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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

Cuentan que detrás de algunas de las manifestaciones y bloqueos que se han presentado en las últimas semanas en la Perla de Laguna contra la administración municipal, hay fuego amigo. Nuestros subagentes disfrazados de tapa de alcantarilla saturada nos informan que varios de los reclamos se han dado en colonias y sectores históricamente controlados por el PRI y que, por lo tanto, deberían mostrar disciplina a la hora de comunicar sus demandas. Uno de los casos más recientes fue el de una vecina de la colonia Torreón 2000 quien en pleno encuentro con el alcalde Miguel Riquelme y cuando éste estaba haciendo uso de la palabra le gritó, molesta: “vivimos entre la mier...”.

Además, la misma vecina fue muy insistente en cuestionar los planes del ayuntamiento para resolver el tremendo problema de la falta de un drenaje pluvial adecuado. Pero los subagentes dicen que, curiosamente, la quejosa es una de las lideresas de la colonia y que por eso estaba sentada en primera fila. Las malas lenguas comentan que al parecer algunos rivales internos de don Miguel que también buscan la candidatura -¿Javier Guerrero? ¿Armando Luna? ¿Jericó Abramo?- están aprovechando las vacaciones de Shamir Fernández, dirigente municipal del tricolor, quien anda de paseo por la Ciudad que Nunca Duerme, o sea, Nueva York, para animar a los integrantes de las huestes priistas que no están aún muy convencidos de que el munícipe sea el mero bueno para buscar la Silla Máxima del Palacio Rosa. Pero no todo es fuego amigo. También los panistas del Cabildo están aprovechando la contingencia por las lluvias para torpedear a la administración municipal e, incluso, acusarla de todo el caos en las calles, como si el inquilino del Séptimo Piso del Edificio Público Más Caro de la Ciudad controlara a Tláloc o tuviera la responsabilidad única de la falta de drenaje pluvial, que es un problema histórico. Eso sí, dicen que no todos los reclamos en las colonias se deben al fuego amigo, sino que también hay un malestar real de ciudadanos, como el veterinario famoso del video que se ha viralizado a quien el gobierno local ha intentado “quemar” distribuyendo un audio editado en donde se escucha a alguien que dice llamarse como el quejoso que encaró al alcalde y fue instado a apagar su celular, y que hace gala de un lenguaje florido al hablar con una recepcionista del Simas porque lo traen a puras vueltas. Lo cierto es que en mala hora se le vino encima este problema a don Miguel, ya que faltan tres meses para el gran momento de las definiciones.

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Los ayuntamientos de los municipios afectados por las copiosas lluvias que han azotado a la región en todo este año han cifrado parte de sus esperanzas de poder atender los crecientes reclamos de los ciudadanos afectados con recursos emanados del Fondo Nacional de Desastres Naturales una vez que ya fue lanzada la declaratoria de emergencia. Prácticamente todos los municipios de la región fueron incluidos en la declaratoria que hace la Coordinación Nacional de Protección Civil que depende de la Secretaría de Gobernación. No obstante, como en todo, hay un “pequeño detalle”. Una cosa es que la dependencia federal reconozca que sí, efectivamente, hay una emergencia que atender en los municipios laguneros, como ya lo hizo, y otra muy distinta que mande el dinero que se necesita para comenzar a reconstruir lo destruido. Para muestra, un botón. Con esta declaratoria, Gómez Palacio y Lerdo ya suman tres consecutivas. En 2014 y nuevamente en 2015 fueron incluidos en el reporte debido también a fuertes lluvias. Sin embargo, es fecha que de los recursos prometidos ni un solo peso ha llegado. Bueno, al menos eso dicen las autoridades municipales. Así que los alcaldes de La Laguna de Coahuila no deben cantar victoria aún porque todavía falta que la Coordinación Nacional de Protección Civil se digne a mandar los recursos, aunque dicen que será en unos días. Ojalá, pero lo mismo le dijeron a los otros municipios.

