ENTRADA.- El país parece que tiene que resignarse, tolerar o acostumbrarse a un sistema de seguridad social que en el mayor de los casos deja muchísimo que desear.
Los gobiernos han venido presumiendo durante décadas, que el mexicano cuenta con instituciones sociales de servicios médicos, asistenciales y pensiones de primer nivel, aunque la terca realidad nos pone a la vista que los llamados servicios de medicina social son meras entelequias incapaces (por las razones que ustedes quieran) de llegar a proporcionar la asistencia médica a que están obligados y a la que tienen derecho sus derechohabientes.
SOPA.- De entre las entelequias de seguridad social que existen en este país, podríamos señalar muy especialmente al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales al Servicio de los Trabajadores del Estado mejor conocido por sus siglas como el ISSSTE. A últimas fechas los institutos de seguridad social dependientes del estado y otros creados por organizaciones sindicales, se han venido deteriorando por la falta de medicinas en sus farmacias.
El asunto sobre la ineficiencia de los sistemas de seguridad social en México daría para escribir muchas cuartillas y es que en este tema los gobiernos han pretendido justificar la mala calidad que dan sus organismos en seguridad social a la explosión demográfica que ha generado una merma en la capacidad instalada y en recursos humanos. También dice el gobierno que otro factor determinante ha sido el aumento de la esperanza de vida de los mexicanos. Esto es, lo que en cualquier país se vería como un magnífico logro, a las autoridades por el contrario les resulta un hecho negativo.
PLATO FUERTE.- Por lo pronto los derecho-habientes se encuentran muy irritados por la falta de atención médica y la carencia de medicinas a que tiene derecho, toda vez que las cuotas sí se las cobran muy puntualmente cada quincena. Esto es, las cuotas sí están aseguradas a favor de la institución, pero la prestación de los servicios médicos a los derechohabientes no.
Otro problema que vienen padeciendo los derechohabientes, es que se ha establecido una política de no subrogación a clínicas u hospitales locales, lo que obliga a muchos enfermos a trasladarse a veces hasta la Ciudad de México. También existe una falta de atención personal por parte de los jefes o directores, que generalmente se esconden y no atienden las quejas de sus verdaderos patrones: (los derecho-habientes) de esta manera se desatienden de sus obligaciones laborales. Además, parece que algunos médicos tienen problemas o rencillas personales entre sí, lo que viene a repercutir negativamente en el buen servicio médico.
Para colmo de colmos, algunos empleados y funcionarios se distinguen por el trato déspota con los afiliados. Esta conducta negativa e indebida se repite en casi todos los establecimientos de seguridad social del país, olvidando que ellos son meros empleados de los que pagan las cuotas con que se cubren sus salarios.
La falta de medicamentos en las instituciones de salud es un grave problema que no se puede justificarse de ninguna manera ya que se deja al enfermo en un completo estado de indefensión e impotente para afrontar el mal que lo aqueja. Resulta una verdadera burla que el médico expida una receta al paciente y al ocurrir éste a la farmacia reciba la información de que no hay la medicina que fue recetada.
POSTRE.- Cabe recordar que las cuotas que puntualmente pagan los derechohabientes son también para la adquisición de medicamentos y si no los hay suficientemente uno se preguntaría: ¿En dónde están las cuotas pagadas?
NOTA AL MARGEN
Bien el endurecimiento de las medidas de control para los que hagan mal uso del Paseo Morelos o incurran en actos de vandalismo que dañen los elementos ornamentales del nuevo espacio. Otro punto bueno para Miguel Ángel Riquelme.
