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El exajedrecista Boris Spasski recordó sus legendarios duelos contra Bobby Fischer, mientras veía en Berlín en compañía de un periodista del diario “Süddeutsche Zeitung”, de un fotógrafo y de una enfermera la película de Edward Zwick en la que se reviven los enfrentamientos entre los dos.
La película, según lo que le dijo al periodista Lars Reinhardt al final de la misma, no parece haberle gustado del todo a Spasski. En primer lugar, parece molestarle el título de “Sacrificio de peón”.
“¿A qué sacrificio se refieren?”, pregunta Spasski que no parece convencido de que ello se vea con claridad en la película.
El hecho de que nadie de la productora se haya puesto en contacto con él para recrear las circunstancias de las 21 partidas que disputó contra Fischer es algo que, según Spasski, no le molesta, pero le sorprende.
El papel de Fischer, que hace Toby Maguire, no le convence a Spasski. “No me recuerda para nada a Bobby”, dijo, mientras que sobre Liev Schreiber, que hace el papel del exajedrecista ruso, dice que son otros los que tienen que juzgarlo.
El duelo entre Fischer y Spasski en su momento fue visto como una extrapolación de la guerra fría al tablero de ajedrez.
El mismísimo Henry Kissinger, entonces secretario de Estado, llamó a Fischer para recordarle lo importante que era para Estados Unidos que el se impusiera a Spasski mientras que para la Unión Soviética el dominio que tenían sus jugadores en el ajedrez mundial era una muestra de la presunta superioridad del socialismo.
Spasski, sin embargo, no era un hombre del sistema, como se ve en el hecho de que cuando Viktor Korchnoi decidió abandonar la Unión Soviética se negó a firmar una nota de protesta en contra suya que el régimen esperaba que suscribiesen los ajedrecistas más destacados.
Además, Spasski estaba lejos de confundir el ajedrez con la guerra y asegura haberse llevado bien con Fischer desde la primera vez que se encontró con él, pese a pronosticarle desde ese momento un futuro trágico.
A Spasski actualmente se le recuerda ante todo por haber sido el rival de Fischer en el celebre enfrentamiento de Reikiavik.
Fischer, por su parte, se convirtió con los años en una leyenda y en una especie de símbolo de la cercanía que existe entre la genialidad y la locura.
Un clásico
Un retrato de Boris Spasski: → Sacrificio de peón, de Edward Zwick.