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Y en más sobre las lluvias que han trastornado a la comarca durante semanas, un subagente disfrazado de poste a punto de caer nos reporta un hecho que pone de relieve la “buena” coordinación que impera en la Dirección de Tránsito de Torreón que encabeza Jorge Jiménez Favela. Resulta que ayer por la mañana fue colocado un listón amarillo de advertencia sobre la calzada José Vasconcelos a la altura de la calle Albert Einstein, en las colonias Provitec y Ex Hacienda Los Ángeles, para prevenir que los conductores se metieran a verdadero lago de agua negra y pluvial que ahí se ha formado. Todo bien hasta aquí. El asunto fue que en ese mismo punto fue colocado un oficial de Tránsito para vigilar que no se robaran la cinta, o al menos esa impresión dio porque su presencia no era del todo necesaria. Donde sí se requería era en el cruce de calzada Pavorreal y calle Cádiz, lugar en el que durante todo el día hubo un caos vial ocasionado por el cierre de un carril de la calle, también anegada parcialmente, y por la presencia de un hundimiento en el que se puede ver el centro de la Tierra. Para el mediodía, cualquiera pensaría que la Dirección de Tránsito ya se habría percatado de la necesidad de mover al agente. Pero no. A la hora pico de la salida de los colegios y escuelas -que en el sector hay varios- no sólo el agente seguía “cuidando” la cinta amarilla, sino que ya le acompañaban otros cuatro agentes que había llegado en una patrulla, mientras en el cruce de Pavorreal y Cádiz la circulación era un desastre. Aplausos.

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Poco le duró a Luis de Villa, alcalde de Lerdo, el gusto de haber recibido aplausos hasta de los regidores panistas en la última sesión ordinaria de Cabildo por haber bajado considerablemente la deuda que heredó de la administración anterior. Y es que dos días después sobrevino un trágico hecho que puso los reflectores sobre la normalmente apacible Ciudad Jardín. Se trata de la muerte de un taxista que se ahogó en el paso a desnivel Francisco Sarabia el sábado por la noche, cuando el cielo entero se precipitó sobre suelo lagunero en forma de una tromba de aquellas. Hubo otras dos personas que quedaron atrapadas pero afortunadamente pudieron salir de sus autos y nadar hacia la orilla para salvarse. Testigos del hecho comentan que el lugar estaba tan oscuro, por la falta de alumbrado, y que no estaba acordonada el área, que los automovilistas no pudieron apreciar la magnitud de la inundación que se estaba formando. Ya cuando se percataron de lo grave de la situación, era demasiado tarde, la corriente de agua los arrastró hasta el fondo del túnel que, por lo visto, no se dio abasto en su sistema de drenaje. Un hecho, por donde se le vea, lamentable que evidenció no sólo la falta de prevención de las autoridades sino también su lerda reacción. En el ayuntamiento nadie se dio cuenta de la tragedia hasta el día siguiente por la mañana que las aguas se fueron drenando y secando. La explicación oficial fue lo más parecido a un galimatías y además ha sido desmentida por los propios sobrevivientes. Por si fuera poco, cuentan que cuando se abrió a la circulación el paso a desnivel se dijo que contaba con un sistema de drenaje pluvial más que adecuado. Pero, una vez más, la necia y cruda realidad mostró lo contrario. Triste manera de cerrar una administración.

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En otros asuntos menos húmedos, cuentan que el gabinete de seguridad de Coahuila desairó un desayuno que organizaron los elementos del Ejército Mexicano en la VI Zona Militar con sede en Saltillo, luego de la destrucción de armas incautadas en operativos. El detalle fue que ese mismo día se dio a conocer la noticia de la llamada telefónica en la que el “Mono” Muñoz, huésped en una cárcel de la Madre Patria, había comentado que el mandamás provincial le había pedido dinero, cosa que luego éste negó de forma lacónica con un “es falso”. Dicen los subagentes disfrazados de fusiles que al ver que la Incómoda Prensa había acudido al acto, a pesar de que no se corrieron invitaciones por parte del gobierno provincial, los funcionarios coahuilenses optaron por aguantarse el hambre, dejar la mesa puesta y retirarse so pretexto de que tenían otro compromiso en Torreón, por lo que dejaron vestidos y alborotadas a las autoridades castrenses.

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En Gómez Palacio, en donde hoy se renueva el ayuntamiento con la salida de José Miguel Campillo y el ingreso de Leticia Herrera como alcaldesa, cuentan que en tiempo récord quedó desmantelada la robusta Fuerza Aérea Municipal. Los subagentes vestidos de cenizas de archivos quemados comentan que aunque el tesorero Jesús Loza dijo que habían sido liquidados sólo 300 empleados de confianza para dejarle la nómina menos obesa la administración entrante, hay otro número indeterminado de aviadores que fueron saltando del erario en paracaídas antes de ser detectados por las nuevas autoridades. Lo que resulta más extraño es que con todo y los anuncios que se dieron desde hace bastante tiempo de que se trabajaría con la famosa austeridad republicana y una nómina delgada, al final el número de “trabajadores” terminó siendo considerablemente mayor. Un asunto para Ripley’s.

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