Se oye por ahí que se está cocinando otra horrorosa deuda, pero ahora en el Chiapas del Norte; o sea, como quien dice, un “herrerazo”. Según algunos emisarios de la oposición el Estado de Durango es uno de los que contrajo más deuda de largo plazo en el último mes de 2015, “nada más” cinco nuevos créditos por un monto total de 4,179 millones de pesillos.
La información ya comenzó a generar muchas suspicacias en el sentido de cuáles serían los motivos por los que en su última fase y justamente la víspera de un año electoral, la administración estatal de Jorge Herrera Caldera contrajo dichos adeudos que, de paso, afectaron aportaciones y participaciones federales por los próximos diez o hasta 20 años. Y es que la contratación de esta deuda recibió un manejo de total discrecionalidad, es decir, en lo oscurito, de manera que son pocos los que están enterados del enjuague. Sí, tal y como en un principio ocurrió con la megadeuda de Coahuila, aunque en proporciones nada comparables, hasta ahora. En el Congreso del Estado el pasado mes de noviembre generó harta controversia la aprobación de un crédito por 1,840 millones del que no se dijo ni pío acerca de su destino. A raíz de esto el legislador Felipe de Jesús Enríquez, del partido Movimiento Ciudadano, propuso establecer un mecanismo para que los ciudadanos tuvieran acceso a esta delicada información. Pero su iniciativa fue aplastada por la aplanadora priista con 21 votos en contra y sólo cinco a favor. Según Enríquez, la deuda pública de Durango ya rebasa los seis mil millones de pesos... más lo que se acumule en este año de Hidalgo. Conductas ejemplares. Ya ve usted, querido lector, al Profe de la deuda nada le ha pasado.
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La oficina de legislaciones del gobierno de Coahuila, es decir, la bancada priista del Congreso local, ya ni le disimula a la hora de presentar y aprobar las iniciativas que le ordenan desde el Palacio Rosa. Y es que apenas ayer se aprobó la nueva Ley de Seguridad Pública del Estado que contempla la creación de la famosa Fuerza Coahuila, que no es un equipo de basquetbol profesional ni tampoco una nueva película de la saga de Star Wars. Precisamente para explicarle al público de qué se trata esta... como se le llame, varios diputados se han metido en serios aprietos para intentar dar una definición. Ayer mismo el legislador Shamir Fernández, también Pastor Municipal del tricolor en Torreón, concedió una entrevista radiofónica para despejar las dudas pero terminó por crear más. Don Shamir no pudo aclarar si se trata de una corporación nueva, un mando policiaco, un protocolo o una estrategia. Y esto a pesar de que dijo que el tema ya había sido suficientemente discutido y analizado en el Congreso. Imagínese si no lo hubieran revisado y debatido. Otro ejemplo es la iniciativa que dijo el gober Rubén Moreira que iba a presentar él pero terminó por hacerlo la diputada Sonia Villarreal, sobre los conflictos de interés a la hora de contratar proveedores de bienes y servicios, como el caso del hermano “incómodo” cuyas empresas de publicidad le facturan al gobierno provincial. Resulta que la propuesta contempla sanciones económicas y penas de cárcel para los proveedores que no declaren que tienen familiares, hasta en cuarto grado, trabajando en la administración pública y que cuenten con contratos de la misma. El pequeño detalle es que para los funcionarios que tienen familiares cobrando como contratistas no se contempla sanción alguna. O sea, la bronca no es de la palanca, sino del que la usa. Este tipo de asuntos lo obliga a uno a cuestionarse: ¿en verdad leerán lo que proponen y aprueban? Pero la cosa no para aquí. Al intentar legislar contra los conflictos de interés, los diputados han ofrecido en la semana un perla de incongruencia ya que el Congreso de Coahuila es uno de los que hasta ahora ninguno de sus integrantes ha publicado sus tres declaraciones, entre ellas precisamente la de conflicto de interés, además de la fiscal y la patrimonial. Bonita forma de predicar sin aplicar el ejemplo.
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Cuentan que al que le está funcionando muy bien el adagio cesariano de “divide y vencerás” es a Néstor Pérez, director administrativo del Sistema de Aguas y Saneamiento de Torreón. Nuestros subagentes disfrazados de destapa-caños reportan que prácticamente tiene con la bota al cuello a todos los directores de área del Simas, porque apenas si les da lo necesario para trabajar, lo que, según los afligidos afectados, provoca el retraso en la solución de problemas como la introducción de nuevas tuberías, reparación de fugas y desazolve de drenaje, por lo que muchas quejas de la ciudadanía no se atienden como es debido. O sea que, de acuerdo con el llanto amargo de los compañeros de don Néstor, todo es culpa de la tacañería de éste. Dicen que el director de marras le dora la píldora frecuentemente al gerente general, Xavier Herrera, y que hasta lo mantiene alejado de todos los directores, a quienes no los baja de, digamos, poco aptos. Además, cuentan que se ufana de ser el único que trabaja y que sabe hacer bien las cosas, mientras que los directores dicen estar hartos de trabajar “con las uñas”, y de pelear con él un día sí y el otro también (claro, no están aún lo suficientemente hartos como para abandonar el barco y dejar de vivir del erario). Las malas lenguas dicen que si el cuasi alcalde interino le da tanto apoyo a don Néstor es porque han hecho algunos negocitos en la penumbra desde la pasada administración, cuando don Xavier era contralor. ¿Será?
