SUN-AEE
México, DF.- Entrada: 200 pesos, pieza de baile con tu artista favorito: 50 pesos, foto con tu artista favorito: 100 pesos, bailar, tocar, quedar plasmado en una imagen para la posteridad con ese señor o señora que tanto sale en televisión, no tiene precio.
El baile es negocio, y si se han visto resultados muy positivos con las fichadas que cada año organiza Lolita Ayala con su fundación de protección a animales, el Teletón no podría no haber organizado su ?fichetón? este viernes por la noche.
A las 23 ?horatones? comenzó el ?bailatón? en un ?lugartón? cuyo nombre ya era preámbulo de agitación, sacudida y movimiento: La Maraka, que esta ?nochetona? fue ?La Marakatón?, cobijó un maratón en que la competencia era ver quién le sacaba más chispas al ?huarachetón?.
Sonaba La Boa, con la Sonora Santanera, y algunos de los primeros famosos en llegar, inmediatamente reconocidos en el lugar y quienes escogieron una mesa desde la que estratégicamente se dominaba la pista de baile, fueron los integrantes de la familia López, señor, señora y tres hijas, en su mesa de siempre.
Sonaba La Boa otra vez, y sonaría una vez más (y otra más a las 3:40) para coincidir con el enlace de la transmisión en vivo, mientras se veían las ?bolitas? que iban formándose. En esta esquina: Octagón, Sicosis y Conán; a la derecha los futbolistas Manuel Negrete y Luis Hernández, ?El Matador? y el clavadista Fernando Platas.
A la izquierda: Manuel ?Loco? Valdés, Zamorita, Luis de Alba, Mario Domínguez, Leonorilda Ochoa, Lucero Lander, Silvia Pasquel, César Bono, Carlos Ignacio y Adrián Uribe, entre otros.
Y un poquito más abajo y adentro, en el centro, pero de los corazones masculinos: Alexa, hija del productor de telenovelas Pedro Damián, con su vestido asimétrico y pierna descubierta, donde descansaban los ojos masculinos. ?Me gusta, porque baila muy bien y aparte es para una buena causa; es una lana, pero bien vale la pena para la causa, para ayudar?.
?No es tanto ella sino el motivo que se le va a dar a ese dinero?, decía, empapado primero en deseo y luego en sudor Nahum López, de 43 años, con 250 pesos menos en el bolsillo, que ?bailaron? en cinco melodías por el vestido de Alexa.
Ella, por su parte, que nunca había ?fichado?, sabía que no habría marcha atrás y que debería resistir hasta que el cuerpo aguantara.
?Tenía miedo de que nadie quisiera bailar conmigo, que estuviera ahí sentada esperando, y mira las sorpresas que se dan; yo creo que se debe a que lo disfruto también, le doy su lugar a cada persona y se lo agradezco de todo corazón. ?Desde que llegué (a las 22:30) no me he sentado, pero lo estoy disfrutando mucho y cada baile es un halago para mí; ¿ya son tres horas? Bueno, pasa rápido el tiempo cuando uno disfruta?, decía Alexa, quien a los caballeros no negaba más que besos.
Las actrices Isabel Madow y Diana Golden, que llegaron con una comitiva alrededor de las 01:10 horas, le ayudarían más tarde a Alexa con la demanda. Mientras, el ?Loco? Valdés paseaba como anfitrión por el lugar, conviviendo con la gente en las mesas y bailando en el estilo conocido en La Maraka y en China como ?baile de loco? o ?el loco baila así?.
?¿Sería posible que usted, amable caballero, tuviera la gentil bondad de concederme esta pieza??, le decía alguien al ?Loco? Valdés, quien se limitó a reír y a reprimir su baile, dado que la invitación era la broma de un señor.
Quien sí fue solicitado por travestís fue Fabián Lavalle, quizá para que hablara sobre ese amanerado y peculiar estilo de bailar en el que uno, con movimientos estilizados y vanguardistas, no debe dejar que el copete pierda su compostura.
?Los ositos/ de peluche/ los chocolates/ y las cartas de amor./ Quiero ser tu amigo nada más, quiero ser tu amigo nadamás?, cantaban Los Ángeles Azules, vestidos por alguna daltónica razón de rosa, y en una forma pegajosa que retaba al copete de Lavalle.
Ya en una segunda comitiva que vino a reforzar a la primera, llegaron Mauricio Herrera, Rafael Inclán, Rosita Pelayo, Sergio Corona, Arturo Peniche y Mario Casillas, entre otros, acompañados por Yaguarú y Caña Real, en un bailetón que dejó un saldo negro: todos cansados y exprimidos, pero satisfechos.
