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Alertan por cáncer durante el embarazo

LA DETECCIÓN TEMPRANA ES FUNDAMENTAL PARA EVITAR DESDE UNA MASTECTOMÍA HASTA LA MUERTE

Proceso. Un reto que enfrenta el país en este tema es la falta de especialistas en radiología.

Proceso. Un reto que enfrenta el país en este tema es la falta de especialistas en radiología.

AGENCIAS

En México, por cada mil mujeres diagnosticadas con cáncer de mama, una está embarazada. En el Centro Médico La Raza, por ser un hospital de tercer nivel y de concentración, la frecuencia es mayor, con un promedio de cuatro o cinco casos al año.

Cuando a una mujer gestante se le detecta este tipo de cáncer, los especialistas en oncología y perinatología trabajan en conjunto para determinar si el nacimiento del producto es viable o no. La primera acción es realizar un ultrasonido o una mastografía para saber si se requiere de algún tipo de estudio como la biopsia.

Se toman en cuenta parámetros como la etapa clínica del cáncer. Cuando son etapas tempranas se ofrece un tratamiento quirúrgico y cuando son más avanzadas la paciente es sometida a quimioterapias.

El tiempo del embarazo establece el tipo de terapia. "Generalmente cuando se detecta el cáncer después de las 12 semanas puede llegar a ocurrir restricción en el crecimiento o prematurez, pero cuando la madre tiene menos de los tres meses y se le administra quimioterapia se pueden provocar malformaciones incompatibles con la vida o la pérdida del producto", dijo el oncólogo Fabián Tobón Osornio.

La detección temprana es fundamental para evitar desde una mastectomía hasta la muerte, por ello expertos recomiendan que todas las mujeres desde los 18 años se autoexploren, y las que son mayores de 40 años se practiquen una mastografía cada año. "Si las mujeres se hacen sus estudios, mejora el pronóstico, la sobrevida, incluso hay ocasiones en que no necesitan perder la mama", expresó Tobón Osornio.

Un reto que enfrenta el país en este tema es la falta de especialistas en radiología. Jaime Alonso Reséndiz, jefe del Departamento de Tumores de Mama del Hospital de Oncología, del Centro Médico Siglo XXI, explicó que los radiólogos no sólo deben interpretar mastografías, sino que en una cirugía tienen que ser capaces de ayudar al cirujano a localizar los tumores.

De acuerdo con Nancy Reynoso Noverón, investigadora del Instituto Nacional de Cancerología, hasta 2015 en el sector público de salud había 900 mastógrafos y se contabilizaron 6 mil 500 radiólogos, de los cuales 3 mil 500 están certificados y de éstos sólo 351 tienen certificación en mama.

 CAMPAÑAS

Este año diversas instituciones del sector salud sumaron esfuerzos contra el cáncer de mama. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, en coordinación con el Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga, el Seguro Popular y la Beneficencia Pública. Llevaron a cabo la Primer Macro Campaña de Reconstrucción Mamaria Octubre Rosa 2016, en la que casi 400 mujeres provenientes de 16 estados que han concluido su tratamiento oncológico fueron operadas.

Raymundo Pliego Blancas, cirujano plástico, jefe de Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital General, dijo en entrevista que esta campaña surgió porque en el país sólo tres de cada 15 pacientes se reconstruyen.

El cirujano precisó que las derechohabientes del Seguro Popular no pagaron por la operación y a las que no contaban con este beneficio se les hizo un estudio socioeconómico para que "aportaran cuotas de recuperación muy accesibles".

A este programa se registraron más de 500 mujeres, se hizo una selección, "algunas tenían enfermedades no controladas, otras no habían completado el tratamiento oncológico, entonces se les invitó a regresar el año entrante".

Llegaron juntos embarazo y tumor

A sus 40 años, Lina Hernández no planeaba ser madre. La noticia del embarazo le causó asombro porque por años ella y su esposo intentaron ser padres sin lograrlo. Luego vino la noticia cuando en su clínica familiar le dijeron que tenía cáncer de mama.

En diciembre de 2015 le fue detectada una protuberancia en el seno derecho, acudió a consulta y la enviaron a especialidad, donde le realizaron una biopsia; debía esperar un mes para saber si tenía algún tipo de cáncer o célula maligna. Casi al mismo tiempo se hizo una prueba de embarazo que resultó positiva.