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A propósito del Simas y su operativo de mano dura contra los que tiran desechos indebidos al drenaje, existe descontento entre algunos de los afectados, en su mayoría negocios, por la exhibida que la empresa les ha dado de fea manera y sin decir agua va. Dicen que este endurecimiento de las medidas se debe a que el Simas tiene que cumplir, ahora sí, con la calidad de agua necesaria para el tratamiento de los líquidos residuales en la planta de Rancho Alegre, la cual le quitó a Ecoagua hace varios meses. Lo curioso es que esta empresa se quejó varias veces de que si la planta no producía el agua con la calidad esperada era precisamente porque el Simas no hacía lo que ahora está haciendo con los usuarios del drenaje. Vaya cosas. Lo que llama también la atención de forma poderosa es que el organismo operador sea harto diligente a la hora de detectar quién está arrojando desechos inapropiados al drenaje y no pueda -o quiera- averiguar quién avienta cada semana aguas negras al canal de riego Sacramento en su tramo Constitución-Calzada Abastos o al lecho seco del río Nazas, con pestilentes resultados. Dicen los maldicientes que tal vez sea porque es el propio Simas quien lo hace. Vaya usted a saber.
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Luego de que esta semana ha comenzado a cumplirse “la visión de futuro” de las autoridades estatales y locales, con el arranque del teleférico, la ácidas críticas de los agudos observadores de la cosa pública no se han hecho esperar. Estos desafectos a cualquier dosis de propaganda gubernamental comentan que tanto el ayuntamiento de Torreón como el gobierno de Coahuila han reconocido ya tácitamente su fracaso para poder mejorar el pavimento de la ciudad, la cual, dicho sea de paso, es la única de todo el estado en la que se cobra una cuota ex profeso. Y ante tal reconocimiento, han decidido que, para que los ciudadanos ya no tengan que esquivar tanto bache en la Perla de La Laguna, mejor los brinquen usando el nuevo teleférico y hasta puedan decirles adiós desde las alturas. No estaría de más que, como al proyecto de transporte metropolitano no se le ve color todavía y en la vecina Gómez Palacio no cantan mal las rancheras en eso de los hoyancos, extendieran el teleférico al Cerro de la Pila y así los laguneros podrían gozar de un servicio de transporte conurbado anti-baches de mucha altura. Por cierto, los que no mostraron altura a la hora de hacer su chamba fueron los directores compadres Ricardo Hamdan, de Vialidad, y Alberto Porragas, de Protección Civil, a quienes se les encomendó la tarea de organizar el acceso al Santuario del Cristo de las Noas para la ceremonia del banderazo del mentado teleférico. La estrechez de criterio de sus subordinados y el desentendimiento de ambos personajes sobre lo que pasaba abajo dejó a decenas de invitados a pie, ya que aunque había aún espacio en el estacionamiento, se restringió el acceso a los vehículos. Tuvo que ser el propio alcalde Miguel Riquelme el que, a bordo de su Suburban blanca, les dio un aventón hasta la cima a aquellos que pudo reconocer mientras iban subiendo agitados por la pendiente. Los subagentes reportan que, debido a esta nueva pifia, los compadres no se salvaron de una buena regañada. Y la pregunta salta por sí sola: ¿otra vez nomás una regañada?
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En los pasillos del bajo mundo judicial se escucha la especie de que en días pasados dos delincuentes procesados por asalto a mano armada en una institución bancaria de Gómez Palacio, obtuvieron sentencia de sólo 4 años y 10 meses de prisión, más la reparación del daño y una multa, lo que refleja que las penas del nuevo sistema de justicia para delitos de alto impacto son de a tiro laxas, pues los abogados que representan a los malandrines aprovechan los beneficios del procedimiento abreviado, que es más rápido y les reduce dos tercios de la condena establecida para ese tipo de delitos. Así que cualquier individuo armado puede entrar y sembrar el terror entre clientes y empleados de un banco o negocio, asaltarlos y, suponiendo que los capturen, lo cual de entrada es muy improbable, pasarán menos de 5 años en prisión. Ojo, señores legisladores.
