SU SALUD BUCAL

Uno de los problemas más difíciles de manejar en la práctica odontológica son las infecciones que pudiendo pasar desde leve y localizadas a severa y que comprometen la vida del paciente por su posible diseminación a los espacios aponeuróticos. La mayoría de los procedimientos operatorios o quirúrgicos simples pueden requerir soporte antimicrobiano y el clínico debe tener en mente que este tipo de infecciones pueden llegar a diseminarse rápidamente en periodos cortos de tiempo. Las infecciones odontológicas tienen dos orígenes principales: El tejido del interior de la raíz dental (pulpa) que al presentar necrosis y subsecuente invasión bacteriana atacan los tejidos alrededor de la raíz o periapicales esta infección puede estar involucrada con la periodontal que suele ser el resultado de la invasión bacteriana a través del margen de la encía formando un nicho que se le denomina bolsa que puede ser profunda e involucrar a todo los tejidos y en cualquier dirección preferentemente en las líneas de menor resistencia. La infección se extiende a través del hueso medular hasta encontrar el hueso cortical lo cual al ser erosionado permite su entrada a tejidos blandos. El tratamiento de una pulpa necrótica por terapia endodóncica con convencional o la extracción dental resuelven la infección. Utilizar antimicrobianos sin realizar la endodoncia o pulpectomía puede controlar la infección pero ésta recurre al término de la terapia farmacológica. El objetivo inicial cuando un paciente requiere tratamiento de un cuadro infeccioso es determinar los signos vitales teniendo especial cuidado en la temperatura y la frecuencia respiratoria. Los pacientes que tengan signos vitales normales con un ligero aumento en la temperatura, frecuentemente cursan con infecciones leves, en cambio aquéllos donde se encuentran alterados la temperatura, frecuencia cardiaca y respiratoria, deben ser considerados como pacientes con problemas serios. La cabeza y el cuello del paciente deben ser explorados cuidadosamente, buscando aumentos de volumen, limitación de temperatura bucal, dificultad para tragar y/o para respirar. Existen algunas condiciones médicas que comprometen los mecanismos de defensa del huésped o paciente; tales como enfermedades metabólicas no controladas (enf. Renal terminal, malnutrición, alcoholismo y diabetes severa) enfermedades mieloproliferativas (leucemia o linfomas) pacientes que toman drogas inmunosupresoras (quimioterapéuticos o corticoesteroides) cuando la historia del paciente reporte cualquiera de estas alteraciones y presente una infección deberá ser tratado más radicalmente ya que las infecciones pueden diseminar muy rápidamente. Los agentes causales de la infección deberán ser eliminados en forma inicial y se tienen que considerar procedimientos quirúrgicos agresivos en etapas tempranas así mismo se debe considerar el uso de antimicrobianos en procedimientos quirúrgicos rutinarios en cirugía bucal para prevenir la presencia de procesos infecciosos. Se ha demostrado que la composición microbiológica de las infecciones odontogénicas son polimicrobianas con predominio de bacterias anaerobias. La elección del antimicrobiano deberá realizarse considerando los factores antes mencionados; severidad de infección, estado sistémico del paciente, y microbiología de la infección.