Cuando fue por sus resultados le confirmaron que tenía cáncer. En ese momento les indicó a los médicos que estaba en el tercer mes de embarazo. De inmediato la canalizaron al Centro Médico La Raza para estudiar su caso y saber si el bebé nacería o no.

A Lina le detectaron cáncer en una etapa clínica localmente avanzada "3B", por lo que fue imposible que la operaran e iniciaron sesiones de quimioterapia por cinco meses.

Existía un mínimo riesgo para el producto porque habían pasado las primeras 12 semanas de gestación y de organogénesis (proceso de formación de los órganos de un ser vivo en desarrollo). Al término de la quimioterapia se determinó someterla a una cesárea y a la mastectomía. "Había un pequeño porcentaje de que el bebé tuviera alguna malformación, yo temía que ese porcentaje cayera en mi caso", dice Lina.

Para esta mujer el embarazo debió ser algo fabuloso, pero al final no pudo disfrutarlo "porque me agobiaba que el angelito saliera bien y que los químicos que le estaban metiendo a mi cuerpo le afectaran".

Su hija nació en junio pasado y, aunque el parto tuvo que anticiparse, la pequeña pesó 2 kilos, 100 gramos con talla de 47 centímetros.

Tras la cesárea, los oncólogos quirúrgicos ingresaron al quirófano y le realizaron una mastectomía radical modificada, en la cual se extirpó el seno para quitar el tumor.

Debido al tratamiento que recibió Lina no pudo dar de lactar a la bebé porque la leche no estaba en óptimas condiciones.

"Mi niña nació muy bien, la revisaron y está perfectamente sana, eso me deja con muchísima tranquilidad para seguir con mi proceso contra el cáncer", afirma.

Aún faltan algunas radiaciones y después debe el seguimiento para detectar cualquier anomalía.

El apoyo más grande con que contó Lina en este proceso fue Aureliano, su esposo. "Me preocupaban muchas cosas, pero sus consejos, paciencia y que estuviera a mi lado me impulsaron a salir adelante".

Recupera una parte de su cuerpo

Rosa Palomino no oculta su emoción. Saber que en un par de horas recuperará una parte de su cuerpo que le fue arrebatada tras una negligencia médica la pone feliz. Ella, al igual que otras 400 pacientes, fue candidata para que se le reconstruyera una de sus mamas en la macro campaña impulsada por el Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga.

Es casi mediodía y la mujer de 52 años espera con paciencia para que la ingresen en uno de los seis quirófanos de esa unidad médica, y mientras espera relata su historia.

En agosto de 2014, en su natal Tampico, le practicaron una biopsia y le extirparon tres "bolas del tamaño de una naranja", pasó el tiempo y el dolor no la dejaba comer, dormir, "ni nada", a pesar del medicamento que le recetaban no cesaba el dolor ni cerraban los puntos de la cirugía.

El médico le dijo que era normal y la dio de alta, entonces ella regreso a la Ciudad de México, donde radica desde hace siete años.

Su situación no mejoró, pasaron seis semanas y de nuevo el dolor se hizo insoportable, acudió al médico y le dijeron que buscara al doctor que la había operado para que le diera seguimiento a su caso. "Fui con el médico, me abrió, me jurgoneó con las tijeras y salió sangre negra, como coagulada, parecía moronga", describe. El médico le dijo que con ese procedimiento se compondría y le receto amikacina, un antibiótico, pero el dolor apareció de nuevo, en ese momento Rosa cambió de clínica y la operaron de inmediato.

"Al operarme, todo estaba necrosado, porque me habían dejado tejido cortado adentro y se llenó de abscesos, no se pudo hacer nada, me tuvieron que quitar la mama, no sabían por qué no morí si la infección era muy fuerte", destaca Rosa.

Una oportunidad se presentó a la vida de la señora Palomino cuando un familiar que vive en Tampico le habló y le contó sobre una convocatoria que invitaba a mujeres que hubiesen perdido uno de sus senos a una macrocampaña de reconstrucción de mama en el Hospital General.

"Creí que tendría mala suerte y que no me dejarían ni pasar al hospital", pero fue aceptada.

El cáncer que padeció esta mujer fue benigno; sin embargo, al haber pasado por una extirpación de seno se convirtió en candidata para participar en esta campaña.

Al entrar al quirófano lo primero que resalta es el grupo de seis cirujanos que están quitando la grasa abdominal de una mujer para trasladarlo a su mama.

Contó que la cirugía duró un par de horas y que para completar el procedimiento es necesario esperar varias horas más para que cuando despierte encuentre en su cuerpo una mama nueva.

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