'Miraba pérdidas, gracias a Dios salgo como yo quería'

Después de 78 días, que para Wendy Espinoza parecieran interminables, fue dado a de alta su pequeño Osmar, quien lograra superar la contingencia registrada semana atrás al interior del Hospital General de Torreón, que cobrara la vida de siete bebés.

Alrededor de las 10:30 de la mañana, la joven madre salió rumbo a casa, después de que hijo ingresara el 11 de junio sólo para ganar peso y condición respiratoria, y que por poco le cuesta la vida.

Con emoción cuenta que salió "gracias a Dios como yo quería", con su hijo en sus brazos.

Dijo que en su estadía vio morir a los pequeños, tres de ellos de acuerdo a la Secretaría de Salud en Coahuila por un hongo llamado hongo Cándida Albicans.

"Fue algo muy difícil porque miraba muchas pérdidas, pero gracias a Dios salgo como yo quería, gracias por la ayuda que me brindaron aquí los doctores, los enfermeros, porque salieron adelante sin insumos ni nada gracias a Javier Quintero (de Donadores Laguna), porque sin usted esto no hubiera avanzado y otra hubiera sido mi historia".

Y es que con cada deceso, hubo momentos en que pensó que dirían el nombre de su bebé, ya que fue de los más graves.

"Es algo horrible porque salían y decían, uno tras otro, se siente feo porque tenía la sensación de que podría ser el tuyo, más porque el mío era más grave".

Ante la falta de insumos, comentó que con esfuerzos lograron comprar lo necesario, "mi esposo es albañil y todo lo que sacaba era para los gastos".

Pero cuando solicitaron plaquetas, pidieron el apoyo de Javier Quintero, quien de inmediato emprendió el llamado de apoyo a través de las redes sociales. Desde entonces, estuvo pendiente de la mejoría del menor.

Ayer, fue Quintero, quien se ofreció a llevar de regreso a casa a Wendy y a su bebé, acompañados de su hermana.