'Luchan unidas para superar cáncer'

Además de lidiar con la enfermedad, las mujeres que padecen cáncer de mama tienen que atravesar una serie de obstáculos que van desde el rechazo de su pareja hasta falta de ingresos, y en el caso de La Laguna, a la saturación del servicio para tratar y detectar el cáncer en el sector público, pese a los altos índices de mortandad e incidencia que se registran.

En la actualidad, sólo el Seguro Social cuenta con acelerador lineal, dispositivo a través del cual se da radioterapia para atacar directamente el área del tumor.

LAS CONSENTIDAS DE DIOS

Ana, de 44 años; Elizabeth Gomar, de 47 años; Elizabeth Gálvez, de 30 años, y Éricka, de 38 años, saben muy bien de estas dificultades, pero han encontrado la fuerza que les ayuda a continuar peleando esta batalla, apoyándose entre sí.

Las primeras tres mujeres padecen cáncer de mama, mientras Éricka, libra la batalla contra el cáncer cervicouterino. La amistad de estas guerreras nació por su enfermedad.

"Hace cuatro meses nació este grupo, nos hacemos llamar las Consentidas de Dios, yo conocí a Elizabeth Gálvez, ella y yo nos conocimos desde el inicio de las quimioterapias, ya llevamos nueve cada una y estamos en puerta de cirugía (mastectomía) después conocí a Ana y también comenzamos con la comunicación, luego nos contacta a Ángeles (otra integrante del grupo) ella me la presenta", cuenta Gomar. Agrega que hace una semana se integró Éricka.

El grupo es de apoyo mutuo. En los momentos de flaqueza hablan sobre lo que las afecta; desarrollan algunas actividades juntas, además de compartir tips para combatir los efectos de las quimioterapias.

Entre las problemáticas que presentan están la falta de empleo y la separación de sus parejas.

Éricka, Elizabeth Gomar y Ana, atravesaron procesos de separación durante su enfermedad.

"Estoy enfrentando un divorcio, igual era algo que posiblemente ya se esperaba, pero como que me cayeron todas las piedras juntas", dice Gomar quien añade que si su exmarido no sería un apoyo en estos momentos, su separación fue lo mejor, pues ha encontrado un gran apoyo en el resto de su familia.

"Para mi sí ha sido muy pesado porque mi esposo no lo aceptó en un inicio, hasta que me vio pelona, al principio decía que no era cierto y como que yo me deprimí mucho como que lo fastidié y un tiempo se fue de la casa, pero regresó y mejoró un poco", comenta Ana.

"Yo estaba pasando un proceso de separación y se me vino la enfermedad. Ahorita no estoy trabajando y pido que también vean por ese lado las mujeres enfermas, porque a veces las corren de su trabajo porque no las quieren así y es cuando uno necesita más su trabajo", dice Éricka.

En el caso de Elizabeth Gálvez, cuenta que en su enfermedad ha encontrado un buen apoyo, tanto de su pareja como de su familia.

"Dentro de lo malo lo bueno, hubo más unión familiar, más unión con mi esposo, uno como hermano siempre está peleando y con esto aprendimos a decirnos: -hermano, te amo, hermana cómo estas-, en lo económico, sí nos afectó un poquito, pero gracias a Dios he tenido cosas positivas".

Las mujeres dicen que es necesario que las instituciones de salud mejoren en la detección y tratamiento de cáncer, pues en lo que concierne a Elizabeth Gomar, de manera anual se practicaba sus estudios y de un año para otro le detectaron cáncer de mama segundo grado.

Mientras que Gálvez, una vez que detectó riesgo en su seno, tuvo que esperar tres meses para ser diagnosticada.

"Cuando yo me detecté una bolita en octubre, me dan mi cita hasta enero, para esa fecha nada más me tocaba una y ya cuando me dan la cita ya tenía tres, yo creo que si ha sido antes, no me hubiera avanzado tanto", dice.

Otro obstáculo que enfrentan es la saturación de los servicios de salud, sobre todo en el caso del Seguro Social, única institución que cuenta con acelerador lineal.

"A una de nuestras compañeras apenas le hicieron la biopsia en septiembre y ya no le van a dar quimios hasta nueva agenda, ¿A qué estamos? ¿Cuánto más le va a crecer su tumor? ¿Hasta dónde se va a llevar? ¿Hasta febrero, marzo? Yo creo que se debe hacer un reestructuración en el Seguro Social que es a donde estamos inscritas porque no hay más espacio", dice Elizabeth Gomar.

El grupo de las Consentidas de Dios comienzan su mastectomía en el mes de noviembre mientras que Éricka, está en tratamiento de un año, pero todas confían en salir vencedoras de esta enfermedad.

SOBREVIVIENTE

Otro caso difícil es el de Graciela Morales. "Chelita", como le dicen de cariño y dos de sus hermanas padecieron cáncer de mama, una de ellas perdió la batalla. Graciela, sin embargo, venció la enfermedad desde hace 16 años y ahora vive una vida plena.

Graciela fue uno de los principales pilares de su hermana María, pues a ambas les fue diagnosticado el cáncer casi a la par y juntas se enfrentaron a él. Sin embargo, la enfermedad de María se agravó y tras siete años, falleció.

Esta etapa para Graciela ha sido y es una de las más dolorosas de su vida, ya que a pesar de que esto pasó hace 10 años para ella es "como si hubiera sido ayer".

El caso de su hermana María era más difícil, pues el cáncer de seno hizo metástasis y finalmente terminó afectando otros órganos. Sin embargo, Graciela decidió frenar la enfermedad y vivir, pues algunas pacientes y sobrevivientes coinciden en que la actitud cuenta mucho en la recuperación.

"A mi me ayudó mucho que fui a un grupo de oración donde me enseñaron que platicara con la enfermedad, la primera vez dije: -bonita me voy a ver platicando con mi enfermedad- Pero cuando me pusieron la primera quimio, duré una semana sin comer porque todo lo vomitaba, cuando fui a la segunda quimio platiqué con mi enfermedad le dije: -¿sabes qué? yo no me voy a dejar porque este cuerpo, esta vida, Dios me la dio, y tu, bendita enfermedad, no me la vas a venir a quitar-".

"Chelita" dice que en su lucha, hacía lo imposible por comer, aunque su estómago regresara los alimentos, pues su cuerpo se quedaba con algo de nutrimentos lo que evitaba que bajaran más sus defensas. Finalmente, tras una mastectomía y varias sesiones de quimioterapia, le dijeron que había vencido el cáncer de mama.

"Me puse a llorar cuando el doctor me dio la noticia, me dijo que me tenía que seguir cuidando y así lo he hecho, hace 16 años ya de eso".

Graciela decidió que el cáncer no regresaría más a su vida y para esto decidió cambiar sus hábitos a través de una alimentación más saludable y el ejercicio. Sin embargo, la enfermedad seguiría presente en su vida. El año pasado, su hermana Maru, de 49 años, fue diagnosticada de cáncer de seno, por lo que "Chelita", al igual que el resto de su familia, comenzaron nuevamente esta dura batalla. Por segunda vez salieron victoriosas.

Graciela dice que para vencer al cáncer la clave es no tener miedo, el chequeo constante y cuidar el estilo de vida. "No debemos tener miedo, ¿Miedo a qué? ¿A que te vayan a decir que tienes cáncer? ¿A qué le tienes más miedo? ¿A tener cáncer o a morir?", dice y lanza la invitación a todas las mujeres a ser valientes y cuidarse a través de la autoexploración y estudios como la mastografía, así como una vida saludable.

HACEN FALTA HOSPITALES