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La ruta del Mar del Norte

Granja en el campo de Friesland, Alemania.

Granja en el campo de Friesland, Alemania.

Alberto Cisneros

(Tercera parte) Desde que partí de Amsterdam, no dejo de asombrarme del sistema de canales. Todo el campo está abastecido de ellos.

Procurar que el campo tenga lo necesario para producir, no sólo dejó detrás de si el sistema de canales, dejó una cultura de eficiencia que ha adoptado (o hasta inventado) las más avanzadas técnicas de mecanización y tecnología para la producción agrícola y ganadera.

Tal es el nivel de eficiencia del campo holandés, que existe una estadística que indica que Holanda produce tanta comida que podría en teoría alimentar a toda Europa con excepción de Rusia. ¿Cómo es posible hacer esto contando con una extensión territorial similar a la de Yucatán? Lo que también me llama mucho la atención, es el estado de manutención del país.

Durante todo mi paso por Holanda, no vi más que una sola casa, granja o edficación en el campo holandés, en estado de deterioro. Y esa única casa que vi en estado de deterioro ya tenía material de construcción acumulado a su lado, indicando que estaba a punto de repararse. Cuidan el país como si se tratara de la sala de la casa, tal y como debería de ser.

Las únicas áreas en estado de deterioro que ví en todo el país fueron en las grandes zonas urbanas y las que están pobladas mayormente por inmigrantes… Pero eso lo veremos más a detalle después.

Los que hemos tenido la fortuna de viajar mucho y conocer a todo tipo de personas, nos damos cuenta eventualmente de la muy humana condición de desear lo que tú no tienes. Menospreciar lo que está enfrente de tus narices y glorificar lo que está lejos de tu alcance. Para nosotros los que crecimos en el tercer mundo, los conceptos de “pintoresco”, “bonito”, “encantador”, “mágico”, etc., tienen un significado muy distinto a los que crecieron en el primer mundo.

Para mí, los lugares que encajan con esa descripción son los lugares bien ciudados, limpios, ordenados. Sigo sin encontrar un rasgo de magia o belleza en la miseria mexicana o cubana o peruana o africana que tanto gusta experimentar o retratar a turistas norteamericanos, europeos, japoneses y demás bola del primer mundo.

En donde ellos ven autenticidad y magia al ser llamados por un infante de arrabal queriendo vender una artesanía o un pescado fresco en México o Jamaica, yo veo miseria. En donde ellos ven aburrimiento y predictibilidad en la perfección de un poblado suizo, yo veo magia. Gran parte de los catalogados “Pueblos Mágicos” de nuestro país son comunidades que se están literalmente cayendo a pedazos.

Teniendo esto en cuenta, esta ruta del Mar del Norte era justo mi estilo. Dejé Holanda para entrar a Alemania y ver más de la magia que a mí me late. Aunque Alemania no llega a los niveles de pulcritud de Holanda, quizá por ser considerablemente más grande y más difícil de administrar, sigue ofreciendo “Pueblos Mágicos” de manera ininterrumpida por toda su provincia.

Para dejar Holanda y entrar a Alemania, tengo que cruzar la provincia de Friesland. Que está presente en ambos lados de la frontera. Esto es, existe un Friesland holandés y un Friesland alemán. Ambos fueron asentados por las mismas tribus germánicas en la prehistoria.

Dato curioso y evidencia de bienestar es que la Friesland holandesa es la comunidad con los habitantes de mayor estatura en promedio del mundo.

Antes de dejar Holanda, procuro encontrar una tienda artesanal de quesos y abastecerme para el presente y el futuro cercano, ningún queso regresará conmigo a Suecia, eso seguro. Los holandeses pueden presumir de mucho, pero no de buena cocina. Lo que compensan teniendo los mejores quesos del mundo.

Hay seguro cientos de variedades, pero el añejado y el ahumado que se encuentran con facilidad son a mi parecer obras de arte, especialmente si tomamos en cuenta que desde que artistas originales como Picasso y Warhol cambiaron las reglas de lo que es y no es arte, cualquier imbécil con un buen agente puede exhibir su trabajo en un museo reconocido y exigir que el mundo se refiera a su imbecilidad como obra de arte.

Los que hacen esos quesos no son nigunos imbéciles ni necesitan de súper agentes para que se les reconozca su trabajo.

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