EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Reconocer al otro como otro

SALVADOR SáNCHEZ

 I Magina que tienes en tu casa un cuarto disponible. El espacio está ahí, pero además necesitas algo de dinero, así sea poco, para completar el gasto semanal. Decides rentarlo.

Pones un anuncio y de inmediato llegan algunos candidatos a ocupar el cuarto en renta. Se trata de un joven universitario, sano, alegre, cordial. De inmediato hacen un acuerdo por el monto de la renta y algunas condiciones de respeto para la mutua convivencia, horarios de entrada y salida de la casa, ruidos, visitas, etc. Todo bien.

La cosa cambia cuando este muchacho cordial dice a usted que desde hace años tiene Sida, o se quita la sudadera y aparecen sendos tatuajes en sus brazos o pregunta con franqueza si le hace problema su condición de homosexual.

Aunque nos parezca extraño, más bien a algunos quizá hasta les parezca natural, el 40 % de los mexicanos no aceptaría como huésped en el cuarto en renta de su casa al enfermo de Sida, 36 % rechaza al de los tatuajes, 30 % al muchacho homosexual. Datos arrojados por la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, 2012.

¿Qué derecho tengo yo de exigirle a nadie se comporte, crea y viva según los valores que yo he aceptado como buenos para mí?

En las sociedades contemporáneas el tema de la igualdad ante la ley es una cuestión bien establecida y que no tiene ya discusión. Problema es cuando una persona en particular reclama un trato no igual, sino diferente debido a su pertenencia a un colectivo con características también particulares. No es verdad que el trato igualitario sea la mejor alternativa, de hecho nosotros no lo vivimos así. Es el caso de las mujeres, cuando van a dar a luz a un bebé, la ley les concede 90 días para atender este acontecimiento vital. No es así para los varones, si bien avanzadas legislaciones les reconocen ahora el derecho de cinco días para disfrutar la gozosa paternidad.

El problema no es tan sencillo, es grave y se llama etnocentrismo. Es la idea que tiene determinada colectividad que sus normas, acciones y valores son los mejores, más avanzados, civilizados y por todo ello, obligatorios para todos. En todo caso miran a los otros hasta con cierta consideración, pobres, pero ya avanzarán, ya se civilizarán, todo es cuestión de tiempo, piensan para sí.

Es igual que el egocentrismo del niño de 5 años. Quiere un globo, la mamá con paciencia le dice que no es momento, que los globos son para el domingo, que espere unos días. La reacción del niño no se esperar, un berrinche monumental que incluye gritos y patadas, no entiende razones. Él es el centro del universo y todo gira en torno a él. Etapa necesaria de la vida que el niño necesita para reafirmarse, pero que deberá superarse para continuar su crecimiento como persona.

Algo así ha pasado recientemente en el mundo. Nuestra reacción ha sido reafirmar nuestros valores, creencias y horizontes. No entendemos que la nuestra sea sólo una manera de ver el mundo, ni mejor, ni peor, quizá, simplemente una visión más entre otras. Durante años hemos tratado como civilización occidental de imponer nuestros valores, pero además y como todo, se trata de un rejuego de poder. Occidente se ha apropiado de tesoros, riquezas y posiciones geopolíticas estratégicas en un afán de dominio nunca satisfecho.

Pero eso nos pasa a todos. Confundimos lo que es, con simplemente a lo que estamos acostumbrados. Nos sorprendemos cuando viajamos y encontramos otras costumbres, tenemos oportunidad de gozar todo ese mar de opciones para contemplar el mundo y valorar lo que es bueno, malo, valioso, práctico.

Lección que no se enseña, se aprende. El choque cultural es capaz de romper los rígidos parámetros con los que la costumbre nos ha dotado, a nosotros, para salir adelante en las situaciones ordinarias de la vida.

También aprenderíamos que a esa preocupación adolescente por la identidad, tan necesaria de responder, hemos de pasar la página una vez resuelta. Vale también para nosotros, ser lagunero es un orgullo, todo cambia cuando nos damos cuenta que no es más que una, entre muchas otras maneras de mirar el mundo.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1173089

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx