presentes.
Ese es el propósito de la colección de libros "Francisco Amparán", que ha encontrado su nuevo hogar en las estanterías de la biblioteca del Tecnológico de Monterrey Campus Laguna.
El pasado viernes 21 se llevó a cabo una presentación oficial en la que estuvo presente Mirna Hernández Amparán, viuda de Francisco Amparán; Cristina Fuentes Whitty, directora de enseñanza media; Marco Antonio Jiménez, escritor lagunero; y Federico Sáenz Negrete, empresario y político.
Francisco José Amparán Hernández nació un 23 de octubre del año de 1957, era escritor, académico y periodista de la Comarca Lagunera. Formó parte de la Asociación Nacional de Escritores Policíacos y su trabajo de escritor lo alternó con la docencia en el Tec de Monterrey y con colaboraciones periodísticas en medios reconocidos de la región.
La colección "Francisco Amparán" consta de 420 títulos de literatura e historia, provenientes de su biblioteca personal y donados ahora por su esposa Mirna Hernández Amparán.
A través de estos libros se reconoce la trayectoria del escritor y se espera que sea una forma de seguir transmitiendo sus conocimientos a la comunidad estudiantil.
La inauguración estuvo marcada por los discursos que sus colegas y amigos escritores pronunciaron. El primero de ellos fue el profesor Uriel Valdez, quien a partir de una frase de Bertoit Brecht, utilizada como inspiración por el también escritor Mario Benedetti para su poema "La casa y el ladrillo", remarcó la importancia del legado que ahora llegará a los estudiantes y profesores del Tec.
"Hoy 21 de octubre, en la víspera de su cumpleaños, Amparán ha regresado a su tierra, a su cielo y a su gente, y me muestra sus ladrillos, nos los brinda de regalo (…) estos libros ladrillos viven desde ya como un pedazo de tu vida y que junto contigo son parte de muchas otras casas", agregó Valdez.
Por su parte el escritor Marco Antonio Jiménez reconoció que era difícil hablar de Francisco " por la enormidad del amigo y del personaje".
"Francisco fue uno de esos espíritus que pocas ocasiones aparecen en los giros del tiempo, fue un ser vibrante en estado de gracia literaria, siempre hechizado por el conocimiento universal", añadió Jiménez.
Cuando tocó el turno del licenciado Federico Sáenz Negrete, aprovechó para contar unos pasajes representativos del humor que tenía Amparán y pronunció uno de los escritos que permanecerán plasmados en cuadros junto a la colección de libros de Amparán.
"Había una vez un niño, que cargaba en sus alforjas todas las canicas del conocimiento, un niño que de tanto ver necesito lentes muy temprano, un niño afortunadamente no muy alto, de haber sido alto se hubiese chamuscado las manos hurgando y curioseando tanta estrella", pronunció Sáenz.
Finalmente Mirna Hernández Amparán agradeció al Tecnológico de Monterrey por todo el trabajo realizado. "Muchísimas gracias por haber aceptado la idea, yo sé que no es fácil, los libros no están de moda (…) ojalá los jóvenes le den una asomadita a estos libros, no los encuentran en Internet, se los aseguro".
Amparán falleció el 4 de julio del 2010 y entre sus trabajos se pueden encontrar diversos cuentos, ensayos y novelas.
